Desde Mérida, Venezuela, voy a intentar relatar hechos que he vivido y estoy sufriendo, en los cuales he sentido la acción cruel y despiadada de venezolanos que actúan según el Sálvese quien pueda, odbiando los parámetros establecidos por el sistema capitalista imperante con un disfraz de Socialismo Bolivariano Revolucionario y que del Siglo XXI.

Para entender lo que viene, pienso que debo explicar sintéticamente cuáles son los dos discursos que se manejan en esas dos ideologías antagónicas y que hacen incongruentes sus prácticas:

DISCURSO CAPITALISTA: a): Igualdad de Oportunidades para los más aptos. b): Intocabilidad de la Propiedad Privada, de cualquier tipo. c):" Tengo derecho a hacer con lo mío, lo que a mí me dé la gana". d): El gobierno sólo debe ocuparse de velar por el orden público y a preservar los derechos de propiedad. e): Democracia Política Representativa y Tripartimos para los asuntos laborales y fijación de salarios. f): El papel de los militares es velar por el orden interno y custodiar las fronteras para evitar el contrabando que afecte la producción de bienes. g): Las leyes de Control por parte del Estado son contrarias al desarrollo de las fuerzas productivas; solamente las leyes de la Oferta y la Demanda en un Libre Mercado deben fijar los Precios de Bienes y Servicios.

DISCURSO SOCIALISTA: a): Igualdad de Condiciones para todos. b): Los Medios de Producción deben ser de propiedad social y no privada. c): "Todo bien de propiedad social debe estar al servicio del colectivo y todos deben tener las oportunidades de acceder a ellos". d): El gobierno Bolivariano Socialista debe ocuparse de obtener la mayor felicidad, la mayor suma estabilidad política y bienestar Social de toda la población. e): Democracia Participativa y Protagónica en todos los estamentos y niveles de la vida Política del pueblo. f): La unión cívico-militar para preservar la patria, la unidad nacional y el legado histórico dejado por nuestros libertadores. g): El Estado debe y está obligado a legislar para que toda la población pueda tener acceso a los bienes y servicios necesarios que les permitan niveles dignos de vida.

Indudable es que estos dos discursos son antagónicos y en su concreción van a enfrentarse, son como el aceite y el vinagre que se repelen y si se les trata de unirlos se van a emulsionar y van a dar origen a una mezcla que ni es chicha, ni es limonada. Veamos los casos:

1.-Caso de transporte Privado y Público: (Dos veces tirado al piso, gracias a Dios sin fracturas).

La primera vez no caí solo, mi esposa y yo forcejando por subirnos en una buseta de la Línea "La Vuelta de Lola", habían más de 100 personas esperando desde hacía 45 minutos a pleno sol, fuimos a parar al suelo cuando un pasajero, bastante robusto y alto, enardecido por qué no lo dejaban bajar, empujo hacia adelante y por efecto dominó, los que estábamos atrás tratando de subir caímos de espalda al piso sufriendo algunas contusiones a nivel de las manos y cuello. Nos levantaron y por misericordia nos cedieron espacio para poder subirnos y de pie hicimos el traslado hasta la parada que nos correspondía, pagando el pasaje completo a pesar de ser dos adultos mayores cercanos a los 80 años de edad.

La segunda caída la sufrí yo solo, hace tres semanas, en el servicio público del Trolebús que hace el trayecto Ejido-Mérida; allí fue tratando de salir, estando apretujado en la puerta, cuando caí por un espacio que hay entre el vehículo y la rampa de concreto. No pude guardar el equilibrio cuando de espalda traté de voltearme para salir y los pasajeros que estaban detrás de mi empujaron para salir igual que yo y mi pierna izquierda se introdujo en el espacio divisor y casi se fractura. Todavía hoy me toco allí y me duele.

En los dos sistemas de transporte, con ideologías diferentes, obtuve similares resultados, pues en la aplicación real que hacen de esos principios que consideran son sagrados, no están presentes, debido a que en tiempos de guerra ningún principio ético, moral o espiritual es aplicable. Es el sálvese quien pueda, lo que priva.

2.-Los otros casos están relacionados con los panaderos, los farmacéuticos y los bancos. Estos tres sectores de la vida nacional y que tienen mucho que ver con la calidad de vida de la población han sido los más crueles e insensibles ante la situación de emergencia que vivimos. En su afán de hacer creer a la gente, que Nicolás Maduro es el único responsable de la Inflación, el acaparamiento, el bachaqueo y la escases inducida, que sufrimos de los bienes básicos de consumo, nos han obligado y sometido a torturas de humillantes colas bajo el sol, sin considerar la edad y el estado físico de la gente que recurre a ellos para solicitarles sus servicios. "Sigan votando por Maduro", es la frase burlona que llega a nuestros oídos por parte de los dueños y empleados de esos negocios.

Lo que más duele de esta guerra es que la está ganando El Capitalismo, con sus métodos no éticos ha logrado convencer a gran parte de la población que ellos no tienen responsabilidad en lo que está pasando y que quitando a Maduro y exterminando el Chavismo, todo se va arreglar y volver a la normalidad de la IV República, donde según ellos todos los venezolanos vivíamos en El Paraíso y no lo sabíamos.