¿Por qué atacar al PCV?: El PCV y su “Reserva Moral”

Todos quienes han entablado un debate con militantes del PCV, y especialmente han criticado su dirección política, han tenido que hacer frente a un argumento que se ha hecho pilar en su discurso, y que en realidad se transforma en una lapida retórica que impide avanzar a conclusiones sobre temas particulares de la realidad política. Ese argumento no es otro que la solvencia moral de su organización.

En numerosos debates en redes sociales, pero también en espacios amplios, puede observarse que el discurso de muchos militantes del PCV inicia recordando el papel de vanguardia que jugo la organización desde la segunda mitad del siglo XX, cargado de adjetivos que parecen venir de una epopeya griega: glorioso, histórico, digno, eterno e inmortal Partido Comunista. Seguido a ello, y en el mismo tono, continúa otra serie de adjetivos que reafirman su vínculo al proceso chavista iniciado en 1999, como necesidad de bloquear cualquier ejercicio de crítica. De esa manera sabemos que el camarada continuará el discurso señalando su lealtad, compromiso, acompañamiento y apoyo al proceso chavista. Solo después de tan larga introducción, se puede entrar en algunas materias, y luego de una larga discusión, terminará con una pregunta típica: "¿Por qué atacan al PCV?, ¿Por qué solo están pendiente de lo que dice el partido?, vayan militen y no hablen tanto"

Frente a esto, cabe preguntarse hasta qué punto esta actitud de "Reserva Moral" se transforma en un instrumento concreto para la organización, movilización y avance de la clase trabajadora; o muy por el contrario contribuye al encubrimiento del carácter de clase de la alianza de cual forma parte el PCV, y se transforma en agente desmovilizador de la clase trabajadora, un dique de contención. Este es un problema que debe ser evaluado quizás en un espacio mas amplio y extenso, sin embargo, se pueden mostrar algunos puntos de discusión para salir de duda o por lo menos para abrir el debate.

El pasado mes de febrero el PCV celebró su Conferencia Nacional, con la intención de generar un diagnostico de la realidad política venezolana que definiría su posición frente la candidatura de Nicolás Maduro. A pesar de las expectativas de algunos militantes y cuadros cercanos, de un avance en la propuesta política, el resultado de tan importante reunión fue tan solo una breve caracterización cargado de la retórica característica, y unos puntos de acuerdo donde se comprometían tanto el PSUV como el PCV, hacer lo que se estaba haciendo solo que: "mejor, más eficiente, profundizado, reimpulsado, etc.", basta fijarse en los verbos para notar que no existe una propuesta nueva. Para el PCV el problema no es el carácter de clase del gobierno, sino que las medidas gubernamentales se hacen mal o bien. La línea argumental se centra más en una crítica moral y administrativa que en un diagnostico de las condiciones objetivas que azotan a la clase trabajadora venezolana.

Esta crítica moral manifiesta en la 14 Conferencia Nacional, inicia considerando que la crisis del capitalismo rentista se ha agravado por "la corrupción privada y pública, el burocratismo y la fuga de divisa" (punto 3 del acuerdo PSU-PCV), como si el desarrollo de la política económica del gobierno no interviniera en la crisis estructural mediante la puesta en marcha de un ajuste económico reaccionario que ha favorecido al capital transnacional, priorizando el pago oportuno de la deuda externa, reduciendo las importaciones de alimentos, medicamentos y bienes de primera necesidad; o la profundización del extractivismo a favor del capital transnacional; o la creación de condiciones jurídicas y económicas para la fuga de capitales; o como el mantenimiento del tipo de cambio preferencial por un largo período o la ley de inversión extranjera, en fin practicas estatales solo atribuibles a la fracción burguesa en el gobierno.

No es de extrañar que dicha conferencia y documento lo hicieran acreedores de un título que hasta el mismo partido se regocijó, el "PCV es una Reserva Moral" de la Revolución, decretaba Nicolás Maduro en el acto. Pero, ¿qué quiere decir una reserva moral?, sin lugar a dudas que la expresión disfraza la poca valoración del gobierno a su movilización en el presente, su poca intervención en los sindicatos, su condición legitimadora de las acciones del Estado incluso las más anti-populares. Una reserva moral es un respaldo histórico que no corresponde a la realidad concreta, sino que se ha hecho recuerdo y funciona como un tribunal que sanciona, pero no ejecuta la sentencia, porque carece de fuerza material para hacerlo.

Bajo el #LodijoelPCV, se refleja en los últimos días la asimilación de este rol por dicha organización. Por medio digitales se mostraron las denuncias del Partido frente a determinados actos de corrupción y acciones de funcionarios públicos. Sin duda este acto no deja de verse en la ambivalencia de una lavada de manos de Poncio Pilatos, como si haberlo dicho mantuviera su "fortaleza moral" o la mueca resignada del oráculo de Delfos, como si hasta el pronóstico alcanzase su capacidad. ¿Cómo puede existir en una organización marxista-leninista una brecha entre lo dicho y lo hecho?, ¿cómo es que se dijo y no se hizo nada?, ¿cómo es que las denuncias no terminan en movilización y organización de la clase trabajadora? Finalmente, cómo es que, frente a compañeros sindicalistas detenidos por el gobierno en manifestaciones por la defensa de sus derechos, el PCV solo preste la plataforma mediática para la denuncia, con simples ruedas de prensas que desestiman la lucha en la calle; y más importante como es que ante lo dicho – que es bastante-: no se identifique al gobierno como enemigo de clase y se le siga clasificando de aliado estratégico.

