¿Es el PSUV una Fuerza, un trencito o montón de votos?

No sé si  alguien, pueda estar interesado en hacerse y responderse esta pregunta. Creo que a la militancia del PSUV debe interesarle. Una respuesta por supuesto, debe venir condicionada o argumentada desde una cierta perspectiva.

Por ejemplo, si se asume la posibilidad de una respuesta desde el mundo de la física, las consideraciones más elementales conciben la fuerza  como toda causa con capacidad de cambiar el estado de un cuerpo u objeto. Esto implica algunos detalles complementarios. Se tiene el llamado punto de aplicación o ubicación del objeto-cuerpo sobre el que se ejerce esa capacidad de cambio, el sentido o dirección de ese cambio y la intensidad.

Si se asume, que desde la perspectiva de la física, la capacidad para cambiar el estado de un objeto resulta como clave; el PSUV está en muy mala posición para alcanzar este estatus de fuerza. Muy pocas cosas han cambiado, si tomamos como referencia el punto en que nos encontrábamos y la dirección que trató de dársele al país. Los “cambios” que nos hicieron ver no son efectivamente reales, aunque el coeficiente de Gini me pinte un dibujito muy bonito sobre los niveles de igualdad que existen en Venezuela. No es hoy Venezuela un país con mayor igualdad, menos dependiente ni más soberano, aunque escuchemos gritos.

Por supuesto, no niega esto, que el PSUV no sea una fuerza. Sugiere si, que hay otra(as) fuerza(as) con mayor capacidad de sostener el objeto en el punto donde la otra fuerza lo encontró o de llevarlo en una dirección distinta a la que esta fuerza (PSUV) intentó llevarlo.

Si abandonamos el terreno de la física y no adentramos al campo de la política, también se logra reunir una consideración para repensar la condición de fuerza política del PSUV. En uno de sus trabajo más reciente, Marta Harnecker nos sugería que la política, desde una perspectiva revolucionaria era el arte  de hacer posible lo imposible. Era una capacidad para imaginarse cosas y hacer esa imaginación realidad a través de una correlación de fuerza. Es el arte de poder hacer, que no es muy distinta a la percepción que nos da la física.

Carlos Matus que ocupó un importante espacio en este debate, nos sugería, que esta capacidad, se resumía en las variables que controlábamos y las que no estaban a nuestro alcance. El control de una variable no da una determinada capacidad de fuerza y la suma total de fuerza (Capacidad), viene dada por la cantidad de variables que manejamos.

El PSUV tuvo en una oportunidad el gobierno, la Asamblea Nacional, las alcaldías, los consejos legislativos, las gobernaciones y hasta ocho millones de votos, pero lamentablemente no estamos cerca del punto donde el PSUV con estos aparatos nos intentó llevar.

Hoy la dirección del PSUV dice: tenemos 19 gobernaciones y 308 alcaldías. ¿Y? Definitivamente tres o cuatros empresarios construyeron un ejército de bachaqueros, que en su mayoría son gente pobre y nos puso el mundo redondito como es, pero muy chiquito. Ayer, con el gobierno nacional, los gobiernos estatales y municipales no se pudieron hacer mucho para llevar  al país en la dirección indicada y dejarlo en el punto previamente señalado.  Con más votos, los otros (con menos votos) tienen más fuerza política. Se ven avenidas llenas, pero esto es un montón de gente que se meten en buses.   

Hoy con 19 gobernaciones  de 23 y 308 alcaldías de 335, los bachaqueros han resultado ser una fuerza más contundente para desviarle la vida al PSUV. Indiscutiblemente que tienen votos, pero tal vez carezcan de capacidad y fuerza para mover en la dirección que desean al país. Otras fuerzas, que no tienen gobernaciones han podido hacer lo que han querido. Podría decirse como justificación, que se está luchando con inmenso poder imperial. Es verdad, pero también se ha contado con los favores de una oposición torpe que ha devenido en una ventaja.

Si desean mi opinión, diría muy gráficamente, que el PSUV ha sido como un trencito con un montón de pasajeros dentro. Los carajitos que tienen este tencito lo llevan de un lugar a otro para sacarle provecho. O sea, los carajitos bachaqueros que tiene este trencito que se llama PSUV no crean que son muy distintos a los bachaqueros que nos joden la vida.



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Amaranta Rojas


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