¿A dónde vamos?

Con la elevación de la Unidad Tributaria se generarán, por lo menos, cuatro dificultades a resolver por parte del Gobierno Nacional. El primero se refiere a la cantidad de desempleados surgidos como producto de la incapacidad de muchas empresas de asumir el costo por el pago a sus trabajadores de una suma superior a los cien mil bolívares en bonos; el segundo, estará referido a la elevación de los precios en los productos de primera necesidad que producirá el mismo; el tercero, al mayor empobrecimiento de los sectores más vulnerables de la sociedad, tales como desempleados y jubilados del SSO y por último, la generación de recursos para hacerle frente a esta nueva erogación pecuniaria.

Tratar de venderle a la población como un éxito el incremento de sus ingresos por medio de bonos es una ofensa, por cuanto la población está consciente de que esos aumentos no traerán otra cosa más que escasez, altos precios y el hundimiento de los trabajadores en la miseria, porque con ello pierden sus ahorros tradicionales que se acumulaban por antigüedad, cesantía, vacaciones y utilidades.

Ante la falta de materiales, importados o no, para la producción industrial, se presentará la necesidad de cerrar fábricas, comercios y empresas de servicios colaterales y con ello se originará un ejército de desempleados, con pagos de prestaciones devaluadas, que ingresará seguramente al segmento de pobreza crítica.

Tanto las empresas privadas, como las del gobierno, incrementarán sus precios, como lo han venido haciendo hasta ahora, para poder hacer frente a los nuevos pagos de bonos, agregando dificultades a la población y especialmente a los sectores de desempleados y pensionados, quienes, ni aún con el pago de los cesta tickets aprobado por la Asamblea Nacional, llega a percibir un ingreso digno para hacer frente sólo a sus necesidades de alimentos y medicinas.

Por otro lado está la captación de recursos por parte del Estado para hacer frente a estas nuevas erogaciones. Con la elevación de la Unidad Tributaria disminuyen los ingresos por impuesto sobre la renta. Esto se une a la disminución de la renta por concepto de petróleo y sus derivados, donde, además, se presentó una disminución de producción, como producto de los acuerdos sostenidos entre los países productores de petróleo.

Son muchas más las repercusiones que tendrá esta elevación de la Unidad Tributaria y, conociendo la incapacidad demostrada por el gobierno para frente a este tipo de calamidades, urge un cambio de políticas económicas que no se vislumbra en el horizonte venezolano plagado de discusiones políticas estériles y artimañas gubernamentales para ganar tiempo y mantenerse en el poder.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



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