¿Qué esconde el Gran Mariscal de la Guerra Económica?

La miseria y la pobreza se enseñorean en Venezuela; pero el gobierno evade su responsabilidad argumentando que es la guerra económica imperialista la culpable de todos los padecimientos que esta soportando mayoritariamente la gente común y corriente. Llama la atención que muchísimas de estas personas, creen con una fe casi religiosa, que esa explicación que enarbola el gobierno a los cuatro vientos es total y absolutamente verdadera. De esta manera desdeñan a priori otras posibles causas como el evidente y rotundo fracaso de las políticas que han llevado el país a este atolladero donde se encuentra. Pareciera que el gobierno ha desplegado una alta dosis de astucia como para engañar a esas mayorías, provocando que crean en cualquiera de sus absurdas hipótesis. Obviamente que han sido sistemáticamente engañadas. ¿Pero, cómo? El ardid que han utilizado a su favor tiene su fundamento en una conducta de la oposición, particularmente en su clasista aversión hacia las clases desposeídas, quienes al captar estas manifestaciones de odio de clase, se sienten rechazadas. Prefieren entonces, el "afecto" que les prodiga propagandísticamente un gobierno que en realidad esta actuando como su verdugo.

Un gobierno que se confiesa públicamente antiimperialista y socialista no puede esperar ser vitoreado con flores y alabanzas por los representantes del capital, sencillamente, porque esa manifestación, es sin más, una declaración de guerra. El papel del imperialismo norteamericano, como gendarme global, es garantizar, a todo trance, la preservación del sistema de explotación y opresión capitalista. Cuando estas verdades de Perogrullo son alegremente subestimadas se cometen las peores atrocidades contra los pueblos, porque son estos quienes, en última instancia, pagan los desaciertos de sus lideres. De tal manera pues, que estos deberían, a la hora de hablar, guardar una sabia prudencia para garantizarle la debida seguridad a quienes dirigen.

Chávez con su praxis bolivariana antiimperialista logró trastocar la geopolítica en el propio "patio trasero" del imperialismo. Pero esta perturbación duró realmente muy poco tiempo. Le costo la vida. Ahora los gringos están recomponiendo el orden alterado. Argentina y Brasil están prácticamente rendidos a sus pies. La derecha lacaya les ha hecho el trabajo sucio. El imperialismo norteamericano se encuentra en contraofensiva. Vienen con todo. Parece ser una cuestión de poco tiempo la toma violenta de Venezuela. Todo dependerá de nuestra fortaleza o de nuestra debilidad.

El capital huye o se repliega cuando se siente amenazado; pero aquí se quedó tranquilo, aprovechándose de la bonanza económica que se vivió en los tiempos de Chávez, Lula y Kirchner. Lo inaudito es que después que Chávez, en el año 2005, en el quinto foro social mundial de Porto Alegre Brasil, formuló su declaración de guerra, al proclamar el transito hacia el socialismo como vía a seguir para construir un mundo más justo, más libre y más humano; no se tomaron las debidas provisiones; y por el contrario, se prosiguió, como si nada se hubiese dicho, viviendo en una economía dependiente y rentista que radicalizó la economía de puerto, esto es, las importaciones, favoreciendo tanto al imperialismo como a la mismísima burguesía parasitaria, muy vinculada históricamente con las transnacionales. Todo lo cual se erige como la contradicción principal que ha regido tanto los gobiernos de Chávez como el de Maduro. El socialismo no advendrá solo por obra y gracia del deseo voluntarista de un líder ni de una vanguardia. El socialismo será el producto histórico de procesos de luchas de la clase trabajadora. El socialismo no se decreta. Ninguna vanguardia podrá sustituir a la única clase que puede dirigir el proceso de abolición radical de las relaciones sociales de producción y dominación capitalistas. Así pues, que podemos repetir ese refrán popular que reza que "los meros deseos no empreñan". Los gobiernos de Chávez y Maduro se auto-declararon socialistas y antiimperialistas; pero conservaron intactas tanto la estructura económica capitalista-rentista-extractivita-dependiente como las relaciones sociales de producción y dominación capitalistas que les corresponden. Esto muestra, con suma evidencia, que esto ha sido no más que una vulgar y mediocre pantomima, es decir, un chabacano engaño. Realmente no ha habido ningún cambio revolucionario en Venezuela, es decir, no se transitó efectivamente hacia el socialismo. El reformismo asistencialista y populista más ramplón, con el rimbombante remoquete de socialismo del siglo XXI, fue lo que se instaló en nuestro país.

