“La ignorancia y la sequía de ideas” sobre el socialismo cubre a la oposición, estancados en su interpretación del socialismo del siglo XX, del comunismo real, manipulando ideas engañosas, mitos y publicidades, construyen ideas fantasmagórica, máscaras ideológicas, lenguajes pobres en su vocabularios más lleno de epítetos, acusaciones, calificativos que destilan heridas, y como dice: “repulsión a la vida civilizada en una sociedad democrática; incapacidad para la comunicación por
el razonamiento lógico o civilizado, …fuente de los mayores males como el subdesarrollo cultural, la pobreza y hasta de las guerras civiles o internacionales y es hoy protuberante” como lo demuestra la misología de Rafael Mucci. Negar la idea de construir el socialismo bolivariano en Venezuela en el siglo XXI, que es además una construcción de la clase trabajadora, fundamento de la sociedad es subdesarrollo cultural, ignorancia política, pobreza intelectual y oposición a todo razonamiento lógico civilizado, el socialismo tiene derecho a existir, es producto colectivo, de lo contrario, se estaría avalando el totalitarismo de las elites hegemónica capitalista y su modelo único de democracia representativa liberal, hoy de corte autoritario neoliberal que forja en el mundo a su imagen.

Si las desigualdades hoy en la sociedad venezolana siguen presentes, no responden al interés político de la revolución bolivariana, sino que en los últimos 15 años no se ha podido desmontar aún, “el modelo rentístico petrolero”, quien sembrara las desigualdades sociales y económicas del país, y quien aún presiona para que se “les regale las divisas” a 6.30 bolívares por dólares, desean continuar con el capitalismo salvaje, “el festín petrolero”, que los llevó “atornillarse en el Poder” durante más de 40 años con su correspondiente modelo político de autócratas populistas, perpetuados en el poder bajo el amparo de los EE.UU., a quien se les regalaba el petróleo en desmedro de la soberanía nacional, la renta y el fisco nacional. Ahora vienen a defender la democracia, a condenar con el supuesto “realismo político mágico”, a señalar el supuesto fracaso del modelo económico según diputado O. Barboza, a causa de “la inflación, la deuda global y la escasez”, omitiendo deliberadamente los éxitos económicos y sociales de los programas misioneros del gobierno bolivariano que al decir de A. Lombardi, de “exitoso modelo político”, tal vez porque el 60% del presupuesto se va en inversiones sociales, en alimentación mediante Mercal, Pdval y Bicentenario, Misión Vivienda, aumento del salario, atención primaria de salud, educación desde preescolar hasta universitaria gratuita, en pocas palabras en desarrollo social popular, de allí, el apoyo popular, el bienestar de las mayorías y no de la elitesca sociedad civil, que pretenden alcanzar el poder guarimbeando (violencia política).

“Quebrar el modelo rentístico petrolero” según Jorge Arreaza, Vicepresidente de la República Bolivariana de Venezuela, el modelo fracasado de la IV República, base de la hegemonía y “la tradición populista existencial clientelar” muy bien estructurada del régimen capitalista periférico, dependiente donde subsistía una “colonización político partidista de los poderes públicos” (Nadie puede olvidar el “poder de las Tribus de Morales bello en el Poder Judicial) constituye una necesidad histórica, el socialismo bolivariano y chavista es una alternativa en proceso de construcción, no está acabado aún, apenas comienza a sentar los fundamentos, sustentados en el marco constitucional, con respeto a los derechos humanos, a la democracia popular y participativa, y además en el marco de una economía restructurada, considerando la Ley Orgánica de Precios Justos, elevando la productividad, la soberanía nacional y trabajando para el bienestar y desarrollo social de todo el país.