Elías Jaua: “no tengamos miedo”. “¡Protesten!” ¡Pero cuidado conmigo!

Mientras las médicas, médicos, enfermeros y todo el personal de salud y los enfermos mismos protestan, sin que Elías Jaua les haya incitado, sino por otros motivos muy justificados y bien identificados, sin teoricismos ni palabras claves y menos dogmáticas y ortodoxas, tampoco por cinismo, más por las tripas, según ellos pregonan, voy a escribir con pena y hasta desconfianza, pues haré referencia a Kafka y "El Proceso". Me aterra no logre explicarme y corra el riesgo "de lucir como quien quiere lucirse". Eso sí, "El Proceso" no lo leí en alemán y menos lo traduje, porque en esa lengua no sé siquiera decir ¡NO!, como tampoco ¡SI! Hablo de vaina y entiendo algunas cosas si me las explican bien, porque los teóricos, que algunos mencionan, me enredan todo. Simplemente tuve oportunidad de pedir prestada una edición barata, en esta balurda lengua que uno habla, sabiendo el dueño que no se la devolvería, porque libro que se presta nunca vuelve a su dueño. Lo leí no porque fuese muy culto y empeñoso en la lectura sino porque entonces el autor de la "Metamorfosis" estaba de moda y, en mi grupo, quien no lo hubiese leído cargaba esa raya encima y hasta pudieran hacerle lo que ahora llaman "bullying", para eso ya existía la "cayapa". ¡Vainas de la dependencia! El grupo, mi grupo, de eso hablaría una semana o más, luego llegaría otro asunto o libro y no quise seguir en la luna y hasta sintiéndome excluido y víctima. ¿La obra es buena? ¿Kafka fue buen escritor? Pues que lo digan quienes de eso saben y sólo tienen el derecho de hablar y opinar sobre esas cosas. Más quienes lo hayan leído en la lengua original de la primera edición.

Sólo sé que esta mañana, al levantarme, sentarme frente al computador me sentí extraño, tanto como Gregorio Samsa, el de la "Metamorfosis", se descubrió vuelto escarabajo y hasta se escondió bajo la cama. Mi extrañeza no fue por eso; pues lo de animal, tanto como para entender poco, nadie me lo quita, pero si al leer un artículo en Aporrea de Elías Jaua, que ha sido ministro de todas las vainas que hay en el gobierno, hasta jefe de un "Motor" el farmacéutico, del cual no lo destituyeron porque cuando pusieron a otro no se acordaron que tenía ese cargo, como él tampoco. Por esto no protestó ante aquel proceder tan burocrático y kafkiano. Fue "Protector" de Miranda y en eso "rindió tanto" que Capriles, con todas sus simplezas, fallas, descuidos y desidia, se cansó de ganar en ese Estado las elecciones, hasta que ahora, por el despelote opositor, fue posible que el chavismo derrotase a ese bando.

Jaua, de un tiempo para acá, no sé exactamente por qué, anda en plan de retador. Hace poco, sin aparente motivo, porque las cosas les han venido saliendo no tanto como las ha planificado el talento que les ilumina, pero si más porque la oposición cuando llega al arco, para hablar un poco de fútbol y mostrarnos a la moda, pisa un hueco o se enreda con los cordones de las botas y cae al suelo, lo que hace el balón llegue manso a las manos del portero sin que éste tenga que joderse mucho, inesperadamente llamó a unas elecciones internas del Psuv, un como retar a alguien.

Ahora, de repente, quien tiene tantos años en el gobierno y por tanto responsable como nadie del burocratismo y de todas las fallas que en su artículo señala, llama al chavismo a no: "tenerle miedo a ejercer su derecho a interpelar y a protestar contra el burocratismo autoritario, contra la corrupción, contra lo mal hecho y contra la indolencia que mina la moral de un pueblo". Tanto estar sentado entumece y en el aparato del Estado al más pintado lo burocratiza, sólo que "nadie ve la paja en ojo propio".

El personaje kafkiano de "El Proceso", debe enfrentar un juicio que él ni nadie sabe por qué, ni dónde ni tampoco cuándo. Va de aquí para allá, entra a enormes oficinas abundantes en escritorios y ocupados y vacíos, y nadie sabe decirle de su caso. Pero el "Proceso" marcha. Algo debe hacer en su defensa porque quienes habrán de cobrarle si no alega algo a su favor, de algún lado impreciso, saldrá alguien o algo, un fantasma o alguna cosa inusitada, a cobrarle su falta inexistente.

