...a la economía del desamor y de la loquetera de la guerra

De la economía del provecho máximo y estímulo económico...

Adoptar una actitud realista respecto a la economía venezolana, ¿cuál sería dicha actitud realista para todos sabiendo que vivimos en común en un país?, ¿no será fácil asumir una actitud con sentido común, o mal podríamos pretender la conveniencia propia sin importar los demás con quienes convivimos, sin tener en cuenta la parentela o nó?. ¿Qué debemos hacer respecto de la economía, asumir las realidades (el orden natural impuesto) o por el contrario transformar realidades adversas, (orden socialmente acordado), contra “acciones deplorables” de los agentes económicos vampiros de los estímulos que pervierten el mercado, incentivos que deforman haciendo que “la gente haga lo que le conviene” anárquicamente en desmedro de los otros, ¿Es esto lo que le conviene a un país en crisis económicamente, de un sistema capitalista que pone entredicho los “valores como la solidaridad y el amor; ….fundamentales en nuestra existencia”.

La “conveniencia de la gente”, es decir “lo realista según Hudde, es que debemos aceptar que “los bachaqueros, los que acaparan para lucrarse, etc., estén procediendo bien” y si no es así, ¿Es inevitable que esas cosas ocurra, “el bachaquerismo” estimulados desde la fronteras por la parapolítica? Sabemos que el señor Hudde deplora estas acciones, sin embargo, lo justifica, para él esto representa, “conductas de la gente acordes con la naturaleza humana”, mejor dicho que tales acciones contrabandista sin eufemismo, son contrarias a la existencia social, pero se apegan según Hudde a la naturaleza egoísta humana, como si las personas no vivieran en sociedad, sino en estado salvaje. La justificación racionalista de la economía, partidaria del egoísmo humano, en lo que cree el señor Hudde, en la concepción liberal contraria a sus valores, se impone sobre su conciencia, sobre su subjetividad, vale decir, de acuerdo con la ciencia económica ésta “se basa en el postulado de que el ser humano busca siempre maximizar su satisfacción (y no la del colectivo), es decir, obtener el mayor provecho posible de sus acciones”. Entonces; ¿De que sirve los valores humanos en que cree el señor Hudde cuando luego dice que las acciones humanas, es decir la conducta de la gente se guía en el mercado, es acorde a su naturaleza humana, es decir el de maximizar la satisfacción individual, como “hecho inevitable”, el que algunos individuos, muy pocos, logren el máximo provecho propio sin importar el colectivo. No tiene razón de ser, no tiene sentido realista, la naturaleza humana fuera de la sociedad, como si la sociedad no fuera capaz de educar la naturaleza humana en valores.

Al parecer el señor Hudde coloca en una contradicción, el individuo y la sociedad, las acciones del provecho propio frente al interés colectivo, el señor Hudde no se da cuenta que para que el individuo logre “el provecho propio” primero debe vivir en sociedad, realizarse, trabajar, extraer de la sociedad lo necesario para llevar una vida social. El provecho propio del individuo, el estímulo es resultado del trabajo de todos, del esfuerzo productivo del colectivo laboral, de manera que la relación entre el individuo y la sociedad es un intercambio permanente sustentado en la convivencia social. El individuo sin la sociedad no logra el provecho individual, es decir el producto social material como también el bien cultural. Pero nuestro amigo el señor Hudde considera que ese “provecho” emana de unos estímulos, es decir del exterior, de la sociedad, ¿Cuál sociedad?, indudablemente aquella que estimula el bachaquerismo, el contrabando, así pues la naturaleza humana de la gente que busca lo que le conviene, y eso ocurre de un sociedad a otra, de un transvase, y eso ocurre de “un país con un peladera como la nuestra” como la llama el señor Hudde a Venezuela. ¿Cómo un sociedad de la peladera, puede transferir bienes materiales a otra no pelada, es decir Colombia?. Aquí hay un problema, un misterio del que señor Hudde no explica.

