La nueva geopolítica del continente americano

Es necesario precisar algunas realidades continentales previo al desarrollo del presente discurso con las finalidades de recordarnos algunos hechos históricos y otros conceptos para una mayor comprensión sobre el presente y desarrollo de la geopolítica americana en el marco de la "nueva política Obama" (JVR dixit) bajo la presidencia actual norteamericana de Donald Trump sin negar el objetivo proceso político-internacional que se ha desarrollando desde la presidencia de Donald Reagan en el marco referente de las diversas etapas por las cuales ha transitado ese referido proceso que han venido incidiendo en las nuevas realidades internacionales desde aquel preciso instante del derrumbe del "Muro de Berlín" y su impacto objetivo en las arenas internacionales.

Es de fundamentar que previo a la etapa de Ronald Reagan se manifestó la realidad consecuencia que comenzara inmediatamente posterior a la finalización de la "Segunda Guerra Mundial" con la real ocupación de la Europa Occidental por parte de las tropas estadounidenses estacionadas en esos espacios geográficos europeos, conjuntamente con la realidad significativa que representó el "Plan Marshall" y la constitucionalidad de Bretton Woods por las lógicas necesidades del sistema capitalista norteamericano en su confrontación real con el "socialismo real" estalinista.

Como primera y fundamental referencia es recordar que en tierras continentales americanas aún no se han visto ni experimentado guerras extra-continentales excepto por los procesos independentistas en sus propias características de "guerras coloniales" más dramáticas en la región sur-continental que en la norteña área británica.

En segunda instancia es de necesidad de precisar que esas guerras en referencia fueron más extensas en lo geográfico, más intensas y largas, de mayor involucración según las diferentes regiones meridional-continental comparativamente con aquel espacio denominado como las "14 colonias".

En el tercer estamento tanto el concepto jurídico como filosófico que estuvo presente en aquel proceso independentista fueron, es y serán asimétricos y contradictorios comparativamente.

En su cuarto escenario, los propios procesos antropológico-religiosos son confrontados en sus interpretaciones teológicas. En el quinto espectro es referido a las diferentes realidades sociológicas tanto previamente en los tiempos coloniales, durante los procesos cuando se desarrollaron las diferentes "guerras coloniales" como, posteriormente, durante las conformaciones de los Estado-nación nacionales según en cada espacio continental americano.

Lo inmediato anterior nos permite poder comparar esas realidades históricas descritas con realidades históricas que se han expresado en diferentes momentos históricos en diferentes latitudes geográfico-globales.

A título de muestra podríamos recordar los procesos bélicos por los cuales ha transitado el continente denominado europeo de larga data como podríamos referirnos a los procesos de la expansión imperiales sobre el continente africano y asiático cuales, por sus características en sus diferentes praxis, son, objetivamente, incomparables con las realidades continentales americana. A título de referencia podríamos mencionar los procesos independentistas que se expresaron en la India, Vietnam en sus dos fases conocidas, China desde su original, por impulsor, del "4 de mayo", la independencia de Mongolia y su especial característica histórica ruso-china y la realidad que se expresó en la península de Corea a la conclusión de la finalización de la Guerra Mundial en el Pacífico que produjo la derrota del Impero japonés y el triunfo del Partido Comunista Chino el 1° de octubre del año 1949.

Pero el proceso independentista en el continente americano no solo fue profundamente diferente en su propia esencia guerrera sino en sus objetivos y conclusiones. Recordemos lo conceptual expresado, expuesto y propuesto, comparativamente, por don Simón Bolívar y los reales objetivos post-coloniales que se encontraban y están en su misma esencia jurídico-filosófica y religioso-social-antropológica sobre la cual se rige ese proceso-nación que se impuso en la región norte-continental americana.

Esta de más recordar el famoso contenido de la carta de Bolívar al representante de la novel nación-estado que se desarrollaba al norte del continente americano como, también, los contenidos del Congreso de Panamá.

