¿Qué hacer con Venezuela?

Esa es la pregunta que se han estado haciendo en la Casa Blanca desde hace diecinueve (19) años. Se la hizo Bill Clinton, George W. Bush, también Barack Obama, el que "oxigenó el sistema", y por supuesto, se la hace Donald Trump, representante de los WASP (White Anglo-Saxon and Protestant).

El Presidente Nicolás Maduro Moros ha asegurado que cuando se inició la revolución bolivariana, con el gobierno de Bill Clinton había una relación de respeto que comenzó a fracturarse en la gestión de George W Bush y "el gobierno de Barack Obama dejó un legado nefasto sobre Venezuela y abrió una compuerta peligrosísima (decreto) que permite al gobierno de EEUU hacer cualquier cosa de manera inmediata contra nuestro país".

Acotemos que la respuesta de un país donde manda los "poderes fácticos", es casi la misma, más allá de la frase latina mutatis mutandi que representa cada uno de los gobernantes.

Veamos algunas evidencias

Bush

Ciertamente, desde la presidencia de George W Busch, las relaciones con Estados Unidos han sido de puro desencuentros.

En un discurso ante la Cámara de Comercio Hispana, el 12 de marzo de 1012, el señor Bush acusó a Chávez de mantener un "patrón preocupante de comportamiento provocador" y "a medida que intenta ampliar su influencia en América Latina, el régimen asegura que intenta promover la justicia social. En verdad, su agenda equivale a poco más que promesas vacías y una sed de poder". También dijo -y sin aludir directamente a Chávez- que "ha derrochado la riqueza del petróleo en un esfuerzo por promover su visión anti-estadounidense y hostil".

Criticó la política de Chávez de fomentar la inestabilidad mientras permite que "sus ciudadanos sufran escasez de alimentos".

La crisis andina, según Bush, ha puesto de relieve la existencia de una "alternativa drástica", o aceptar "la visión de los terroristas y los demagogos" que encabeza Chávez, o bien "apoyar activamente a líderes democráticos como el presidente (colombiano, Álvaro) Uribe".

Obama

En el caso de Obama y contrario a los pronósticos de muchos optimistas, esa política de acosar a la revolución bolivariana continúo y se llevó al paroxismo. Es así como el 9 de marzo de 2015, declaró:

Yo, BARACK OBAMA, Presidente de los Estados Unidos de América, entiendo que la situación en Venezuela, incluida la situación del Gobierno en cuanto la erosión de las garantías de derechos humanos, la persecución de opositores políticos, restricción de la libertad de prensa, el uso de la violencia y violaciones y abusos de los derechos humanos en respuesta a las protestas contra el gobierno, y el arresto arbitrario y la detención de manifestantes que están en contra del gobierno, así como la presencia exacerbada de corrupción pública significativa, que constituye una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y la política exterior de los Estados Unidos, declaro por medio de la presente una emergencia nacional a los fines de hacer frente a dicha amenaza".

Trump

Desde su llegada a la Casa Blanca el atosigamiento contra Venezuela no ha cesado. La tuitocracia de Trump hace que la diplomacia no sea el instrumento utilizado por esta administración, sino los ataques directos y frontales. El descaro y la desfachatez los caracteriza. Por eso, el mandatario estadounidense, Donald Trump, llamó el 19 de septiembre de 2017, previo a un encuentro con mandatarios de América Latina que asistían a la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU), en Nueva York, a endurecer las presiones contra Venezuela para lograr la "restauración plena" de la democracia.

Esto dijo: "Estamos preparados para tomar acciones si el gobierno de Venezuela persiste en el camino de imponer su autoridad sobre la gente de ese país" y agregó que la situación en el país caribeño es "insostenible", por lo que no descartó tomar nuevas acciones contra Caracas

¿Qué representa Venezuela?

a. ¿Un "mal ejemplo"?

Según Mike Pence, vicepresidente de Estados Unidos, durante la "Conferencia sobre Seguridad y Prosperidad en Centroamérica", realizada en Miami, el 5 de junio de 2017:"todos debemos levantar nuestra voz para denunciar el abuso de poder en Venezuela y debemos hacerlo ahora". Puso a Venezuela como un mal ejemplo para la prosperidad en la región, criticó la violación de la democracia y la represión en ese país y afirmó: "Venezuela es víctima de un Gobierno autoritario, un Gobierno que está haciendo sufrir al pueblo venezolano".

