Asamblea Nacional Constituyente o accionar la constitución

El dinamismo político venezolano sin duda ya es ambicionado por muchos pueblos en el mundo. No cabe duda que LA CONSTITUCIÓN DE LA REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA, accionó la consciencia política de toda nuestra nación con muchos y variados ribetes, como la participación y el protagonismo popular por ejemplo. Hoy, después de casi veinte años, la diatriba producto del desencuentro ideológico y generado a partir de la nueva constitución, ha tomado una efervescencia que raya en locura manifiesta de intolerancia. Por supuesto esto es producto de muchas variables políticas-sociales-ideológicas, que durante siglos estuvieron dormidas y que hoy no soportan ese cambio de estatus que obligatoriamente es conllevado por la evolución de conciencia en el mismo pueblo a partir de esta constitución nacional venezolana.

Existe en nuestro país, aún, un gran número de individuos (políticos, empresarios, clérigos, profesionales, ricos, oligarcas, pobres, maestros, universitarios, intelectuales y otros) que nunca entenderán (pero que algunos son muy influyentes), las dinámicas sociales de cambios como consecuencias políticas. Entienden si, los cambios sociales como producto de conductas económico material. Así como también existen políticos anclados en teorías que enclaustran las decisiones trascendentales nacionales, minimizando o rechazando la participación popular en las grandes cuestiones nacionales. Estas apreciaciones persisten aunque exista la CRBV e incluso obviando el hecho que la haya asumido integralmente el estamento universal social venezolano.

La CRBV es un contrato político donde prevalece la participación popular y su protagonismo, (preámbulo), y si queda alguna duda de su invitación al protagonismo popular veamos entonces el artículo 333. En esta carta constitutiva hermosa, también emerge el dinamismo político como catalizador de desarrollo social y humano, así como instituye la orden de convivencia étnica, política, social, cultural, religiosa, etc. En esa variedad de colectivos humanos que comparten este territorio y que forjan a esta nación. La CRBV sin duda viene a representar el hito político, más amplio del que se tenga memoria histórica de construcción nacional para la convivencia, tanto en Venezuela como en gran parte del mundo.

Ahora bien. El panorama político venezolano sin duda ha sido trastocado o si se quiere revuelto con la propuesta totalmente constitucional de una ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE. Pareciera este temor (no puedo calificarlo de otra forma) se encuentra invadiendo más de una conciencia como si se tratase de un absurdo político que pudiera dar al traste con el inmenso logro social y humano alcanzado con la constitución de 1999. Sin duda es una infundada y absoluta sinrazón que es acompañada de manera irracional por la oposición al presidente Maduro y sus políticas, esto por supuesto más allá de sus aciertos y desaciertos.

La CRBV es dinamismo, acción, movimiento social y político. Todos los elementos accionarios para conllevar al desarrollo, a la convivencia, justicia, paz, solidaridad, igualdad, derechos humanos y otros; están plasmados en ella para darles vida con el debate y moldear así las formas tangibles de beneficio popular. La CRBV no puede ser para los venezolanos solamente una pieza de admiración, no pretendamos tampoco convertirla en un museo de buenas intenciones, nuestra constitución debe ser ese espacio donde concuerde ese manantial de inquietudes que persigan un mejor país y un mejor ciudadano; con la discusión, la diatriba y el elemento innovador o renovador producto de las criticas y las coincidencias.

Todos los elementos constitucionales deben ser accionados cuando requieran ser accionados, es para eso que están allí. En este caso la iniciativa de convocatoria está clara. Si cualquier sector o elementos políticos de los mencionados en el art 348 de la CRBV considera necesario hacerlo pues bien que lo haga (claro todo dentro de la ley y la propia constitución). Como lo mencionamos antes, no es para sentir admiración; es para dinamizar ese hito político nacional de dialéctica que es nuestra constitución. Nunca hay razón alguna para dormirla o someterla a hibernación.

Los venezolanos tenemos que concientizar e internalizar nuestra constitución. Pero no como texto, sino como herramienta; de desarrollo político individual y colectivo. Tiene que ser nuestra lectura y acción obligadas. El fondo de nuestra constitución es la máxima felicidad posible para los ciudadanos venezolanos y con soberanía nacional. También lo son las acciones que puedan o deban emprenderse para perfeccionarla o mejorarla. ¿Cuál es el problema con una Asamblea Nacional Constituyente? ¿Acaso no puede ser el escenario propicio o adecuado para variados aspectos y proteger logros de mejoramiento popular obtenidos? Si, y si, se puede convertir la ANC en ese espacio de discusión de los frentes políticos y sociales en su disputa. La oposición antichavista desde siempre ha estado en contra de la CRBV, incluyendo a sus constituyentitas de entonces. Hoy, esta ANC sería un escenario por excelencia para dirimir sus inconformidades con nuestra constitución.

Por lo tanto, esa posición de algunos venezolanos sobre la iniciativa de convocatoria a una ANC, independientemente de quien haya ejercido ese deber y ese derecho no debe ser ridiculizado, ni sacado del contexto actual sufrido por la población venezolana, (historia harta de conocida), sobre todo por los más vulnerables en lo social, político y económico. Seria idóneo pasearse por la idea (por ejemplo) de convertir el terrorismo político como un elemento anticonstitucional y de violación a los derechos humanos (venga de donde venga) y darle fuerzas al estado para enfrentarlo con más libertad de acción en uso progresivo, diferenciado y proporcional de la fuerza ante eventualidades que solapadas de inocuas, son y resultan altamente peligrosas y destructivas.

No es reto, ni un concurso, la ANC es una oportunidad nacional para la consciencia, la política, el protagonismo, la participación, sin duda es una gran oportunidad para la democracia que queremos y quisieron nuestros libertadores.



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Pedro Barrera


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