Ello nos obliga precisar la profunda asimetría conclusiva de los procesos independentistas en ambas regiones continentales, norte y sur, cuando la fundamental política en el sur-americano fue alcanzar la independencia y el propio y profundo respeto a las características geográfico-sociales de cada espacio colonial independizado mientras que la esencia del proceso independentista que se expresó al norte del continente americano estaba en consonancia, necesaria y fundamental, según su propia filosofía independentista, en la expansión territorial que ocupaban esas "14 Colonias" al momento de alcanzar la independencia por derrota de las tropas de la Corona inglesa, expansión territorial hacia regiones occidentales de dicho espacio del norte del continente americano.

Pero por fundamental en la propia esencia filosófica que asumieron los "Padres Fundadores" es conocer, analizar y diseñar una política de Estado que le permitiera al recién asumido gobierno post-independencia estadounidense reflexionar para desarrollar un proceso expansivo territorial en función conceptual del Poder en tanto y cuanto se mantuviera dentro del espacio continental del norte americano como diseñar un proceso expansivo real, comparativo pero de propias características no-coloniales pero si semi-coloniales según las realidades históricas que se fueran manifestando tanto en los espacios de ultramar en su correlación con las políticas expansivas de los diferentes imperios que estaban presentes en esos espacios internacionales como en correlación con las realidades de su desarrollo económico e industrial nacional no solo en función de la consolidación del Poder-nacional sino de la imposición de una ideología acorde a sus propias realidades sociológicas internas.

A título de referencias podríamos mencionar las confrontaciones bélicas sobre territorios históricos mexicanos, sobre la península de la denominada Florida y, como lógica conclusión, la necesaria "Doctrina Monroe" cual no solo contenía una respuesta primaria hacia las potencias extra-continentales europeas como fundamento de la política en mención más arriba como poder alcanzar la praxis semi-colonial de su novel Política-de-Estado-originario-conceptual-independentista.

En ese marco de referencia, el norte continental americano fue imponiendo una, por suya, "nueva" pero "diferente geopolítica-continental-americana" en su referencia comparada con la geopolítica expansiva capitalista de los imperios europeos, ruso y japonés, exclusiva para todas las naciones-estados de continente americano. En referencias nos encontramos con las realidades en Cuba, Centroamérica y México, "Guerra Fría", neoliberalismo y lo correspondiente a los paradigmas incluidos en la "nueva política Obama" (JVR dixit).

La realidad geopolítica global se ha venido desarrollando rápida y exponencial en términos nunca observados previos a las realidades que se han expresado con las crisis en las ideologías modernas y post-modernas en conjunción con los desarrollos en Ciencia y Tecnología. Es a partir de la "Caída del Muro de Berlín" pero fundamentalmente desde 1979 cuando el Partido Comunista Chino aprobó su "política de reforma y apertura" junto con la "crisis producida por la Perestroika y la Glasnost" en Rusia junto a las propuestas ideológicas de Huntington y Fukuyama.

La lógica evolución del capitalismo global, es decir, en términos marxistas, con y durante el proceso de evolución y permanente perfectibilidad tanto de la superestructura como de la estructura para cada nación, para cada región, frente a la realidad expansiva del imperialismo norteamericano han conllevado y contenido una permanente reingeniería de la geopolítica global y su correlación geo-estratégica según las variables tanto inducidas como las lógico-sistémicas del propio sistema capitalista en su estadio "superior del imperialismo" norteamericano-global.

Los nuevos factores potenciales como son China y Rusia, fundamentalmente, frente a las crisis-consecuencias de la denominada "Crisis de Wall Street" junto a evoluciones en los sistemas bélicos, los espacios geográficos, rutas marítimas, materias primas, nuevas doctrinas militares gracias a nuevos conceptos y nuevas tecnologías, las realidades cibernéticas y el exponencial desarrollo de la "conciencia de los pueblos" están impactando e imponiendo nuevos diseños conceptuales para la geopolítica mundial frente a la objetiva crisis no solo sistémica del capitalismo sino la objetiva crisis no solo nacional sino internacional como imperio de los Estados Unidos de Norteamérica.

