La Nueva Izquierda Venezolana: Ruptura con el chavismo-madurismo y conservación de lazos con Rusia y China

En un artículo anterior ya hablamos sobre la evidencia fáctica de que el gobierno de Nicolás Maduro ni es, ni ha sido, ni será de izquierdas. Es un gobierno centralista, cerrado a la participación real de los ciudadanos, incluso del mismo partido de gobierno y corrompido hasta la médula de los huesos, en todas sus estructuras burocráticas que son, además, absolutamente tercermundistas, ineficientes, arcaicas, grotescamente abultadas con nómicas fantasmas, etc, etc, etc. Este panorama tiene de socialismo, lo mismo que tienen de socialistas Donald Trump o Emmanuel Macron, ni más ni menos. Este es un gobierno que se viste de democracia a través de unas elecciones donde se usan los medios públicos como fondo de financiamiento de la campaña electoral; campañas electorales cada vez más vulgares y vulgarizantes, carentes de todo contenido político serio, llenas de bailes, reggaeton y alcohol ¿En que se parece esto al socialismo? En nada!

Basta ver las medidas económicas anunciadas el Lunes (14/01/2019) y tener muy claro que las ideas ya se agotaron, se agotaron sin siquiera acercarse a un plan socialista moderno, son medidas intervencionistas, inmediatistas, paliativas, nada estructural, nada basado en la economía real del país; medidas destinadas obviamente al fracaso y a la profundización de la crisis nacional. Tampoco existen canales para que las bases de izquierda demos nuestra opinión (si no fuera por aporrea, acá no hubiese ningún mecanismo de drenaje para nosotros). La Asamblea Nacional Constituyente es un grupo de incompetentes (con algunas excepciones muy puntuales) serviles al gobierno antes que a sus pueblos y a su país; con ninguna formación socialista, ni militancia, ni académica, ni personal, ni profesional, ni nada; son personas que no han hecho nada más que mantenerse pegados al gobierno “fielmente” (¿fieles a que?) El espectáculo que da la ANC cada vez que hay transmisiones en vivo de alguna sesión, es cada vez más bochornoso. Sólo se repiten consignas, nada contenido, aplausos y más aplausos (no creo que sepan ni porqué ni para que aplauden). Se aplaude al que repita la consigna más fielmente al a la retahíla propagandística o emplea alguna palabra fuera de tono; en cualquier caso el discurso nunca se sale de: “imperialismo”, “comandante supremo”, “legado de Chávez”, “presidente obrero”, “la derecha traidora”, “guerra económica”, “intervencionismo”, “sabotaje”, “Nicolás Maduro” y, obviamente, “Hugo Chávez”; todos los discursos de los señores de la ANC, poco más o poco menos, son simples conexiones entre estas palabras, para adelante, para atrás, para arriba o para abajo, son siempre las mismas palabras dichas en diferente orden. Basta de tanta mediocridad, eso no es ni de cerca socialismo, eso no es ni de cerca bolivarianismo, es vulgaridad, ¡mamarrachos que con su sola forma de expresarse insultan la dignidad que merece representar al pueblo venezolano, basta ya!

¿Qué hacer?

El posicionamiento geopolítico de Venezuela no es del todo incorrecto, la sociedad con Rusia y China puede ser muy favorable para el país en términos económicos, políticos y militares; pero nada de eso sirve si internamente tenemos a la pandilla de ineptos que componen toda la estructura de poder del gobierno madurista. El socialismo no es compatible con la corrupción, en lo absoluto, no tienen nada que ver; la evidencia de que un gobierno no es socialista es precisamente la corrupción que, en este caso, es quizás una de las más severas crisis de corrupción de país alguno en América Latina, desde nuestra independencia del imperio español. Probablemente, sólo el imperio español haya saqueado al país en niveles comparables al chavismo-madurismo, es algo inaudito, insólito, bizarro. La palabra socialismo es sólo una excusa con la cual esta banda pretende seguir enamorando al pueblo venezolana, pero es hora de desenmascararlos, ni son, ni han sido, ni tienen la más mínima idea de lo que es el socialismo. De estar vivo Karl Marx, Friederich Engels, Vladimir Lenin o los socialdemócratas Olof Palme (Suecia) y Rosa Luxemburg (Alemania) vomitarían de asco ante el fango en que estos individuos han puesto el concepto de socialismo en Venezuela, hay que romper con esta farsa, ¡de una vez y valientemente!

Debemos replantear una nueva izquierda venezolana, sin vínculos con los sectores militares del gobierno ni con los cleptócratas del PSUV. Mucha gente de la oposición es genuinamente socialista y no lo saben, porque creen que el socialismo es la bazofia que dibuja Maduro y su combo de gorilas y cleptócratas, nacidos todos bajo la mirada complaciente de Hugo Chávez, quien no supo hacer nada para detener el crecimiento de esta monstruosidad que hoy desgobierna Venezuela.

En el plano internacional, esta nueva izquierda debe asegurar la continuidad de los lazos comerciales con Rusia y China, pero debe acercarse a nuevos lazos con Estados Unidos y la Unión Europea. Debemos avanzar en la verdadera doctrina bolivariana de la multipolaridad; un gobierno democrático socialista no tiene porque llevarnos a esta ruina nacional, nada que ver con este monumento a la deshonra que es el gobierno de Maduro. Debemos desideologizar las relaciones internacionales de Venezuela y procurara las relaciones que promuevan el mayor beneficio para nuestro país, en primer y ultimo lugar.

Es urgente entender que un gobierno como el actual no es más que un freno y una muralla enormes en el camino del desarrollo nacional y, el desarrollo nacional, es un elemento fundamental del socialismo. No hay socialismo sin liberación de las fuerzas productivas que quizás ya no oprimidas por el capital trasnacional (aunque quizás si) pero si que lo son por la burocracia parásita que paraliza toda iniciativa económica favorable al desarrollo del país. Un gobierno absolutamente anti-ecologista (aunque le pongan los montones de nombres ridículos que le ponen a las instituciones), no puede ser socialista, JAMAS! No es un socialista un gobierno que no protege a los indígenas, ni a las fronteras, ni los niños, ni a los ancianos; es evidente que no son socialistas.

Es urgente recuperar los contrapesos en los poderes públicos, no podemos seguir dejándolos bajo la dirección de delincuentes como Maikel Moreno, por ejemplo. Debemos volver a reconocer los méritos de quien se los ha ganado a pulso, estudiando arduamente y trabajando eficientemente, los demás que esperen su turno, Venezuela sólo podrá salir adelante con sus mejores ciudadanos, nunca con una pandilla que no sabe ni siquiera calcular la caída en los ingresos petroleros en 2018. Venezuela debe salir de esta tragedia, la derecha no tiene oportunidad alguna pero una nueva izquierda nacional venezolana si que la tiene.

ae.lopez.gonzalez@gmail.com



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Alejandro López González

Doctor en Sostenibilidad (Cum-Laude) por la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC). Sus investigaciones sobre la sostenibilidad de proyectos de electrificación rural con energías renovables en Venezuela le valieron el reconocimiento como la mejor tesis doctoral en el período 2018-2019, según la comisión de doctorado de la UPC. Se graduó de ingeniero electricista en la Universidad del Zulia en 2004 y ha publicado más de una docena de artículos científicos acerca de la sostenibilidad de la electrificación con energías renovables en países en desarrollo

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