El vicepresidente urgió acabar con esa violencia y condenarla, al señalar que la "seguridad es el camino a la prosperidad".

b. ¿Una "piedra en el zapato"?

Desde el golpe de Estado de abril de 2002, se evidencia que los gobernantes estadounidenses ha intentado acabar con la revolución bolivariana y la razón es simple y compleja: ella se convirtió en una referencia y un símbolo para muchos pueblos del mundo, particularmente de América Latina y El Caribe. Por eso ha sido y es una "piedra en el zapato".

Por ejemplo, el senador del estado de Florida, Estados Unidos, Marco Rubio, indicó el 30 de agosto de 2018, que el régimen de Nicolás Maduro se ha convertido en una amenaza para la región e incluso para su país.

Ante un país que es "mal ejemplo" para el mundo y una "piedra en el zapato" para la política imperial de los Estados Unidos, cuáles son los escenarios que están en desarrollo.

El escenario de la seguritización

Este escenario es aquel que se inscribe en la visión hobbesiana de las relaciones internacionales y, en razón del carácter anárquico del mundo, el "pacto" entre naciones se imposibilita y, por tanto, impera el conflicto. En ese contexto, Estados Unidos se erige entonces en algo así como un poder superior, que decide el destino de la humanidad.

Ese escenario está en pleno desarrollo y lo practica la actual administración gubernamental de ese país. A Venezuela la considera enemiga o, en todo caso, "un problema de seguridad nacional" (Dixit James Mattis).

Aquí se combinan lo que los realistas llaman los temas de alta y de baja política. Para Venezuela tiene varias expresiones. Veamos

Una, es la apocalíptica, que sería una intervención militar directa o a través de fuerzas multilaterales. En este sentido, el 4 de julio de 2018 la agencia de noticias AP publicó que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, preguntó en agosto de 2017, en una reunión en el Despacho Oval, por qué no invadir Venezuela, "La pregunta dejó atónitos a los presentes en la reunión", quienes explicaron las desventajas de tal decisión, según fuente citada.

En febrero de 2018, se filtró un documento, denominado "El Plan para acabar con la dictadura de Venezuela: el Golpe Maestro" (Masterstroke), cuya autoría corresponde al almirante Kurt Walter Tidd, actual comandante en jefe del Comando Sur (SouthCom). Dicho plan ha estado en marcha y cuya primera parte comenzó antes de las pasadas elecciones venezolanas (mayo), utilizando el aparato propagandístico y mediático, la persecución, el acoso, el desprestigio, la mentira criminal combinadas con acciones violentas "en defensa de la democracia" (Plan A). Al no lograrse ese propósito, se implementaría el Plan B, que consistiría en el uso de una fuerza multilateral de países aliados para intervenir militarmente.

David Smilde, del centro de investigación y promoción de los derechos humanos (WOLA), con sede en Washington, sostuvo, en mayo/2018 que: "Hay un riesgo claro de acción militar de parte de Estados Unidos". "Hay venezolanos expatriados pidiendo eso hace tiempo y siempre hay políticos y funcionarios interesados en una acción militar".

El senador Marco Rubio, un incisivo enemigo del gobierno venezolano, el 30 de agosto en reunión con el asesor de seguridad de EEUU, John Bolton, no descartó la posibilidad de aplicar una intervención militar a Venezuela. Rubio aseguró que desde hace años ha abogado por conseguir una solución pacífica a la crisis en Venezuela, ya que según dijo, "las Fuerzas Armadas de Estados Unidos solamente se usan en caso de amenaza a la seguridad nacional". Sin embargo, consideró que las circunstancias actuales de Venezuela son un argumento "muy fuerte" para tomar a la nación caribeña como "una amenaza para la región".

El Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, el viernes 14 de septiembre de 2018, en Cúcuta, Colombia, declaró: "definitivamente el régimen de Nicolás Maduro (…) está perpetrando (…) crímenes de lesa humanidad contra su población, violaciones de derechos humanos, sufrimiento de la gente, éxodo inducido que está impulsando", lo cual "hace que no se pueda descartar la opción de la intervención militar".

