"El arado y el mar"

El reto revolucionario: romper con el ciclo de dominación capitalista

Tanto sacrificio, tanta sangre, tanto Chávez para llegar a esto, a restaurar la socialdemocracia contra la que el Comandante irrumpió.

¿Sera esto todo? ¿Tanto caminar para llegar al mismo sitio? ¿Qué pasó? ¿Por qué el sueño de Chávez, la esperanza, corre el riesgo de terminar en sarcasmo?

Para intentar explicar esto debemos situar a Chávez en su grandeza: el Comandante se hizo líder mundial porque heredó el relevo de la gran corriente revolucionaria que recorre América y el mundo. Veamos.

Si estudiamos la historia del Continente podemos establecer unos hitos de la corriente revolucionaria, la que busca cambiar radicalmente al mundo. En primer puesto podemos ubicar a Bolívar, que resume los intentos libertarios antes y después de la Independencia. Luego nos encontramos con Martí, que aportó a la idea revolucionaria el concepto de guerra necesaria pero sin odio; la ética, la espiritualidad, por encima de lo material, la guerra para construir no sólo para destruir, el profundo respeto por la vida, la guerra amorosa. Se abre así una nueva era para la América: la construcción fraterna, la lucha por el amor, por el derecho a amar, no por el odio.

Entre tanto, el mundo seguía su curso hacia la consolidación del monstruo capitalista. Surgían los grandes capitales y, simultáneamente, la idea que los condenaba, sus sepultureros, los proletarios. El Marxismo, que se nutría de la filosofía alemana, de la experiencia de la Revolución Francesa y del diagnóstico de la Inglaterra industrial, vertió sobre el mundo una nueva vía hacia la derrota definitiva del egoísmo sustentado en  la propiedad privada de los medios de producción.

Rusia, Lenin, da el gran salto de materializar el derrumbe de los sistemas del egoísmo, los niega, los supera. Es en Cuba donde consigue su continuidad este inmenso salto, este esfuerzo de la humanidad estancado en sus circunstancias. Fidel y el Che comprendieron, dieron contorno, en la práctica y en la teoría al humanismo contenido en el ideario cristiano, martiano, marxista. Así la conciencia adquirió primacía en la lucha revolucionaria.

Chávez, sin duda, es el destinado a dar concreción, a regar por el continente y el mundo la idea que emerge en el Moncada y la Sierra, que se afirma en un pueblo capaz de resistir un bloqueo y erguirse digno ante la crisis de los cohetes.

Chávez se hace inmenso porque es heredero de la corriente libertaria, humanista, naturalista que nace con los cristianos primitivos y resume las luchas libertarias, humanas, de la humanidad. Chávez, el Chavismo, está destinado a construir el Socialismo del siglo XXI, que es lo mismo que decir el Socialismo auténtico, el evolucionado, el que debe dar continuidad a los cristianos primitivos, a la Revolución Francesa, a la Revolución Soviética, a la Revolución Cubana, darle continuidad a la gran marcha de la humanidad.

Esa es la gran batalla de hoy. ¡Socialismo Chavista o socialdemocracia, socialadequismo! ¡Socialismo o socialtraición! Seguir adelante o retroceder antes del 4 de Febrero.

El mayor obstáculo de la Revolución es vencer a la socialdemocracia, al mayor y más eficaz enemigo de las revoluciones. Veamos.

La dominación capitalista en el continente oscila entre dictaduras sangrientas y pseudodemocracias socialdemócratas. Cuando la dictadura se agota viene la pseudodemocracia como un logro; cuando la pseudodemocracia se agota es suplantada por una feroz dictadura, que a su vez será sucedida por una pseudodemocracia.

Este ciclo es roto por Chávez. Agotado el pacto de punto fijo, después del intento de caldera de salvar la dominación capitalista, irrumpe Chávez contra este ciclo. Tuvieron que asesinarlo para volver a tener posibilidades de recomponer la dominación. Esa es la gran batalla después del asesinato de Chávez, el dilema es volver al ciclo socialdemocracia-dictadura-socialdemocracia, o superar la dominación capitalista y avanzar hacia el Socialismo.

Hoy observamos claramente el giro hacia la socialdemocracia, hasta se pide una oposición democrática, sensata, es decir, la otra parte del pacto. Unos lo hacen inconscientemente, repitiendo la costumbre, otros son restauradores redomados. Se desconoce así al 4 de Febrero, la irrupción contra la socialdemocracia, contra la pseudodemocracia.

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Toby Valderrama y Antonio Aponte

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