Empero, el discurso socialista y antiimperialista le ha permitido al gobierno de Maduro mantenerse en el poder con el apoyo de la masa chavista; pero, por no haber desmontado la estructura económica capitalista-rentista-extractivita-dependiente; no se encuentra en capacidad de resolver la profunda y crónica crisis económica que padece. Si realmente hubiera tomado medidas radicales de carácter socialista, esta crisis no existiera. Si todo el poder económico y político lo detentase directamente la clase trabajadora, nuestro pueblo estaría, seguramente, en una situación de bonanza económica y social. Contrariamente, esta administración ha implementado políticas que han beneficiado groseramente a la burguesía parasitaria y al imperialismo; en total perjuicio de la clase trabajadora. Las clases dominantes, realmente se aprovecharon de esta conducta incoherente del gobierno, llevándose hacia sus cuentas en el extranjero, inmensas masas de capitales que nunca retribuyeron, ocasionando toda esta situación de escasez que estamos confrontando.

Vamos rumbo hacia el abismo y todo indica que nada podrá evitarlo. En ello conspira el no asumir con seriedad la gravedad del momento, subestimándolo a través de una pertinaz banalización de la realidad. Se utilizan "razonamientos," que son auténticos falsos positivos para disfrazar la mentira. Esto explica el papel de esa "razón," que pretende explicarlo todo; y que sin embargo, ha terminado por no dar cuenta acerca de nada. Lo terrible y al mismo tiempo triste, es que quienes la inventaron como instrumento de manipulación, han terminado por asumirla como verdad. Es así como la tan aludida guerra económica imperialista, tomada, sin más, como el origen de todos nuestros males, se ha erigido en nada menos que en la justificación mas simplona para no volver sobre nuestros pasos para rectificar, este peligroso derrotero, que es el camino minado del capitalismo extractivita-rentista-dependiente donde tercamente nos encontramos.

Con el argumento de la guerra económica imperialista vienen otros, íntimamente relacionados, que se nos presentan sistemáticamente como auténticos falsos positivos, para maquillar políticas no solo contrarias al socialismo, sino sumamente perjudiciales a los intereses nacionales. Entre estos exponemos los siguientes:

1. Que la hiperinflación es resultado de una "inflación inducida desde el imperio," a través del dólar guarimbero. La hiperinflación que padecemos es en realidad una consecuencia de varios factores, entre los que se destacan la masiva emisión de dinero inorgánico, la disminución de las reservas internacionales, el déficit fiscal, el crecimiento negativo del PIB durante cinco años consecutivos, una muy pobre oferta de dólares incapaz de satisfacer la demanda. Todo lo cual desemboca en la aparición de un mercado ilegal de divisas que solo logra saciar a quienes puedan pagarlo. Todo esto ocurre como corolario no solo de una significativa y estructural deficiencia en nuestras fuerzas productivas, ocasionada por una estructura económica capitalista rentista, extractivita y dependiente; sino de una cultura rentista-importadora, profundizada en la economía de puertos, explayada con creces durante estos últimos diez y ochos años. Cada día que pasa, las condiciones de vida de los asalariados empeora, tornándose a cada segundo, más precaria, porque el salario en Venezuela se devalúa al ritmo que impone, no el dolartoday; sino la hiperinflación. Esto explica por qué el promedio del valor de los ingresos de un trabajador venezolano tiende constantemente a la baja. En estos momentos no supera los cuatro dólares al mes. Sin dudas, esta grave situación que pone en peligro las propias expectativas de la vida misma del venezolano de a pie, desenmascara la verdadera naturaleza de esta administración, que permite que la burguesía importadora y parásita cobre lo que vende al pueblo, a precio del dólar guarimbero; pero que pague los salarios en bolívares devaluados. Debe llamarnos la atención que todas las mercancías, menos la fuerza de trabajo, se tasan de acuerdo al valor del dolartoday. Sin dudas, que en esta abismal diferencia radica el origen de todos nuestros actuales infortunios. Lo inaudito es no solo que un gobierno que se autoproclama socialista permita esta grave injustica, que se lleva a cabo con sumo desparpajo, sino que la propia masa de trabajadores asalariados la acepte con tanto conformismo.

