La imagen del enemigo fantasmagórico y el mensajero de la empresa privada (2)

Hay quienes piensa que si no hay tiros, bombardeos, soldados reprimiendo, guerra cuerpo a cuerpo, derramamiento de sangre y muertos entonces no hay una guerra, no hay enemigos, sencillamente, es un invento la guerra, mucho más la guerra económica, de la cual se subestima las acciones beligerante de la burguesía, el asuntos es que si la hay, hay miles de víctimas hasta muertos y eso sin disparar un tiro, miles de personas convulsionando por la falta de un antihipertensivo, otros por la falta de medicamentos para regular la azúcar, los diabéticos, de la misma manera los hay quienes padecen hasta de hambre, de desnutrición social, pérdida de peso y talla, miles de personas sufren los ataques sociales del capitalismo, "la cayapa" de esta clase social explotando al pobre, al trabajador, y nadie los ve cuando atacan, pero lo sentimos cuando vamos al mercado, donde la mayoría no puede comprar, no les alcanza el dinero que ganan con el sudor de su trabajo, pero también los percibimos en los medios cuando matan la verdad, pues bien, ese "fantasma" de la sociedad, ese enemigo no es tan abstracto como se cree, y se la aplica a todos, la terapia de shock todos los días, "al pendejo", es decir al pueblo, y lo hace padecer poco a poco, pereciendo muchos por la acción de la economía criminal del capitalismo.

No hay duda, he allí el dilema del "mensajero de la guerra" del capitalismo, "vencer, eliminar o someter al enemigo", o sea al pueblo trabajador, controlar la sociedad mediáticamente, a manera de su psiquis social, dominarlo ideológicamente mediante los controles audiovisuales, "los mensajeros de la guerra", la televisión, la radio, el cine, el aparato ideológico de la sociedad, de la clase capitalista que opera como un tinglado de pelotones matando a diario la conciencia social, y su primera víctima, "la verdad", el mensaje. Y Nadie ve nada, todos son atacados, nadie ve al enemigo, "no aparecen", sino los mensajes por aquí y por allá, unos con los misiles ideológicos y otros con la artillería de precios, otros matando de hambre, todos en el mismo mercado, una batalla cuerpo a cuerpo, mente por mente, peleándose la parte de la renta social, la riqueza del trabajo, el petróleo, el bienestar social. Esta es la lógica del capitalismo, su lógica de guerra en la sociedad, de todos contra todos, la ley de la competencia.

Luna se pregunta, ¿Cuál es la guerra económica donde no hay prisioneros de guerra, donde no se capturan prisioneros de guerra, aun teniéndolos cerca y "a la mano"? Entonces aquí viene el problema, el estado de derecho, las leyes existente permiten que esos enemigos del pueblo actúen impunemente en el mercado, aparte de la lenidad de funcionarios corruptos, la indiferencia e incapacidad del Estado en auxiliar al pueblo trabajador, de ampararlo de la siniestra especulación, de los precios criminales, de la escasez inducida, puesto que se le debe impedir al capitalista que especule, que no sabotee, que no hambre al pueblo, neutralizándolo, y esto debe ser obra mancomunada pueblo-gobierno, unión cívico-militar si es que somos capaces de gobernar y someter a esa clases social.

El asunto es que en la transición al socialismo, en ese periodo especial más o menos largo, dependiendo de la lucha de clases sociales, del trabajador contra el capitalismo, mientras asume la conciencia del deber social, la conciencia revolucionaria, el papel protagónico de la hegemonía social, el proletariado, no se resigna, tiene que luchar a diario, cotidianamente para que las ideas del socialismo le llegue, le muestre a su enemigo de clase, "la raíz del problema", el rostro del capitalismo y termine de quitar el velo religioso de su conciencia, del discurso de la democracia representativa, la libertad del mercado, los derechos del individuo social.

La pregunta es, ¿es posible en ese entorno de dualidad de poderes, entre el poder económico del capitalismo y el socialismo, su vanguardia política, cohabitar dos enemigos a muerte, si pueden convivir, mientras el pueblo asume "la conciencia del deber", la conciencia de clase, la conciencia revolucionaria de su papel como clase en si para si, o sencillamente empujamos al Estado hacia un política de confiscación masiva, expropiándolo todo indiscriminadamente, "los privilegios, sus influencias sobre la conciencia de la población, poniéndolos unos años presos, botarlos del país" para anular ipso facto al capitalismo y sus bases económicas, la empresa privada, declarando de una vez por toda, el socialismo, la dictadura del proletariado, haciendo preso al enemigo inclusive?.

