Por qué vamos a ganar


El 6D vamos a ganar las elecciones parlamentarias porque en Venezuela se cumplió un ciclo histórico que dejó atrás a la IV República que nunca volverá. Es como si el zarismo hubiera podido restaurarse en Rusia, la dictadura de Batista en Cuba, la de Somoza en Nicaragua o el Kuomintang de Chiang Kai- shek en China. Es como si los españoles hubieran podido restaurar la colonia en Venezuela después de la Batalla de Carabobo, en Colombia después de Boyacá, en Ecuador después de Pichincha o en Bolivia y Perú después de Junín y Ayacucho. La vuelta al poder de Chávez el 13 de abril, después de Carmona “el breve”, fue algo normal porque se realizó dentro de la misma etapa histórica de Chávez quien era y es el líder histórico de su tiempo. El tiempo de Chávez no ha terminado. Ésta sigue siendo la época de Chávez y de la V República fundada por el Gigante.

Los cabecillas de la MUD son todos adoradores de una época pasada, superada y renovada. Aquél tiempo quedó atrás con sus líderes históricos Betancourt, Leoni, Caldera, Lusinchi, Herrera Campins y Carlos Andrés Pérez. La oposición venezolana sigue anclada en la IV República con los mismos personajes de AD y Copei o de sus derivados políticos que conservan intacta la ideología de sus mentores. Representan ellos la misma derecha recalcitrante con otros nombres Corina Machado, Capriles, López, Borges, Jesús Torrealba o Lorenzo Mendoza. También se conserva la vieja guardia de la IV República representada por Ramos Allup, Antonio Ledezma, Ramón Guillermo Aveledo y Omar Barboza entre otros. Todos ellos son defensores del eufemismo restaurador de la IV República.

Las fuerzas restauradoras de la IV República tienen su fundamento ideológico en el neoliberalismo y su principal aliado es el gobierno de los EEUU. En su historial de violencia pululan las páginas del golpe de estado, la huelga petrolera, el terrorismo, la guarimba y los paramilitares. Gozan del respaldo de la burguesía, de la clase media alta y de sectores populares confundidos por los vicios del capitalismo. Usan como arma habitual de lucha el expediente de los falsos positivos. En su conjunto son la sumatoria de factores anacrónicos que no tienen asidero en la sociedad avanzada del siglo XXI desdibujada en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Representan una perspectiva involutiva que se opone a la dialéctica de la historia.

El avance histórico de la revolución bolivariana, con todos sus defectos, errores e imprecisiones, no puede ser detenido por la democracia burguesa ni por la vía extra constitucional. Cuando un pueblo decide darse su propio destino de dignidad, independencia y libertad no hay fuerza que lo detenga. Esas son las lecciones que nos enseña la historia.

La mayoría histórica en esta nueva etapa del siglo XXI no va a perder lo alcanzado por sus luchas democráticas y revolucionarias. Entre los logros políticos hay que empezar por mencionar a la Constitución del 99, a las nuevas leyes vigentes y a la sustitución en el poder del Pacto de Punto Fijo por un nuevo bloque histórico. Las reivindicaciones sociales son contundentes gracias a la distribución más justa de la renta petrolera. La política de inclusión ha sido el principal logro material de la revolución bolivariana reflejada en la elevada inversión económica del gobierno en vivienda, seguridad, educación, cultura, alimentación, empleo y defensa en un ambiente, los últimos dos años, de guerra económica desatada por la burguesía y el imperialismo contra el pueblo trabajador víctima de la confusión y el descontento.

Ninguna revolución en el mundo ha estado carente de problemas económicos con enemigos tan poderosos como el capitalismo y el imperialismo que atacan por todos los frentes. Las dificultades se superarán definitivamente cuando la revolución logre un poderoso desarrollo agroindustrial socialista que le permita salir del modelo capitalista dependiente de la renta petrolera heredado de la IV República que todavía nos acogota. Ese es el gran reto de la revolución en el siglo XXI que apunta hacia la dirección correcta. Podrán existir diferencias importantes, en el campo de la revolución, sobre la forma de lograrlo, pero donde no puede haber enredo es en cuanto a derrotar la táctica y la estrategia de la burguesía y del imperialismo en las elecciones del 6D.

En la época de Chávez gana Chávez y las mayorías populares volverán a dejar constancia de la fuerza irreversible de la historia.
*Profesor de Filosofía jubilado de la UPEL



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Sergio Briceño García

Profesor Universitario de Filosofía de la Educación Jubilado de la UPEL. Autor del Poemario "Porque me da la gana" y de la obra educativa "Utopía Pedagógica del Tercer Milenio". Ex Director Ejecutivo de la Casa de Nuestra América José Martí.

 sergiobricenog@yahoo.com

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