La respuesta es sencilla el PCV ha asumido su título y rol de "Reserva Moral" del proceso chavista, reducido a sentenciar o justificar las acciones de la fracción burguesa que gobierna, mediante la puesta en marcha de una "maquina moralizante". Si esta tarea no significase un tapón a la lucha de la clase trabajadora en la medida en que diluye las demandas de clases, invisibiliza al enemigo de clase y resta tensión general a la lucha de clases, muchos de nosotros lo pudiéramos pasar por alto y no hablar del PCV, pero como sucede todo lo contrario, nos vemos obligado a estar pendiente de cada paso que da, porque un partido que en sus documentos se reclama vanguardia de la clase trabajadora venezolana no puede preguntarse ¿porque atacan al PCV?, si miembros de la clase trabajadora manifiestan su descontento frente a su dirección política.

La Máquina Moral del PCV

Hasta ahora hemos denunciado, como cierta práctica discursiva y política realizada por el PCV, basada en la sanción moral y la desmovilización política, se ha transformado en un "tapón" para el avance de la clase trabajadora. Para analizar cómo funciona dicha maquina tomaremos de su órgano divulgativo, Tribuna Popular, un simple caso.

En su numero 2.990 Tribuna popular realiza una denuncia en relación a la detención de los dirigentes sindicales Exio Urriola y Carlos Mora, presidente y Secretario General, respectivamente, del Sindicato de los trabajadores Lácteos los Andes. Lo primero a observar es que antes de calificar al CICPC como un aparato represor, que realizó la detención, bajo la dirección y administración del Estado que dirige el gobierno del PSUV, el PCV debe abstraerlo y mostrarlo como un cuerpo cuasi autónomo que cometió una acción "ilegitima", y que por "ilegitima", deben suspenderse todos los "procedimientos judiciales". El problema no es que las fuerzas del Estado que conduce el Gobierno de Nicolás Maduro, persiguen a la dirigencia sindical, sino que, un cuerpo denominado CICPC, realizó una acción ilegitima que debe ser corregida mediante la suspensión de los procesos judiciales puestos en marcha. No hay duda de que dicha operación oculta y elimina la tensión en una situación que refleja una realidad de clase contra clase.

Pero sigamos examinado el artículo para ver operaciones similares. La siguiente operación consiste en sacar de discusión la contradicción principal entre el patrón- en este caso el Estado- y los trabajadores, y llevarla por mediación a un terreno de consenso y negociación de la prácticas de gobierno para con la empresa. De esta manera una reivindicación laboral como lo es las condiciones de trabajo en la empresa, es llevada a un problema de gerencia y de designación de recursos para su correcto funcionamiento, es puesta en discusión la naturaleza del Estado como mal administrador, antes que su naturaleza explotadora como patrón en la relación laboral.

La máquina moralizante del PCV lleva un problema evidentemente de clase, como lo es la lucha de los trabajadores por sus mejores condiciones laborales, a un problema de gerencia y de allí concluye que la solución ante magno conflicto no es otra que el Estado distribuya mejor la renta petrolera entre las empresas privadas y las públicas. Cuando nuestra lectura del artículo en Tribuna Popular llega a este punto, hemos olvidados que dos dirigentes sindicales estaban presos, que las condiciones de trabajo en la empresa Lácteos Los Andes se desploman aceleradamente, que la clase trabajadora se moviliza y es ignorada, cuando no reprimida por las autoridades. Fuimos llevados a creer que si el gobierno distribuye mejor la renta petrolera en las empresas nacionales todos los problemas concretos desaparecen.

Una vez ocultado el enemigo de clase y desviada la discusión sobre la contradicción capital-trabajo a la discusión sobre una de buena o mala administración, solo queda quitar toda beligerancia a la acción de los trabajadores, resaltar su carácter pacífico y su disposición de consenso. En todo momento el artículo de Tribuna Popular se esfuerza por demostrar la no violencia de los trabajadores en la manifestación y ocultar la violencia de las fuerzas del Estado: violencia física de la detención y violencia simbólica con su presencia en la manifestación.

Es así, como lo que pudo ser una oportunidad para la movilización, organización y agitación de los trabajadores es reducido a la simple propuesta en el último párrafo del artículo:

"Finalmente, el PCV planteó al gobierno nacional que atienda la demanda de la empresa y que investiguen las causas de fondo de su estado actual, con participación directa de los trabajadores y su sindicato clasista".

Todo termina en la promesa de una acción del gobierno que será acompañada por los trabajadores, el mismo gobierno que detuvo a los líderes sindicales y los mismos trabajadores que iniciaron la propuesta, que paradoja.

Este mismo análisis se puede realizar con otros artículos en los órganos divulgativos del PCV y la lógica es la misma: ocultamiento del enemigo de clase, desplazamiento de toda discusión sobre la contradicción capital-trabajo a términos de buena o mala administración y forzada disposición de consenso de las instancias organizativas de la clase trabajadora frente a los entes del Estado. Este es el rol que ha mostrado la dirección política del PCV.

 

guzman.yorluis@gmail.com



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