Desde hace mucho tiempo hemos venido advirtiendo de la ausencia de conciencia revolucionaria en una muy buena cantidad de compatriotas, de gente que apoya el proceso de transformaciones, sobre lo que se desconoce el nivel de sustentación no endeble ante los ataques sicológicos de la reacción venezolana, la guerra asimétrica tiene precisamente un componente muy agudo y hasta extremo de ataque a la conciencia normada del venezolano común, en cuyo grupo están incluidos los que enunciamos al principio y que podrían en un eventual pronunciamiento de carácter definitivo mostrar debilidades, no se trata de la simpleza del decir el 65 o 70 por ciento de los venezolanos apoya el actual liderazgo y forma de conducción del país. El asunto a nuestra manera de ver va mucho más allá y se solapa con costumbres generadas por el propio sistema capitalista, mucha gente dice no tener miedo de algunas cosas pero el miedo existe y más si es aguzado de manera inteligente y subliminal. Esto vendría a ser el ataque a lo vulnerable, a lo inconsistente y que por supuesto no es de ninguna manera una forma de ignorar a la gente, de creer en las susceptibilidades ajenas, como tampoco el hecho de sentir que son subestimadas en cuanto al apoyo que en un momento dado pueden ofrecer.

Desde hace mucho tiempo, hemos venido insistiendo sobre la necesidad de reforzar los niveles de conciencia revolucionaria, lo que se puede hacer a través de un proceso ideológico continuo y profundo que coadyuve al blindaje necesario de ese apoyo que actualmente sostiene al proceso y lo que se deriva de el, en algunas oportunidades hemos dicho en privado y ahora a través de este medio que al parecer y me perdonan si estoy equivocado, que el único que se preocupa y activa militantemente la lucha por lo ideológico es el compatriota William Izarra, esto quiere decir de ser así, que estamos frente a una situación de debilidad, puesto que la ideología debe ser cosa de todos, todos los días, que bueno sería escuchar a un ministro hablar sobre la lucha por la ideología, a un alcalde a un gobernador, a los partidos del bloque del cambio, todos que en forma conjunta produzcan una plataforma que facilite la titánica tarea que tiene Izarra por delante. Me pregunto, tiene William Izarra un programa de radio o televisión que permita de cierta manera masificar el mensaje ideológico, reflexión que dejo a la interpretación y respuesta buscada.

A estas alturas del juego no todos estamos contestes en la gravedad de la amenaza imperialista, no es un juego para nosotros ni tampoco para el enemigo, todos sabemos lo que se juega actualmente en Venezuela y no podemos ser ajenos a tremendo desafío, todos los medios serán válidos para esa gente y no tenemos todos los medios aceitados para contrarrestarlo, solo la esperanza que el pueblo salga a la calle y luego que, si no tenemos la costura nutrida de argumentos y decisiones puntuales, muchos flancos estamos dejando al descubierto y uno de ellos de importancia estratégica es la administración pública, sus cuadros y funcionarios están en verdad comprometidos cuando sabemos que se mantienen las mismas estructuras de poder sobre todo a niveles medios altos, es para pensarlo más de una vez. Hay casos patéticos y quiero señalar uno en concreto el cual conozco porque estuve allí y no se me renovó contrato, me refiero al Ministerio de Alimentación que supone el que elabora el plan estratégico alimentario y que perdió un año en lo cual no se hizo en este sentido absolutamente nada, lo que en mi concepto entra en el grupo de instituciones políticamente colapsadas.

Por ello, el título del presente trabajo es una señal de preocupación y alerta, en cuanto al adolecimiento de una política que esté inmersa en el contexto ideológico que permita consolidar lo hecho y avanzar hacia el blindaje de la institucionalidad y reforzamiento de la conciencia revolucionaria, el futuro es hoy, avancemos para siempre.