Trazar una línea divisoria entre nosotros y el enemigo

El título de este artículo guarda relación con una línea política definida por Mao Tse Tung en marzo de 1957, mediante la cual orientaba sobre la actitud que debían asumir los revolucionarios chinos, no solo hacia los camaradas con los cuales se tuviera diferencias de visión sino también hacia los sectores de la sociedad que, si bien pudieran no apoyar la política revolucionaria, por su situación de clase formaran parte del pueblo en favor del cual se hacía la revolución. Otro antecedente al respecto podría ser el famoso Decreto de Guerra a Muerte del Libertador Simón Bolívar, de junio de 1813, en el cual, mediante la frase "Españoles y canarios, contad con la muerte aun siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de América. Americanos, contad con la vida, aun cuando seáis culpables", trazó una clara linea divisoria entre el pueblo por el que se luchaba y los enemigos de ese mismo pueblo.

Estos principios, aplicados al momento actual que vive Venezuela, en el que se intenta una revolución socialista para establecer la justicia e igualdad social, así como para erradicar la explotación de la mayoría trabajadora por una minoría capitalista parasitaria, implican el reconocimiento de que la gran clase trabajadora venezolana incluye a todo aquel y toda aquella que vive de su propio trabajo, ya sea por cuenta propia o bajo relación de dependencia, sea del sector público o del privado, es decir, alrededor de 14,5 millones de venezolanos y venezolanas, que junto a sus núcleos familiares suman la casi totalidad de los aproximadamente 30 millones de seres humanos que habitan nuestro país. Pero también, el reconocimiento de que la alta burguesía, que no pasa de aproximadamente 900 mil personas, ha logrado el secuestro ideológico de una parte muy importante del pueblo en favor del cual se hace la revolución, insertándolo en una práctica social contraria al socialismo que busca su liberación, lo cual no convierte a esa parte del pueblo en enemiga antagónica de la revolución sino en una especie de rehén político-social.

Con la vista puesta en esto, son objetivos inmediatos fundamentales:

1. Fortalecer la unidad ideológica y organizativa del chavismo, enarbolando cada vez con más fuerza la pertinencia del programa de acción con el que contamos, contenido en Nuestra Constitución y en el Plan de la Patria, así como promoviendo el estricto reconocimiento y fidelidad al liderazgo nacional con el que cuenta la Revolución expresado en el Gobierno Bolivariano y la Dirección de PSUV-GPP, con Nicolás Maduro a la cabeza, para que, partiendo de esas premisas demos el correcto tratamiento a las diferencias de visiones que puedan surgir en el seno del chavismo en cuanto a las acciones, métodos y actorías que puedan encaminar a la revolución hacia sus objetivos estratégicos.

2. Consolidar en la conciencia, en la practica social y en la acción revolucionaria del chavismo la convicción profunda de la necesidad de tender puentes de amor, de comunidad de intereses e identificación de clase con los sectores del pueblo trabajador que, aunque no apoyan a la revolución bolivariana, precisamente por pertenecer a la clase trabajadora están destinados a correr nuestra misma suerte, sea que triunfemos sobre el capitalismo o que sucumbamos ante él. Es decir, hacer saber incluso a los trabajadores y trabajadoras opositores que nuestra lucha es también a favor suyo.

Parafraseando al Bolívar de 1813, nuestra consigna y guía de la acción político social de nuestros días podría ser: "Capitalistas y lacayos, contad con el castigo del pueblo, aun siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de la patria. Trabajadores y Trabajadoras, contad con la felicidad social que solo el socialismo es capaz de lograr para todos y todas, aun cuando nos seáis adversos".

 



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Luis Fedemarx Gamboa


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