De manera que en “el país de la peladera”, es el país que no estimula o incentiva, sino que somete a la gente actúar según la peladera del señor Hudde, contrabandear, maximizando su provecho, ¿pero cómo puede ser eso?, Veamos los ejemplos que pone el señor Hudde y descubre así, de donde proviene el estímulo, dice: Si la gente sabe que la gasolina que se compra por 1 bolívar en un lado de la frontera, con solo cruzar la raya se vende en 600, es de galón que por más que se declare que ello es traición a la patria, se pongan todos los obstáculos, y se establezcan las penas más atroces para los que lo hagan, la gente va a bachaquear la gasolina. ¿Será esto lo que le conviene a la gente?. Puesto que el cruza la frontera también necesita gasolina vivirá en una eterna escasez, agota depredando el recurso de la gasolina, condenado a realizar colas interminables hasta acabar la existencia, siendo así, el estímulo más allá de la frontera es un hecho, vende a 600, pero además “el país de la peladera” resulta víctima del contrabando, del que contrabandea, a donde va a parar el recurso, el que lo necesita, saqueando este último, es decir saqueando Colombia a Venezuela para amortiguar su crisis. En el mismo tenor nos pone otro ejemplo, “Con el bachaqueo interno sucede lo mismo. Si haciendo una cola Pepe compra algo a Bs. 20, y minutos después lo puede vender muerto de la risa en 70, pues ni hablar: medio país se va a poner a bachaquear”.

Naturalmente la conveniencia según Hudde es que medio país se va a bachaquear pelando a su propio país, acabando su propia fuente de riqueza, agotando la fuente de su propia existencia como país, producto del país depredador que aplica la economía del máximo provecho, la economía del depredador. Una vez que se activa dicha economía capitalista, del máximo provecho, se crea la escasez en el país de la peladera como llama Hudde a Venezuela, creando inflación, pero vuelva a cometer otro error, ésta vez atribuye la inflación no al país que pela sino al pelado, veamos otro ejemplo, “Donde quiera que se presenta una inflación como la causada por este gobierno, inexorablemente surge el acaparamiento, pues vender una cosa mañana en vez de hoy reporta mayores beneficios”. ¿Porque vender una cosa mañana si la gente la necesita hoy?, no hay duda la respuesta del señor Hudde es que es la conveniencia de la gente, (los contrabandistas, los acaparadores y los especuladores) de sacar el máximo provecho, el máximo beneficio, en contra de la naturaleza social humana, (colectiva) ¿Será esto, un atentado contra la existencia humana?. No hay duda, no sé cómo podría sobreviviría el señor Hudde en una sociedad cuya gente, si es que se puede llamar a unas personas por conveniencia, cuyo oficio es “pelar a la gente”, vaciarle sus bolsillos, empobrecerlos, y esto puede llamarse en un país, delito contra la Patria, delitos contra la sociedad.

Asi pues el señor Hudde, nuevo Gurú de la economía neoliberal nos orienta en la economía de la peladera y la depredación, para él lo mejor sería acabar con el estímulo o el subsidio, para acabar con el bachaquerismo, elevando los precios, pero esto ¿no es lo que le conviene a la gente?, dejaría de sacar el máximo provecho, como sostendría entonces la naturaleza humana, los fundamentos de la economía liberal, el egoísmo, actuar según su propio beneficios, estaría yendo esta vez el señor Hudde contra la conveniencia de la gente, el sacar el máximo provecho al bachaquerismo, pero no el señor al final nos da a entender que el estado debe intervenir, eliminar el estímulo, el subsidio, sin importar la conveniencia de la gente. Tal contradicción es evidente, el error lógico del señor Hudde, son muchos sus errores de cálculo económico hasta ahora, pero prefiere atribuírselo mejor a “los gurús chavistas de la economía, provienen de que ellos esperan que la gente actúe como ellos quieren, y no según el mencionado postulado”, así que de acuerdo a las recomendaciones de este gurú liberal debe actuar la gente por conveniencia, contrario a las recomendaciones chavistas, es decir, opuesto a los que “piensan que la solidaridad y el amor deben ser los que guíen la conducta de la gente”.

