Desarrollo de la sociedad socialista a partir de la unidad dialéctica entre la teoría y la práctica

Las críticas de y a la “Ultra izquierda”

El presidente Nicolás Maduro en su alocución en la Asamblea Nacional en ocasión de la presentación de la memoria y cuenta del año 2013 lanzó fuertes críticas a las posiciones de la ultra derecha y de la “ultra izquierda”.

Es de esperar que el presidente Maduro cuestione las posiciones de la ultra derecha que se dedica a generar críticas partiendo de hechos reales, simulados o simplemente inexistentes con la finalidad de horadar las bases que sustentan al proceso revolucionario en el interior y exterior del país, para ellos es razón de su existencia y su modo de vida atacar y desvirtuar cualquier posibilidad de "humanizar" a la humanidad o de construir una patria soberana, justa y en paz.

Mas delicado resulta el análisis de las críticas de la "ultra izquierda" sobre la cual el presidente Maduro señaló que a la hora de construir el socialismo nadie se la sabe todas y pidió "un poco de humildad" refiriéndose tácitamente a algunos críticos de izquierda que le acusan de reformista y pragmático en su accionar y alertó que los dogmas y los dogmáticos solo han servido para fomentar divisiones en el movimiento revolucionario mundial.

El que las acusaciones de "reformistas" "derechistas" y de "dogmáticos" de "ultra izquierda" hallan llegado a un escenario como este indica que la crítica constructiva y bien intencionada no ha encontrado espacios de discusión adecuados que permitan la construcción colectiva de la unidad dentro de la diversidad de pensamientos o que existen individuos o grupos dentro del colectivo revolucionario que están cerrados a priori al dialogo con lo que su crítica estaría orientada al fracaso y la división del movimiento revolucionario.

La crítica constructiva de los teóricos que surge a partir del análisis histórico de la realidad resulta indispensable para avanzar en la creación de una teoría revolucionaria, tan indispensable como las críticas que pueden surgir a los planteamientos teóricos desde la aplicación práctica de la acción de "gobernar" ya que permite el replanteamiento de la teoría y con ello una nueva manera de ir a la práctica y así sucesivamente logrando alcanzar en cada etapa una fase superior de desarrollo del proceso revolucionario
Bajo este principio dialéctico de la unidad entre la teoría y la práctica no se pueden despreciar los aportes de los críticos intelectuales hacia la gestión de gobierno, sino por el contrario deben abrirse espacios de dialogo que permitan nutrir la acción revolucionaria y retroalimentar a estos pensadores con las dificultades encontradas en la aplicación práctica sin sectarismos y evitando en lo posible acusaciones de "dogmáticos".

Los que circunstancialmente ocupan cargos de dirección deben tener la humildad de reconocer que aunque estén bien formados ideológicamente, tengan experiencia práctica y manejen información que los que están “afuera” no manejan, no se las saben todas y por ello deben propiciar la participación protagónica del poder popular en la toma de decisiones. Cualquiera puede por ejemplo criticar con razón el secuestro del protagonismo del pueblo en las designaciones a dedo de los candidatos a las pasadas elecciones y de las “cúpulas” del PSUV porque no participó en la exposición de motivos y desconoce en esencia las razones por las que se tomaron esas decisiones contrarias a nuestros principios.

De igual manera, los "intelectuales" deben entender que no existe un método infalible para realizar una revolución autentica y que nadie es poseedor de la verdad absoluta, deben aceptar que los lideres del gobierno poseen información valiosa para la toma de decisiones que lamentablemente no pueden ser de dominio público o que por fallas en la comunicación no estén al alcance de las mayorías, por ello en ocasiones sus decisiones pueden resultar pragmáticas, reformistas o de derecha debido a que la coyuntura del momento histórico que atraviesa la revolución así lo requiera, como es el caso de devaluaciones, aumento de la gasolina, sustentar planes sociales con dinero procedente de excedentes de operaciones comerciales netamente capitalistas de empresas del estado, asociaciones con el capital privado, medidas populistas para ganar elecciones, por nombrar algunas.

Resulta muy sencillo leerse cien libros y mil artículos, participar en muchas discusiones, foros, presentaciones y mítines y concluir proponiendo lo que se debe hacer, pero no es tan sencillo llevar estos principios a la práctica, sobre todo en los inicios de la revolución en los que la base social que sustenta ideológicamente la revolución es débil, la teoría revolucionaria es muy vaga y divorciada de la realidad y a quienes les toca su aplicación tienen muy poca experiencia para hacerlo, por ello la crítica debe considerar las dificultades de la ejecución práctica de las teorías revolucionarias y los ejecutores deben abrir espacios de discusión para poder incorporar los avances teóricos que faciliten la acción revolucionaria involucrando cada vez mas a los críticos en la toma de decisiones.
Hacer la crítica no implica "tirarle piedras a tu propio techo", debe hacerse con contundencia pero con responsabilidad, evitando servirle mas al enemigo de clases que a la propia revolución, tratando siempre de evitar las divisiones internas. Si el presidente Chávez hubiese hecho caso a los intelectuales que le decían que era imposible hacer una revolución pacifica en Venezuela otro gallo cantaría, habría que preguntarse si se hubiese logrado por la vía armada y de ser así cuanto tiempo se habría sostenido sin ser aplastada por el imperio, lo cierto es que gracias a que no los escuchó hoy el pueblo llano habla abiertamente de revolución, socialismo, control social, comunas, democracia participativa y protagónica aunque nos falte mucho por andar.
Es tarea de todo el que defiende el legado del comandante supremo ocuparse de:

Apostar por la unidad y la preservación del único bien alcanzado por ahora “la independencia” que nos da la posibilidad de construir la patria socialista.
Aceptar con humildad las propias limitaciones para ser dueño de la verdad manteniendo una postura crítica y autocrítica ante cualquier escenario.
Abrir espacios de discusión crítica que permita la toma de decisiones colectivas y la apropiación de informaciones importantes que el pueblo debe conocer.

La revolución necesita de todos los que entendemos que no hay seres superiores y luchamos por construir un mundo mejor donde reine la igualdad, justicia y paz, por ello el criterio de uno no puede tener mayor valor que el del otro, solo debemos buscar la unidad en la diversidad por encima de las diferencias personales.


peraltanf@yahoo.es

@noellibre


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Noel Peralta Barreto


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