Mario Moronta: ¿Cristiano, con Dios y Bolívar?

Había pensado en este artículo, inmediatamente después que leí la
carta que este hijo er diablo dirigió a Maduro. No espero nada bueno
de un obispo. Oigo  esa palabra ¡OBISPO! Y casi automáticamente
(instintivamente) me llevo las manos a mis entre piernas y protejo mi
espalda con una pared. Casos hay.

Un obispo en un tremendo riesgo. Oír sus consejos siempre terminan en
algo traumático.

Una de las primeras cosas que me llevó a pensar este artículo, fue la
cita que hace del poema de Bolívar y básicamente, me llamó la atención
esta frase: “DI LA VERDAD A LOS HOMBRES". Ya tenía dos razones para
escribir el artículo. La cita la colocaba un obispo y esto de colocar
la frase: Di la Verdad a los hombres, en la palabra de un obispo suena
raro.

Calculé y no me equivoqué, que una vez leído todo el artículo, este
obispo no diría una verdad. Para serle más preciso, me dije oirás la
verdad de un obispo.

Notaran mis lectores, que hago uso de las mismas herramientas
“lógicas” que utiliza este “cristiano”. Cuenta su cuento desde su
perspectiva. Parte de una verdad para convencernos o mejor dicho
abusar de nosotros(as) con la mayor impunidad, como sólo un obispo
sabe hacerlo.

Por supuesto, nadie puede negar hoy, que Venezuela padece una grave
crisis. No es un secreto, como secreto no es, lo oscuro que tienen los
obispos sus corazones y sus conciencia. Nadie tampoco puede negar, que
Maduro tiene una alta responsabilidad en esta crisis que hoy sacude a
Venezuela. Así que esto no se discute.

Este Monseñor Moronta dice que Maduro ha dado la espalda al dialogo
porque un cardenal lo dice. No ha tenido este “cristiano” Moronta, que
nos propone decir la verdad, detenerse en lo que han dicho  otros
actores (Zapatero y el presidente de un país que coordinó el último
diálogo) sobre ese diálogo. Otros actores han argentado cómo una
derecha también ha pateado ese diálogo y ha estado detrás de un caos
en Venezuela como único recurso para llegar al poder. O sea, Moronta
no deja de ser ese “aliado”  de Dios  y “cristiano” que cuando me lo
nombra, no dejo (por instinto) de llevarme las manos a mis entre
piernas y colocarme con la espalda a una pared.

No me había propuesto escribir este artículo antes, porque abrigaba la
esperanza, que este Monseñor publicaría otras dos cartas  más. Ya el
tiempo que dí para ver estas dos nuevas cartas se consumieron y tengo
más firme la idea hoy, que un obispo es (por lo menos) una cosa fea,
aunque se ve muy limpio y bien, con esa vestimenta que lo identifica.

Esperaba ver una carta también pública dirigida a esta oposición
bastarda, que es no mejor que Maduro en la cual este obispo dijera que
este pueblo también pide un cambio de orientación política a estos
opositores bastardos,  que se han dado  el derecho de pedir una
intervención militar y se lo piden al país, que Bolívar avizoró como
el que tenía la pretensión de plagarnos de miseria. Se le “olvidó” a
este “cristiano”, este Bolívar, pero sacó el Bolívar que le convenía.

No pidió Moronta que lo que supuestamente defiende la propiedad
privada y no están de acuerdo con la expropiación, liberen los
recursos que tiene Venezuela en los Bancos.
Que yo sepa, Maduro no ha sido motor de derramamiento de sangre en el
mundo y el Monseñor Moronta “omite” ese hecho. Coloca a Maduro como
responsable de un baño de sangre en Venezuela y si fuera en verdad
cristiano, ya ha debido corregir con otras cartas públicas este error.

No soy madurista, pero es muy curioso, que este Monseñor  apenas nos
ofrezca unos muy pocos caracteres para calificar el cerco que una
potencia con sus satélites tienen sobre Venezuela. Moronta y  debería
saber (pero es obispo) que no es la democracia la razón que mueve a
esta potencia y a estos países.

Yo deseo muy sinceramente,  que usted  pueda seguir caminando muy
tranquilamente por las calles donde vive, pero creo que no milita en
esa idea. Como yo no soy seguidor de Maduro, no puedo hacer lo que
usted le pide a él de que no lo ofenda. No puedo porque no soy pendeja
y además no puede pedirnos que no hagamos l que hace.

Usted no me ofendió con haber hecho pública una carta tan falta de
Cristo, tan falta de Bolívar y tan falta de verdad. Al usted haber
“omitido” la responsabildad de la oposición en esta crisis, me vio la
cara de pendeja y n soy pendeja. Más pendejo y obispo es usted.



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Amaranta Rojas


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