A qué tipo de economía nos lleva a pensar el señor Hudde, si es contrario a “la economía de la solidaridad y el amor”, entonces el señor Hudde nos lleva a la economía del delito, del desamor, de la maldad, del provecho propio sin importar los demás, puesto que declara que lo que dicen los gurís chavista, de actuar según el bien para todos, “resulta que eso no funciona, sino que realmente la guía es el provecho propio”. Mientras que el señor Hudde nos lleva a la economía de la muerte, a la economía del desamor, a la economía de la guerra, y que la gente se guía por el provecho propio, como si no viviera en sociedad, sino en una economía de subsistencia, como lo es el capitalismo a donde nos pretende guiar este caballero, a retroceder la historia, a la lucha por la existencia. La lucha por el provecho propio, por maximizar el egoísmo, prefiere llamar el señor Hudde, “la guía de la conducta de la gente” en la sociedad capitalista, y esto, “Al conjunto de las cosas que acabamos de reseñar, los del gobierno lo llaman "guerra económica", y no hay forma de que entiendan que son ellos, con sus torpes políticas, que ignoran todo lo referente a la economía y a la naturaleza humana, los que originan eso que ellos llaman guerra”. O sea hemos descubierto que la lucha por la existencia no se halla en la naturaleza humana como guía sino en “las torpes políticas”, pero obvia el señor Hudde que de no ser por el estímulo fronterizo paramilitar de las Casas de Cambio de Cúcuta, las torpes políticas chavistas serían buenas, por que benefician a la gente, no habría una carrera por maximizar el beneficio, una guerra por lucrarse. Si esto lo aprecia el señor Hudde descubriría en la economía del intercambio, entre dos países, lo que origina la guerra.

Analicemos dos ejemplos más del señor Hudde sobre la economía de la depredación (de la peladera o de la guerra), la economía de la locura (del provecho propio) de la guerra, dice: “…por más campañas que se hagan para que la gente baje su consumo, ella se va a despilfarrar a menos que haya algún incentivo sustancial para ahorrarla. Aquí, al llegar en la tarde prendemos todos los bombillos de la casa; en otros países la gente corre a apagar el bombillo que no se está usando, simplemente porque la electricidad se paga en base a lo que cuesta” el señor Hudde pretende educar al consumidor a través del resorte de los precios-inflación, si consumes más electricidad más te cuesta, disminuye el poder adquisitivo, y no mediante la conciencia de la racionalidad, de la educación del consumo, sustentado en la consciencia del cálculo económico de la relación justa precio-costo que el ciudadano debe asimilar para ser racional.

Otro ejemplo; “Los dólares: si se regalan a 6,30 y a 12, la gente se matará, casi literalmente, por ellos, y no habrá fuerza capaz de evitar multitud de trácalas para obtenerlos a esos precios, pues el que lo logra se hace rico en un santiamén, El señor Hudde vuelve otra vez a la carga, a sacarnos la economía del estímulo, las torpes políticas chavistas, activando, “la guerra por los dólares”, a su parecer el postulado del provecho máximo, que el individuo, lucha por obtenerlo del Estado, solo que no ve la otra parte del problema, los resortes de la economía del Peso y del dólar mediante las Casas de Cambio de Cúcuta y el Portal del Dólar Today. Mientras que el gobierno estratifica el precio dólar, como lo haría un fabricante de mantequilla y margarina, vale decir, compra mantequilla el que más puede, y margarina los que menos pueden, solo que aquí, el fabricante altera la calidad del producto, hace un sucedáneo, en cambio el gobierno chavista no altera la calidad del dólar, vende dólares a 6,30 para alimentos y medicamentos, a 12 para viajeros y a 200 para el resto de las necesidades de la economía nacional.

Pero sucede que este circuito de la economía, quienes pretenden aprovecharse de estos estímulos, económicos, los que declaran la guerra, absorber los dólares baratos de la economía venezolana, (6,30 y a 12) es la economía colombiana, que dicho de paso ahora aplica la misma técnica con el gobierno de Ecuador, aplicando la metodología de abaratar el peso, devaluar el peso, para incentivar la exportaciones hacia el exterior, arruinando o pelando dicha economía, en el caso venezolano, aplican la misma técnica solo que a la inversa, el dólar cucuteño fija el valor del dólar-peso devaluado, luego éste devalúa el bolívar mediante el Dólar Today, compra dólares baratos, (a 12, el dólar viajero) y luego el empresario venezolano desata la elevación de precios en el mercado doméstico, creando el origen de la peladera, aparte de la conspiración social, el que opositores al gobierno actúan con su guía neoliberal, como acaparadores domésticos, es decir como dice Hudde, “el que mucha gente tiene en sus casas altos inventarios de los productos que utiliza, y el gobierno ha emprendido campañas publicitarias para evitarlo, como la zoncera esa de "Yo compro solo lo que necesito". ¿Zoncera?.