Vean como Jaua nos llama a no temer protestar contra el "burocratismo autoritario". Uno sabe que existe. Es más, es casi el gobierno todo, especialmente los tantos como él que casi nacieron gobernando y todavía siguen. Es decir, son hijos, padres y madres del "burocratismo autoritario", pero no lo perciben y lo que es más no se sienten con autoridad para combatirlo. ¡Cómo padres que a sus hijos desconocen!Por eso llaman al "pueblo", que si lo ve, lo siente y sufre en su propio cuerpo, que proteste. Porque Jaua, está como el personaje del "Proceso", perdido en los vericuetos de la burocracia y el "burocratismo autoritario"; sólo que no en el rol del procesado sino de quién procesa. Pues en este caso, según Jaua, los burócratas son otros, hasta sin estar en el gobierno Pero es también actuar con aquella vieja treta del ladrón perseguido, quien se para en un punto de la calle y en medio de la confusión, mientras señala indefinidamente, grita: ¡¡Al ladrón!! ¡¡Al ladrón!! y así confunde a quienes le buscan. Son otros, es aquel que allá huye, yo no. Soy un vigilante, "el fantasma que camina".

No sé en quién pudiera estar pensando cuando llama a denunciar la corrupción que todavía queda, tanto que hay casi convictos y confesos, como por ejemplo el ex alcalde Guanta a quien parecen haber echado al olvido para no llegar a los nudos. De indolencia e indolentes estamos hasta "el copete". Llamado que podría ser en este caso como un boomerang o un escupir para arriba. Y esto a uno lo pone tan perdido como el "hijo de Limdberg" o el personaje kafkiano, pues no concibe a Jaua llamando a la gente a protestar contra él y los suyos. Porque no creo que los burócratas e indolentes sean quienes nunca han estado en el gobierno y sí reclamándole a gente como él que hagan algo o dejen que otro haga. Permitan que personajes que, como Samán intentaron sanear las cosas, ayuden a la gente y dejar constancia del deber hacer de un revolucionario y no se apuren a "cortarles las patas", por no poner en evidencia al resto y salvar "el prestigio del grupo anquilosado"

Y Jaua se desgaja justificando los derechos de la gente a protestar por una larga relación de cosas, aunque se le olvidó lo del hambre, la indefensión del venezolano ante las mafias por culpa del gobierno y afirmó de manera contundente y teatral, repitiendo una frase de Chávez, de cuando éste estaba detrás de esas cosas y no se limitaba a llamar a la gente a protegerse, "Uds. tienen derecho a criticar, a interpelar, a demandar, a protestar, pero no abandonen nunca la revolución".

Pero Chávez, habló de un estado de cosas distinto totalmente a este y le llamó revolución, y todos así le llamamos, pero la "indolencia, ineficiencia y burocracia", de quienes gobiernan, no de nadie en abstracto y menos fantasmal, como en "El Proceso" de Kafka, se encargaron que esto que ahora vivimos no merezca tal calificativo. Más bien, un buen día, amanecimos, no de bala, como dijo el Chino Valera Mora, sino como Gregorio Samsa.

Pero Elías anda en algo. Quiere como escurrir el bulto. Por eso grita ¡¡Al ladrón!! ¡¡Al ladrón!! O llama burócratas e indolentes a alguna gente que está en el mismo gobierno del cual forma parte casi desde su nacimiento, él de él y el del gobierno, para salvarse y que otros paguen las culpas.

Si el lector de esto es lo necesariamente cuidadoso y con buena memoria, recordará que días atrás, cuando nadie lo esperaba, Elías Jaua, como dijimos antes, llamó a unas elecciones generales y universales dentro del Psuv. Pese todavía ando turulato, como cuando esta mañana porque me descubrí no vuelto escarabajo o por andar de arriba abajo tratando de averiguar de qué me acusan, quién y a dónde debo acudir, tengo la impresión que Elías está apuntando contra alguien que "es indolente y burócrata" y contamina al gobierno todo, absolutamente distinto a él y los suyos quién debe pagar todos los platos rotos. Un paga peo pues, a quien los suyos deben protestar "sin miedo". Porque duda no cabe que Juau no llama a protestar contra él y casi el gobierno todo que llevan años en eso sin poder con la múcura; por el contrario, contra los indolentes y burócratas que son otros. Por eso, cuidado con vainas; tengamos cautela; si lo hacemos contra casi todos, como hizo Julio Escalona cuando pidió raspar al gabinete todo, que incluía a Jaua, o nos vamos de bruces contra quienes deberíamos ir, podríamos ser acusados "con razón", eso lo da por hecho Jaua, de traidores y desleales. ¡No se pasen de la raya! ¡Bueno es cilantro pero no tanto!



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Armando Lafragua


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