"El arado y el mar"

En la crisis aparece el "gran elector", los militares

Las elecciones burguesas son una gran operación de mercadeo de un espejismo; la realidad, la verdadera disputa, corre por los subterráneos. Los arreglos se hacen en bufetes extranjeros y en los cubiles de los políticos locales, después la masa padece una manipulación para que compre candidatos-mercancías que garantizan que todo seguirá igual. Cuando todo funciona de acuerdo al circo el "gran elector" permanece dormido, no actúa, forma parte silente de la trama. Ahora bien, cuando las elecciones burguesas ya no son eficaces para dirimir las tensiones sociales, cuando el engaño no funciona, entonces es el momento del "gran elector": los militares se encargan de restaurar un nuevo control.

La participación de los militares, generalmente, es para recomponer el control del sistema capitalista, completada su misión regresan a sus querencias. Pero se han visto casos en que los militares toman otro rumbo, es que en las crisis puede aparecer la solución de fondo, "cambiar todo lo que debe ser cambiado". Es así, las elecciones burguesas son eficaces amortiguadoras de las tensiones sociales, sin embargo, cuando fallan en su papel distractor son señales de profunda crisis, son oportunidades revolucionarias y también posibilidad fascista.

Aquí en Venezuela, estas elecciones parlamentarias parecen fallar en su papel opiáceo; al contrario de narcotizar a la sociedad, de servir para reafirmar el sistema burgués, han agudizado las contradicciones, y ya aparece el "gran elector" como último juez de las tensiones sociales. Veamos

El Presidente Maduro, en sus declaraciones, asoma a los militares como solución a la crisis, dijo:

…que en un hipotético escenario donde la oposición lograra una victoria en las próximas elecciones a la Asamblea Nacional, “en ese escenario negado y trasmutado yo gobernaría con el pueblo, siempre con el pueblo y en unión cívico-militar".

La declaración es clara, mucho se podría decir, pero lo que nos interesa destacar es el aparecimiento del "gran elector", trae a la contienda la participación militar.

La derecha externa no se queda atrás y ofrece pelea allí donde el Presidente planteó la pugna: el General ochoa antich expone la posición de otro bando y a propósito de la declaración del Presidente escribe:

"¿Se prestaría la Fuerza Armada para dar un golpe de Estado y sostener en el poder a un gobierno totalmente desacreditado y deslegitimado? Realmente no lo creo. Es verdad que algunos jefes militares han declarado que la Fuerza Armada es chavista. Esa misma forma de actuar la tuvo la camarilla militar durante la dictadura perezjimenista. El alzamiento del 1° de Enero del 58 demostró el profundo descontento existente en los cuadros militares…" 

La posición de los militares representados por el General ochoa se enfrenta a la posición presidencial, y propone que la FANB:

"No dudo que Nicolás Maduro y sus asesores entienden que un golpe de Estado difícilmente puede darse para respaldar un gobierno que ha sido derrotado, de manera aplastante, en unas elecciones. En todo caso, lo que podría producirse sería la desobediencia generalizada de importantes cuadros militares ante sus aviesas intenciones".

Y más adelante redondea la posición:

"La respuesta, a todas estas triquiñuelas, es una sola: votar masivamente el 6 de diciembre. Después, defender el resultado"…

Ya sabemos, la derecha externa dice que no acepta otro resultado que el triunfo, lo que da a las declaraciones un aroma golpista.

Hasta aquí se han presentado en el escenario dos posiciones socialdemócratas, las dos defienden al capitalismo. Difieren en la expresión política, no se descarta que firmen un pacto para “preservar la paz” y de esta manera sostener al sistema capitalista, harían un frente común contra el Socialismo.

Pero en la FANB, sin dudas, existen otras corrientes, no olvidemos que los militares son venezolanos y allá se reflejan las corrientes del mundo político nuestro: los chavistas, los ultraderechistas, los institucionalistas se manifestarán en medio de la crisis y su explosión.

La corriente chavista tiene el deber histórico de defender el sueño de Chávez, su claro mandato Socialista, allí está el Libro El Chavismo, según Chávez (elaradoyelmar.blogspot.com) donde el Comandante, con motivo de la presentación de su candidatura en el CNE, explica  claramente sus ideas, deja el azimut para los próximos años: el Plan de la Patria, el auténtico, el antiimperialista de verdad, verdad, el anticapitalista más allá de las palabras. El mensaje del Comandante es más que una guía teórica, es un mandato para el combate que debía ser estudiado en todos los cuarteles.

 El deber de los chavistas es no permitir que el proceso revolucionario termine en la restauración de un neopacto de punto fijo. El sueño de Chávez que tanto costó desarrollar no puede ser negociado ni puede sucumbir en un golpe capitalista.

¡CHÁVEZ VIVE EN EL SOCIALISMO!



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Toby Valderrama y Antonio Aponte

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