Precisamente la economía de la escasez o de la peladera está siendo creada por factores externos, esto no es de zonsos, es viveza criolla, conducta que se resisten abandonar la economía de la depredación, de la economía de la guerra, (Colombiana) por eso su llamado a resistir al modelo chavista, (de inclusión social) su llamado a implosionarlo por dentro, mediantes acaparadores doméstico, bachaqueros, especuladores monetarios externos e internos, y aquí es donde el señor Hudde pierde el juicio sobre la economía, pierde su capacidad de análisis al justificar la acumulación de bienes, el stock requerido de cada ama de casa (bachaqueros domésticos) y que esta acción no es propia “….de criminales, como pretende hacer creer el gobierno, sino de gente normal de carne y hueso, y por más amenazas y campañas que hagan, todo el mundo lo hará”. ¿Qué hará ahora la gente con el frontera cerrada?, acumular sino bienes, ¿tendrá capacidad de almacenamiento de toneladas de alimentos? ¿Seguirá sosteniendo un comportamiento compulsivos, nervioso, inducido por la economía de la peladera, la economía del bachaquear, del parasitismo del contrabando?.

Finalmente hemos llegado a la esencia de la economía de la peladera, ya hemos explicado suficientemente la economía del estímulo económico como fuente de la economía de la escasez, (la peladera), ahora dediquemos analizar el resorte del estímulo, para el señor Hudde, toda la distorsión que crea los estímulos del gobierno chavista (precios bajos del dólar, los subsidios) es decir los agentes económicos tales como bachaqueros, acaparadores domésticos y no domésticos y especuladores cambiarios pueden ser resuelto mediante el mecanismo de la oferta y demanda, fijando un precio de equilibrio, como “regla de buena conducta” para evitar abusos del mercado. Mejor dicho no se debe regular los precios y la ganancia “….porque simplemente los productores no van a producir lo que se demanda, pues según lo que indican las mencionadas curvas, no están dispuestos a hacerlo, y no lo van a hacer por más que se los amenace, se los catalogue de apátridas, etc”. Mejor dicho los productores sino sacan el provecho máximo (la ganancia) contrario a la conveniencia de la gente que demanda, provecho muy superior al provecho máximo de su salario, simplemente dejan de producir aunque se los llame apátridas, tal es la esencia de la economía de la peladera del señor Hudde.

Una vez extraviado del mundo económico, donde no sabe a ciencia cierta, donde está el provecho del individuo y la conveniencia de la gente, el señor Hudde termina con una moraleja, “si continúan las distorsiones y loqueteras económicas actuales, unidas a la controladera a ultranza de todo, aquí no vamos sino rumbo al desastre, o a enterrarnos más en él, según se vea la situación actual”. ¿Dígame si esto, señor Hudde, no es pura guerra económica?, Torpes políticas de los empresarios capitalistas que atentan contra las bases de la existencia social, humana y ambiental, es decir contra los valores de la existencia social, de la solidaridad y el amor, por cuanto preferiría que los precios se guíen por el máximo provecho empresarial, las distorsiones especulativa de la ganancia extraordinaria y la anarquía doméstica y empresarial, por conveniencia que alguna gente en su locura de acaparar, bachaquear, yendo en contra de todo tipo de controles sociales, a “ultranza de todo”, de la economía del crimen, del genocidio social sistemático, de desabastecer un país, de crear una peladera, devastando y depredando un país, una economía de apátridas termina ella perdiendo el realismo. ¿Suenan tambores de guerra?

Fuente:

1.-Hudde, Herbert, Economía chavista vs. Economía normal. El Universal, 25-08-2015



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Alexander Kórdan Acosta R.

Economista. Magíster en Gerencia de Servicios Administrativos. Doctor en Ciencias Estratégicas para el Desarrollo. Profesor de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV). Instructor de Cooperativismo Comunitario.

 kordankovki@gmail.com

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