El carnet de la patria y el niño Asperger

Mucha gente critica el carnet de la patria, en medio de sarcasmos, burlas y acusaciones sobre el carácter ideológico del mismo. Pero esa gente no sabe o se hacen los locos en cuanto a la importancia del mismo. En efecto, hay quienes reciben beneficios a través del carnet, pero ante sus amigos escuálidos quieren dar la impresión de que ese carnet es un fraude y, sin embargo, viven escaneándolo "guillados" para ver que le salió o si tienen el monedero lleno. Asimismo, hay quienes han recibido todo los bonos y corren a ver la televisión cada vez que oyen a Maduro hablando, y cuando se dan cuenta de que no anunciará ningún bono, salen quejándose: "Nojoda, no dijo nada bueno" (Bono).

En el caso de que Maduro anuncie un nuevo bono, ningún celular se queda en casa. Andan esos escuálidos pendientes del sonido del mismo. Cuando se produce el sonido que indica que llegó un mensaje, dicen; ¡Coño, ese es Maduro"! Si acaso no es, pueden llegar a decir, viendo hacia el cielo: "Llámame Maduro, por favor, estoy pelando" Se vuelven como locos. Confunden el sonido de las ollas en la cocina, con el del celular. ¡Y eso, que el carnet, y que no sirve para nada!

Es decir, hay cierta hipocresía y oposición hacia el carnet y no se le reconoce que en medio de todo debe resolver necesidades, porque si no, no hubiera tanta gente "deseando tenerlo por necesitarlo, que necesitarlo y no tenerlo". Pero, sirva esta introducción para contar la historia de Gabriel, un niño Asperger de 10 años de edad, que en una historia anterior, fue capaz de dejar saber su percepción sobre Obama en relación a su comportamiento agresivo ante el mundo.

En esta oportunidad, en una visita que hizo Gabriel a sus padres a una ciudad del oriente del país, mientras jugaba en la computadora, no perdió rastro de la conversación que mantenían estos, en torno al carnet de la patria y una iglesia evangélica de esa ciudad. Gabriel mantuvo ese secreto hasta que logró visitar a su antigua maestra de preescolar, quien en una conversación con su abuela cayeron en el tema de la política. Esto le hizo recordar lo que había oído de sus padres, y a propósito le contó a su maestra, que: "Estuve en casa de mis padres y ellos estaban hablando de una iglesia evangélica en donde llegó el pastor y le pidió a todos los que estaban ahí que trajeran al otro día el carnet de la patria y una tijera, para hacer migas el carnet, porque eso era cosa del demonio" Maestra, ¿tú crees que eso es necesario?

La maestra le respondió, algo sorprendida: Eso fue mal hecho de ese señor, porque habrán algunos a quienes no les haga falta, pero a otros si le puede resolver algún problema, aun con lo poco que pueda ser la ayuda. Enseguida, la maestra le devuelve la pregunta a Gabriel: Y, ¿Qué crees tú de eso Gabriel? Me pareció estúpido. Y ese señor es un ignorante. El si es el verdadero demonio.

Gabriel, lo dijo todo.



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Jesús Rafael Barreto


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