A esta expresión apocalíptica, se unen fuerzas chavistas que sostienen que: "Venezuela se encuentra en la fase más peligrosa de la agresión"; se anunció el Día "D" y Hora "H" antes del 12 de septiembre y esto, al no funcionar, ahora se ha extendido a tres meses; estos 90 días son cruciales y de una gran prueba, de lo que ocurra en estos tres meses dependerá cómo amanezca Venezuela el 1 de enero y se habló del septiembre rojo en Venezuela por el inicio el 31 de agosto pasado en aguas del Caribe colombiano, de la 59° versión de las maniobras UNITAS LIX 2018, con participación de 12 naciones del continente: Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, Honduras, México, Panamá, Perú y República Dominicana, todas alineadas contra nuestro país.

Otra expresión de este escenario, sería, por un lado, el magnicidio frustrado que se llevó a cabo contra el presidente Nicolás Maduro Moros, el 4 de agosto pasado y es poco creíble – "cría fama y acuéstate a dormir"- la declaración de los voceros del Departamento de Estados de Estados Unidos en el sentido que ignoraban tal plan. La inocencia sería la única razón para creer tal declaración.

Por otro, en esta expresión debe incluirse la fórmula del golpe de Estado en lo cual Estados Unidos tiene bastante experiencia, incluso ya lo promovió y apoyó contra el Presidente Chávez.

Sobre esto último, el diario The New York Times, el sábado 9 de agosto, público una información según la cual el Gobierno de Estados Unidos mantuvo varias reuniones secreta con militares rebeldes de Venezuela para discutir el derrocamiento del presidente Nicolás Maduro. Dichas reuniones, celebradas fuera de Venezuela, comenzaron en otoño de 2017 y continuaron hasta 2018, y allí los militares venezolanos le comunicaron al gobierno estadunidense que representaban a cientos de miembros de las Fuerzas Armadas que no estaban de acuerdo con Maduro.

Un editorial el 12/09/2018, de la fuente citada, insiste sobre este mismo tema: "Presidente Trump no interfiera en Venezuela" y "Estados Unidos no debe estar en el negocio de los golpes. Punto".

El escenario de la paz

Frente al primer escenario, que acude a la fuerza como razón y considera a Venezuela enemiga y una amenaza a la seguridad nacional de ese país y por extensión al resto del Continente Americano, no queda otra que abogar por la paz y de la diplomacia, enfatizando el concepto lockeano de gran sociedad internacional en la que los estados colaborarían en base al Derecho internacional, la seguridad colectiva y la cooperación interestatal.

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su preámbulo es clara al plantearse la defensa de la paz como valor, pero, además, Venezuela es firmante de la declaración de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), acordada en La Habana, Cuba, los días 28 y 29 de enero de 2014 en la II Cumbre, que dice: "América Latina y el Caribe como Zona de Paz basada en el respeto de los principios y normas del Derecho Internacional, incluyendo los instrumentos internacionales de los que los Estados miembros son parte, y los Principios y Propósitos de la Carta de las Naciones Unidas".

Ello indica cuál es el camino a seguir desde Venezuela. Su gobierno está en la obligación de defender esos principios nacionales y regionales y por tanto debe abogar permanentemente por la paz. Camino que hasta ahora ha dado sus resultados y ha sido positivo para nuestro país.

Frente a la amenaza de intervención militar y las declaraciones insolentes del Secretario General de la OEA, que ahora dice que no lo dijo, los pronunciamientos no se han hecho esperar. Desde el alto gobierno venezolano se ha manifestado que se denunciará ante la ONU y otras instancias internacionales a Almagro, quien de forma vulgar y grotesca ostenta la Secretaría General por promover la intervención militar en Venezuela y atentar contra la paz de América Latina y el Caribe.

Once de los 14 países que integran el grupo de Lima, que es hostil hacia Venezuela, el sábado 15 de agosto, difundieron una declaración en la cual manifiestan "su preocupación y su rechazo a cualquier curso de acción o declaración que implique una intervención militar o ejercicio de la violencia, amenaza o uso de la fuerza en Venezuela".