El "nuevo ajedrez internacional" (Zbigniew Brzezinski) está impactando hacia la nueva Historia post-contemporánea y post-moderna cuando una de sus consecuencias es el obligante reacomodo de las Relaciones Internacionales que se significa ante las nuevas variables por objetivas en la imposición real, necesaria e inevitable de un Mundo Pluricéntrico y Multipolar lo cual, inmediatamente, significa una "nueva geopolítica global" independiente de los objetivos políticos expuestos recientemente por Donald Trump en su discurso ante las Naciones Unidas ("America first").

En ese marco referente, Washington se ve obligado a priorizar sus realidades geo-estratégicas con los países del continente americano frente a las reales consolidaciones geo-estratégicas tanto en Asia con las realidades objetivas de China y la India como las mismas en el continente europeo ante las nuevas realidades en Rusia y su consolidación en sus áreas de lógica influencias en la referencia de ese nuevo Mundo Pluricéntrico y Multipolar.

En ese "nuevo camino geopolítico", Washington, en la reingeniería de la "Doctrina Monroe", ha visto su fracaso en sus temporales avances en el seno de la Organización de Estados Americanos, OEA, cuando ha buscado confrontar paradigmas ideológicos y sus praxis socio-políticas nacionales con la diferente Historia del sur del continente americano desde la realidad geográfica del río Bravo y al sur de la península de la Florida, la conciencia de los pueblos, la "nueva gobernabilidad" y el "nuevo modelo latinoamericano" de Relaciones Internacionales de los pueblos americanos lo cual debería significar una nueva relación del norte con el sur. Pero los Estados Unidos de Norteamérica es "el imperio" por lo cual su comportamiento debe estar en consonancia con esa realidad y sus relaciones internacionales particularmente frente a Rusia y China en consonancia por lógica obviedad teórica lo cual le obliga a Washington tener que buscar y alcanzar un "nuevo diseño" para la "geopolítica americana" y, en consecuencia, la "nueva realidad" geo-estratégica".

En esa línea discursiva es de toda, necesaria y perentoria, realidad los actuales discurso-amenazantes, los "golpes de estado regionales", las elecciones fraudulentas, las manipulaciones mediáticas, etc. Washington necesita, se ve en la obligación de imponerle a todo el continente americano, una "nueva geopolítica" sobre la base fundamental de la "nueva política Obama" (JVR dixit) cuando se confronta con la "nueva realidad internacional" en tanto y cuanto necesita permanecer como "Imperio global", mantener su desarrollo imperialista, reimpulsar en modo de reingeniería al sistema capitalista liberal del siglo XIX, controlar imperativamente a "sus socios y aliados", e imponer gobiernos de extrema derecha bajo los paradigmas de la "nueva legalidad judicial" nacionales frente a los evidentes avances de los pueblos y sus conciencias democráticas post-modernas en un amplísimo espectro ideológico de izquierdas conceptuales.

Es, por demás de inobjetable, indiscutible, la actual crisis del capitalismo norteamericano no solo en la arena internacional sino a lo interno nacional con un movimiento social que ha renovado su conciencia post-Crisis-de-Vietnam, con un fuerte movimiento neo-marxista ya no solo académico sino que ha permeado a las clases medias y migrantes que ha obligado al status quo norteamericano a "mirar su Historia" desde la fundación junto con el ideario político de los primeros Presidentes durante aquel camino expansivo que los llevó a aplicar aquella política terrófoga contra la realidad geo-histórica de México y conquistar y controlar toda la costa occidental del norte del continente americano, como lo expuso Donald Trump en el discurso referido.

Solo la unidad nos ayudará!!!

UNIDAD, LUCHA, BATALLA, VICTORIA



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Miguel Ángel Del Pozo


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