2. Que el control cambiario pararía la fuga de divisas. En realidad, el control cambiario no ha sido otra cosa que el mecanismo perfecto para fugar inmensas masas de divisas a través de la delincuencial asignación de dólares preferenciales. En este desfalco continuado se han enriquecidos personajes del empresariado, asociados con funcionarios del estado, que conjuntamente, terminaron siendo parte de la burguesía parasitaria, que ahora controla no solo la economía nacional, sino buena parte del estado y del gobierno. Una burguesía importadora, vinculada con empresas transnacionales, que jamás ha tenido interés alguno por desarrollar el aparato productivo y que ha hecho todo lo posible por mantener el capitalismo rentista-minero, dependiente e importador que predomina en Venezuela.

3. Que la reducción de los ingresos petroleros fue promovida y ocasionada por el imperialismo para perjudicarnos. La verdad, que ha quedado evidenciada en lo hechos, es que fue una negligente y drástica reducción de la producción de barriles diarios de petróleo, dirigida y ejecutada desde la propia PDVSA. Sobre este particular hay que resaltar que no solo sus directivos son responsables, también lo es el presidente de la RBV. De los 3 millones de barriles diarios que producíamos, bajamos, según la propia OPEP a unos 1,6 MBD. Una inconcebible baja auto infringida que no significa sino ruina. Una mengua en la producción de petróleo que se ha traducido en una considerable merma de las importaciones necesarias para garantizar la vida del venezolano. En virtud de ello, nos sobrevino la carestía de todo, como fuente de una especulación que nos agobia. La gran mayoría no estamos comiendo las tres papas diarias, por eso hemos visto esa drástica reducción de nuestras tallas. La proteína animal ha ido desapareciendo de nuestras mesas. Hay familias que literalmente no tienen que comer, por eso las visitas a los vertederos se esta haciendo cada día mas frecuente. Los artículos de higiene se han vuelto inaccesibles al común de los ciudadanos. Y lo más grave, la escasez de las medicinas y la disminución de los servicios médicos ha incrementado la mortalidad en todos los sectores de la población. Toda esta tragedia se ve amplificada no solo por esta reducción de la producción de petróleo. El servicio de una deuda que está por el orden de los 125 mil millones de dólares agrava la insuficiencia de los recursos para importar medicinas y alimentos. Los miles de millones de dólares que hemos pagado durante estos últimos tres años, para atender esta inmensa deuda, los necesitábamos para atender toda esta calamidad nacional, que colateralmente, también ha provocado nada menos que la huida migratoria de miles de venezolanos, hacia otros países, buscando salvarse de todo este hundimiento existencial en que se encuentra la patria. Cabe preguntarse, ¿qué clase de seres dirigen un gobierno que prefiere pagar sus deudas y dejar que sus hijos se mueran por abandono?

4. Que los males que nos entran por las fronteras nos lo provocan personajes siniestros como Uribe y Santos. No ponemos en el tapete lo que realmente ocurre y escondemos constantemente esa vil y ruin conducta de algunos funcionarios que permiten, buscando solo el lucro personal, el bachaqueo interno, el contrabando de gasolina y de nuestros productos hacia Colombia y otros países; y que cobran peajes en especies a camioneros que transitan por las alcabalas que custodian. ¿Dónde está en esas deleznables prácticas la moral bolivariana y revolucionaria que tanto predicó Chávez? Es que acaso no se sabe que quien se acostumbra a venderse al mejor postor también venderá la patria. ¿No entienden el inmenso daño que ocasionan al país? ¿No se dan cuenta que en vez de servirle a la nación no solo se sirven de ella sino a sus enemigos más acérrimos como el mismísimo imperialismo? Es de absoluta incumbencia del estado venezolano lo que ocurra en sus fronteras, por lo tanto, no puede eludir su responsabilidad, trasladándola a un tercero, si permite que el país se desangre a través de ellas. En estos momentos nos amenazan con invadirnos para despedazar nuestro territorio y repartírselos ante nuestros propios ojos. Ya sabemos que le sucede a los que no cuidan con celo lo que les pertenece. El relajo de la moral pierde a las naciones. No importa quien este gobernando, lo que cuenta es nuestro compromiso con nuestro país. ¿Acaso no vemos que si lo perdemos, perderemos todo?

Las políticas internas implementadas por el gobierno de Nicolás Maduro no pueden ser confundidas deliberadamente con las acciones bélicas externas ejecutadas por el gobierno de los estados unidos. Lo verdaderamente cierto y preocupante es que todas estas políticas implementadas desde el estado venezolano han provocado un debilitamiento general de todo el país, que efectivamente, ha sido aprovechado por el gobierno norteamericano, facilitándole sus acciones de saboteo y de cerco total para agudizar nuestros problemas, buscando provocar un colapso que permita el derrocamiento del gobierno.

 

ricardovargas.rv.rv@gmail.com



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