Por su parte, la Secretaría Ejecutiva del ALBA-TCP, ese mismo día, expresó su indignación y rechazó "las declaraciones pronunciadas por el Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA) Luis Almagro, en las cuales incita a una intervención militar en la República Bolivariana de Venezuela".

"Estas declaraciones son una evidencia clara de los planes desestabilizadores y de intervención en contra de la democracia y soberanía de los gobiernos progresistas de la región que se ha venido ejecutando por parte del Secretario General Almagro. Con estas declaraciones, Almagro busca profundizar y agudizar los ataques que algunos gobiernos de la región han venido desarrollando en contra de Venezuela. Las mismas son una extralimitación de sus funciones como Secretario General y contradicen los principios básicos del Derecho Internacional y de la propia Carta de la OEA".

Es indudable que una intervención militar de estados Unidos contra la República Bolivariana tendría consecuencias impredecibles en el Continente Americano y difícilmente quedaría impune una atrocidad de tal magnitud. A la situación en Afganistán, Irak, Libia, Siria, el conflicto comercial con China, los dimes y diretes con Rusia, el desconocimiento a los acuerdos en materia nuclear con Irán, los acuerdos inconclusos con Corea del Norte también en el tema nuclear, se sumaría otro frente para la política exterior de los Estados Unidos.

Como es de conocimiento, el 6 de noviembre de este mismo año, como lo hacen cada dos años, los estadounidenses votarán para renovar la totalidad de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado. El Partido Republicano controla ahora ambos hemiciclos pero, así y todo, ha tenido problemas para aprobar leyes. Es de esperarse que, un cambio de color político en el Capitolio, pondría poner en jaque la obra legislativa de Trump y eventualmente llevar a un proceso de destitución (impeachment) contra Trump, lo cual ha sido ya anunciado y no parece nada descabellado.

Además, las elecciones serán un termómetro social sobre el mandatario dos años antes de las elecciones presidenciales de 2020.

Conclusión

Sin promover una visión romántica de las relaciones con Estados Unidos, es importante resaltar que, a pesar de casi dos décadas de enfrentamientos contra la política imperial de Estados Unidos, entre ambas naciones aún existen relaciones comerciales.

El Comandante Chávez, abogaba por esa relación y, en ocasión del lanzamiento del programa de aceite de calefacción para las comunidades pobres de EE.UU, en septiembre de 2006, dijo:

"Cuanto me gustaría tener (…) en los Estados Unidos (…) un amigo como Presidente de los Estados Unidos. Un Presidente que sea un amigo (…). Nosotros no somos enemigos de Estados Unidos. Eso es mentira. Nosotros somos amigos del pueblo de Estados Unidos".

Pero al mismo tiempo, en términos de la lucha que viene librando la revolución bolivariana contra los gobernantes estadounidenses, dirá ese mismo año:

"Al imperio no hay que subestimarlo, pero tampoco hay que temerle. Quien pretenda lleva a adelante un proyecto de transformación, inevitablemente chocará con el imperio norteamericano".

El Ernesto "Che" Guevara diría, en noviembre de 1964, en Santiago de Cuba lo siguiente:

"...porque es la naturaleza del imperialismo la que bestializa a los hombres, la que la convierte en fieras sedientas de sangre, que están dispuestas a degollar, asesinar, a destruir hasta la última imagen de un revolucionario, de un partidario de un régimen que haya caído bajo su bota o que luche por su libertad... Y recordemos siempre, que no se puede confiar en el imperialismo pero ni tantito así, nada."

Y mucho antes, El Libertador Simón Bolívar en carta al general en Jefe J. A. Páez, Boyacá, 15 de diciembre de 1828, afirmará: "Es preciso no descuidarse ni despreciar, por insignificante que parezca, el enemigo"

 



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Franklin González

Doctor en Ciencias Sociales, UCV. Sociólogo, Profesor Titular, Ex Director de la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV. Profesor de Postgrado en la UCV, la Universidad Militar Bolivariana de Venezuela y en el Instituto de Altos Estudios ?Pedro Gual? del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Exteriores. Fue embajador en Polonia, Uruguay y Grecia.

 framongonzalez@gmail.com

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