Una receta para el desastre, no la copien

No sé por qué me desperté esta mañana con esa noción en mi cabeza, de una receta para el desastre.

Pero creo que fue por el ruido en la casa al lado, aquí donde vivo en la frontera con Colombia, donde no hace mucho mataron a un peligroso delincuente --- sí, mi vecino del lado ---, o mejor dicho, una rata, y donde recién se mudaron unos colombianos que parecieran ser contrabandistas o narcotraficantes, es muy difícil saberlo exactamente, pero están metidos en algo feo, así como casi todos los miles y miles de colombianos que han ingresado a nuestro país en los últimos 4 años, desde que Chávez murió.

Bueno, si ellos mismos no están metidos directamente en algo criminal o ilegitimo, por el movimiento que ocurre allí están ciertamente protegiendo o dándoles techo a familiares o amigos delincuentes, criminales, y paramilitares que sí están metidos en algo feo.

No todos los colombianos son así, pero por estos lados, desde que murió Chávez, y desde que empezaron a venirse para acá a raíz de las negociaciones para la “paz” en Colombia, la mayoría sí son así.

Desde el 2103 aquí en la frontera esto se ha puesto horrible, como nunca antes.

Estamos literalmente y físicamente invadidos por los peores tipos de ciudadanos colombianos quienes se vienen a este lado de la frontera, a menudo con sus familias, para aprovechar el hecho de que los venezolanos aquí en los pueblitos de las montañas tachirenses (del estado Táchira) son generalmente bastante inocentes, muy tranquilos, y amables.

Esos invasores son unos abusadores.

Nos roban, se meten en nuestras casas en los sectores pobres y populares, y la gran mayoría están aquí con documentos falsos o son indocumentados … pero nadie hace nada al respecto que funcione, y ellos lo saben, y por eso se aprovechan.

Saben que se saldrán con la suya aquí en Venezuela.

Es más, esos (y esas) miserables a menudo traen a sus niños y abuelas para encubrir sus malvadas intenciones. Es una tremenda desgracia para nosotros quienes no estamos acostumbrados a ver a tantos delincuentes, de todos tipos, en todos lados, todo el tiempo.

¿Cómo pudo este pueblito pasar de ser tan tranquilo y bonito a ser un nido de ratas, delincuentes, y paramilitares en menos de 4 años?

Bueno, en base a las noticias, no estamos solos, aquí en la frontera.

Parece que este fenómeno se ha esparcido por todo el país, o casi todo, como nunca antes, como un cáncer pernicioso, o como una sepsis (septicemia), o sea, una grave infección generalizada del cuerpo y de la sangre, la cual a menudo termina siendo mortal.

Ver: Sepsis - Wikipedia, la enciclopedia libre

Entonces, debo preguntar:

¿Cómo pudo nuestro país pasar de ser básicamente un paraíso a ser un infierno delincuencial?

Por delincuencial no me refiero solamente a la criminalidad, pero también a todo lo que sea ilegitimo, inmoral, y de índole socialmente abusivo, descarado, y desalmado, como por ejemplo el contrabando, acaparamiento, y la especulación con productos de necesidad básica como la comida y la medicina.

Eso es lo que está ocurriendo.

Ayer, aquí en la frontera, mi sobrina fue al CDI porque empezó a sufrir de una grave infección, la cual pudiera transformarse en una sepsis si ella no empieza de una vez un tratamiento con amoxicilina, ¿pero saben qué?, el CDI no tenia medicamentos, nada.

Por suerte yo tenía la cantidad de amoxicilina que ella necesitaba.

Pero …

¿Cómo pudimos en menos de 4 años pasar de ser un país con uno de los mejores servicios médicos gratuitos de Latinoamérica, a ser un país donde no se consiguen ni los más básicos y menos costosos medicamentos del mundo?

Y otras preguntas …

¿Cómo pudimos en menos de 4 años haber pasado de ser un ejemplo a nivel internacional de protección del ambiente, a un país que básicamente regaló más de 10% de nuestro territorio geográfico a las mafias del crimen organizado y las transnacionales explotadoras de la minería?

¿Cómo pudo nuestro país pasar en menos de 4 años de ser dirigido por un gobierno donde le Pueblo era participe activo en casi todos los procesos de decisión del país, a ser un país más bien dirigido por un grupito de marionetas desconectadas de la realidad, confabulando detrás de puertas cerradas?

¿Cómo pudo nuestra moneda, el bolívar, en menos de 4 años pasar por una devaluación de 11.200 % en base a las tasas oficiales de cambio, y más de 50.000% en base a las tasas ilegitimas?

Un huevo pasó de costar 50 céntimos de un bolívar en el comienzo del 2013, a 300 bolívares hoy, o sea el precio del huevo aumentó de 600 veces en 4 años.

Eso es absolutamente trágico.

Es un desastre.

Bueno …

Ya que todo en esta vida tiene su razón de ser, es decir, nada ocurre por casualidad, entonces, debe existir una receta para este desastre.

RECETA PARA EL DESASTRE

Mezclar los ingredientes principales, después agregar los ingredientes segundarios (ver más abajo), mezclar bien, y consumir.

Ingredientes básicos:

1- la prepotencia
2- la mentira
3- el ocultamiento y encubrimiento
4- la falta de claridad
5- la habladera de paja
6- la falta de escucha
7- la irresponsabilidad
8- la falta de creatividad
9- la falta de visión
10- la politiquería
11- las viveza criolla
12- la falta de anticipación de los problemas
13- la falta de planificación integral
14- la falta de controles
15- el oportunismo
16- la cultura del facilismo
17- la complacencia
18- la permisividad
19- la impunidad

Ver: «permisividad» y «permisibilidad» no son lo mismo | Fundéu BBVA

Ingredientes segundarios:

1- la muerte de Chávez
2- la baja en el precio del petróleo
3- la irracionalidad y vagabundería de la MUD
4- la burocracia gubernamental
5- los saboteos de la maquinaria gubernamental y de la infraestructura del país
6- los ataques y bloqueos desde el exterior
7- Dólar Today
8- el contrabando de extracción
9- el control mafioso del país

Resultado: Una especie de sopa amarga y media podrida, como la que sirven en las peores prisiones del mundo. Esa la consumimos la gran mayoría de los venezolanos y venezolanas, a diario, prisioneros del desastre.

Me parece que esa es una receta para el desastre, no la copien.



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Oscar Heck

De padre canadiense francés y madre indígena, llegó por primera vez a Venezuela en los años 1970, donde trabajó como misionero en algunos barrios de Caracas y Barlovento. Fue colaborador y corresponsal en inglés de Vheadline.com del 2002 al 2011, y ha sido colaborador regular de Aporrea desde el 2011. Se dedica principalmente a investigar y exponer verdades, o lo que sea lo más cercano posible a la verdad, cumpliendo así su deber Revolucionario ya que está convencido que toda Revolución humanista debe siempre basarse en verdades, y no en mentiras.

 oscar@oscarheck.com

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