A propósito de ser ciego

El Kaláshnikov de Freddy Bernal

Al perder el futuro, la sociedad se traga de un solo bocado también su pasado

Forster – Crítica y sospecha –

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Freddy Bernal es un tipo siniestro. Es de esa clase de burócratas quien dice escuchar, pero jamás responde, lo cual hace de su cinismo su primordial prédica en cualquiera de los escenarios. O sea, su palabra equivale a la bazofia de un corrupto.

Freddy Bernal ha sido alcalde, diputado, ministro y superministro. Actualmente, desempeña una vaina burocrática al frente de los llamados Clap, los cuales hemos definido en sus siglas como lo que en verdad representan: Corrupción Lacaya Anti Pueblo. Tales siglas no sólo responden a la realidad de sus significados, en virtud de que le cobran al pueblo, pero no entregan la comida, y cuando lo hacen, la susodicha bolsa o caja no sólo viene incompleta, sino extemporánea y con su respectivo sobreprecio, el cual en muchos casos, representa prácticamente una quincena del salario mínimo. Verbigracia, es una nueva práctica madurista, ahora para robar al pueblo más pobre.

Semejante acción no sólo la condenamos, sino que tenemos que afirmar que Freddy Bernal es el responsable directo de todas las corruptelas, tráfico de influencias, y doctrina socio-políticas que se han originado desde la llamada Policía Nacional Bolivariana (PNB), pasando por los colectivos armados hasta llegar a esta suerte de milicias del pueblo por los Clap. Para Freddy Bernal, pueblo es aquel quien responde a sus órdenes, porque él es un panegírico de Maduro.

Para Freddy Bernal, no valen los venezolanos robados, secuestrados y asesinados en el país porque es evidente que su paso por los cuerpos de seguridad fue un fracaso. Para Freddy Bernal de nada valen los niños, adultos o ancianos que mueren en los hospitales y ambulatorios por falta de medicamentos, porque resulta claro que en su estadía por la alcaldía de Caracas y la Asamblea Nacional, jamás propuso ni presupuestos ni ordenamientos jurídicos que garantizarán la salud del pueblo. Y ahora en los Clap, para Freddy Bernal tampoco importan aquellos oprimidos y desposeídos que nada encuentran para comer, ni siquiera en las bolsas o contenedores de basura, porque al final, para él y sus camaradas, el "pueblo" que debe recibir tales alimentos, es aquel que cambie la bolsa o caja de alimentos por un voto.

Ahora, Freddy Bernal en un ataque de aculalia, tal vez alterado por una especie de sustancia alucinante con un lenguaje abigarrado, dice que cada uno de los venezolanos tiene listo su kaláshnikov para luchar por la "patria". De ¿cuál patria nos habla Freddy Bernal? La que él, junto con un grupo de traidores han destruido en su máxima expresión. O sea, según Freddy Bernal, cada uno de los venezolanos tenemos listos y armados cada kaláshnikov para defender la inflación, la escasez de alimentos y medicinas, la quiebra de la economía, la corrupción, la delincuencia, el robo, los asesinatos del pueblo, la violación constitucional, la persecución política y la impunidad.

Por lo pronto, debo decirle al adocenado de Freddy Bernal que no cuente conmigo en su lucha contra el "enemigo", razón por la cual, puede tomar mi Kaláshnikov y metérselo por su Clap. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.



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Javier Antonio Vivas Santana

Más de 6 millones de lecturas en Aporrea. Autor de la Teoría de la Regeneración del Pensar. Dr. en Educación (UPEL). Maestría en Educación, mención Enseñanza del Castellano (UDO). Lcdo. en Educación en las menciones de Ciencias Sociales y Lengua (UNA). Profesor de pre y postgrado tiene diversas publicaciones y ponencias internacionales acreditadas y arbitradas por editoriales, universidades e instituciones de España, Rusia, Estados Unidos, Alemania, Francia, y naciones de América Latina.

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