La respuesta es compleja, nos coloca en situación de tener "nervios políticos de acero", no podemos ir más rápido si la clase llamada a ocupar los medios sociales de trabajo no está consciente, no es capaz de asumir la producción social, la base económica capitalista, las empresas, asimismo, no creemos que haya un "capitalismo bueno y otro malo", sencillamente "explota, crea miseria espiritual y material", sin embargo, mientras el pueblo no asuma su rol protagónico, no se pueda trascender al capitalismo, empujar al Estado hacerlo de manera burocrática es repetir el error de la Unión Soviética, la fatal lecciones del fracaso del socialismo del siglo XX.

Y no es que no se quiere superar el capitalismo, sino que la base social del socialismo al menos éticamente no está clara, ahí están algunas experiencias fracasadas de las cooperativas, del fundos zamoranos, de núcleos de desarrollo endógenos, de procesos de autogestión de la clase trabajadora, donde los vicios del capitalismo, salieron a flote, el egoísmo, el individualismo, la competencia, de todos contra todos, la lucha por la ganancia, por la riqueza conspiraron contra "…la cultura de la colaboración del trabajo que beneficia a toda la sociedad. Devolverle a la gente la conciencia de pertenencia a la sociedad" (1) como dice Toby Valderrama. .

¿Cómo cohabitar teniendo en cuenta la esencia del capitalismo, la naturaleza explotadora? Toby Valderrama señala que "El Socialismo es un sistema opuesto al capitalismo, esa es la primera característica. Entonces debe ser un sistema basado en la hegemonía de la propiedad social de los medios de producción y en la conciencia del deber social, de pertenencia a la sociedad. Los dos aspectos se complementan mutuamente, forman un complejo que podemos denominar complejo socialista" (2). Pues bien, ¿Cómo hacer que este complejo, se acreciente, si todavía no hemos podido madurar un complejo sistema de medios de producción social guiados por la conciencia del deber social de clase?, allí están las empresas públicas, las universidades, las empresas del complejo de Guayana, ¿son más productivas?.

Si tenemos en cuenta ese rasgo decisivo del socialismo, no negamos a la transición pacífica, y que en verdad significa esa transición, puesto que si debemos ganarla conciencia del pueblo, debemos gobernar para el pueblo, y eso pasa por aplicar políticas que beneficien al pueblo, eso que los radicales llaman "medidas socialdemócratas", de atención de salud, educación, vivienda, recreación, mejor dichos programas sociales que alivien la carga social de la lucha de clases, sin descuidar el aspecto material de la vida social, como tampoco la conciencia espiritual revolucionaria. No podemos pensar que solo la apropiación de los medios sociales de producción sea la panacea para construir el socialismo, puesto que la conciencia no es automática, el determinismo de la base material, de la economía pueda crear la conciencia socialista.

Obras hacen amores, las políticas del gobernante en mejorar la situación social del pueblo trabajador ayudan, no se puede imponer el socialismo a "troche y moche", si el socialismo es una ciencia, entonces ello requiere planificación, tiene reglas, y ellas se oponen al capitalismo pero no a troche y moche de la democracia, del marco jurídico de transición, en nuestro caso, de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, alterando el ordenamiento jurídico, dando pie, a ser cuestionados, puesto que se quiera imponer "la propiedad social de los medios de producción" sin la conciencia social de la clase trabajadora, violando los derechos establecidos en la primera constitución que se dio el pueblo, aprobada por el mismo, en el artículo sobre los derechos económicos, Artículo 112. "….El Estado promoverá la iniciativa privada, garantizando la creación y justa distribución de la riqueza, así como la producción de bienes y servicios que satisfagan las necesidades de la población, la libertad de trabajo, empresa, comercio, industria, sin perjuicio de su facultad para dictar medidas para planificar, racionalizar y regular la economía e impulsar el desarrollo integral del país" (3).

Pese que tenemos aún una Constitución de transición al socialismo, no podemos negar que ella aún tiene visos de liberalísmo, basta ver el tratamiento en la que se promueve "la iniciativa privada", y no podemos negar esta realidad del derecho, de una de las herencias políticas de Chávez, como obstáculo en la construcción del socialismo, quiere decir que no solo el instrumento de la propiedad social de los medios de producción es suficiente para construirlo, se necesita transformar también el andamiaje legal, la supraestructura para hacer realidad el pensamiento de los clásicos del socialismo, Marx Engels y Lenin.

Referencias:

1.- Valderrama, Toby "El chavismo debe enfrentar el capitalismo del gobierno y de la oposición", Aporrea, 23/11/2016

2.-Constitución de la República Bolivariana de Venezuela

3.- Valderrama, Toby "El chavismo debe enfrentar el capitalismo del gobierno y de la oposición", Aporrea, 23/11/2016












 



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Alexander Kórdan Acosta R.

Economista. Magíster en Gerencia de Servicios Administrativos. Doctor en Ciencias Estratégicas para el Desarrollo. Profesor de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV). Instructor de Cooperativismo Comunitario.

 kordankovki@gmail.com

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