Formación dentro del PSUV: transformar la masa en cuadros revolucionarios

Estoy seguro de que en el diagnóstico realizado hasta ahora, dentro de la Comisión de Formación del PSUV en todos sus niveles, se habrá reconocido que la formación de cuadros en el partido es un asunto fundamental para garantizar el avance cohesionado hacia el logro de nuestros propósitos políticos comunes, teniendo como exigencia urgente comenzar a revertir [1] la alarmante dispersión del apoyo que determinará las coyunturas electorales que se avecinan; y [2] la fatídica involución ideopolítica de algunos cuadros y de buena parte de la casta dirigencial, incluso. Entonces, se habrá concluido en esa evaluación, por lo menos, que debemos estudiar y trabajar intensamente para transformar la masa en cuadros revolucionarios.

En el marco de ese diagnóstico habremos recordado que varios intentos previos de formación sistemática y colectiva dentro del PSUV han fracasado estruendosamente y en este sentido estamos obligados a darnos la oportunidad de averiguar ¿por qué hemos fracasado? ¿por qué hemos fracasado hasta ahora en la formación de los cuadros dentro del PSUV?. Son muchas las variables, por su puesto, desde el hecho incontestable de que militamos en una organización política policlasista, hasta la cuestionable calidad revolucionaria de algunos dirigentes, pasando la posibilidad de algunos esfuerzos intencionados dentro del mismo partido, dirigidos a entorpecer los esfuerzos de formación. Todo este panorama ameritaría el diseño responsable de una consulta y su evaluación rigurosa, pero tal como están las cosas hoy, no tenemos margen de maniobra en términos del tiempo.

Me atrevo entonces, a postular una hipótesis que aborda apenas un aspecto de este complejo asunto: Una de las principales razones por las que hasta ahora hemos fracasado en la formación de los cuadros dentro del PSUV es que no hemos sido capaces de unificarnos en torno a un método de análisis de la realidad, de manera que aún con la mejor voluntad y con la mayor disposición de apoyo al proceso revolucionario, nuestras subjetividades están tan dispares, que como consecuencia tenemos una muy débil cohesión en la masa chavista. Por tanto, no estamos adecuadamente preparados y unificados para resistir y contestar los ataques ideológicos de la derecha, lo que hace que nos vayamos dispersando y a la postre vayamos perdiendo fuerza.

A partir del supuesto anterior cabe plantearse: ¿Por qué no promovemos primero el estudio y comprensión de la concepción dialéctica-materialista de la historia?, que es el cuerpo teórico que sustenta la producción intelectual de los profesores Mario Sanoja e Iraida Vargas, con ocasión de la recomendación del libro "La larga marcha hacia la sociedad comunal", y por cierto, también es el método asumido por el Comandante Supremo Hugo Chávez.

Personalmente considero que si antes nos unificamos en este método, aseguraremos mayor cohesión porque estaremos promoviendo el logro de las condiciones subjetivas necesarias en el seno de quienes hemos venido respaldando la construcción del socialismo desde el chavismo, específicamente dentro del PSUV.

 

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​« Toda ciencia sería superflua si la forma de manifestación y la esencia de las cosas coincidiesen directamente »



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