El engañoso PIB

Planifiquemos la Economía con criterios marxistas

Las alusiones a los desequilibrios económicos suelen ser asimilados a desequilibrios naturales, desajustes ecológicos, al déficit de la economía familiar o de tal o cual empresa, al déficit fiscal de un Estado, todos ellos dirigido a ocultar los verdaderos desequilibrios sociales, como son los que constantemente sufre la sociedad cuando se halla dividida en clases, cuando una de ellas, enfaticémoslo, es opresora de la otra. Verdaderos son los desequilibrios económicos o de la economía nacional, y de estos trataremos en esta entrega como un adelanto de mi PRAXIS II[1].

En entrega anterior, me referí al PIB (Producto Interno Bruto) como un estadístico monetarista que esconde los valores de uso o los bienes cuyas cantidades hayan sido vendidas a tal cual precio,   aunque eso no revestiría mayor importancia si no fuera porque en toda Economía debe mantenerse y ajustarse de tal amanera que haya un equilibrio o un desequilibrio positivo entre la producción de determinados y  específicos bienes de consumo final y   medios de producción, originales o sucedáneos, pero todos como valores de uso.

Sólo así se estaría monitoreando la satisfacción equilibrada de las necesidades populares presentes para su consumo productivo y consuntivo del año en curso y del siguiente; si están siendo satisfechas con creces o si hay insuficiencias o subconsumo, y si la economía está adecuada y cuantitativamente garantizando la reposición de las materias primas, herramientas y demás medios de producción sin los cuales la economía se desajusta, cae en crisis.

Por ejemplo, no tiene sentido general que el valor de los medios de producción necesarios para el próximo período valga determinado monto en Bs.F., igual al acusado el año en curso, si se trata de un incremento de su precio y de una menor cantidad de los medios específicos de producción. Y eso es lo que el PIB se encarga de hacer, nos ofrece valores globales monetarios sin el detalle de la composición de los bienes materiales. En caso de inflación, por ejemplo, el PIB sube aunque los bienes tomados en cuenta sean de igual cantidad, menor, sean de peor calidad. El PIB puede aumentar, pero también puede haber déficit productivos y hogareños por los elevados precios del pan, de la leche, etc.

Bien, el equilibrio de la Economía Burguesa lo maneja Carlos Marx, particularmente en los Libros 1 y 3 de El Capital, con sus sencillas y aritméticas fórmulas siguientes:

 c+ v+ pl = C, (1)

para c = capital constante en valor-trabajo; v =  capital variable,  pl = plusvalía o ganancia, y C = capital total de una sociedad o de una empresa cualquiera. 

 Asimismo:

I.- c.I + v.I +pl.I = V.I   (2)

II.- c.II + vII + pl.II = V.II   (3)

c2 = v.1 +pl.1 (4) 
 
En esa  ecuación rige una reproducción simple y equilibrada. La idea de estos valores es que, por ejemplo, C2 recoge no sólo el monto del valor del capital constante del sector I, productor de medios de producción de  toda la economía nacional estudiada, sino todo el paquete específico de tipos de medios de producción puestos en marcha, según el desarrollo de las fuerzas productivas que prive en un ese entonces. Este desarrollo es armonioso entre la productividad de los trabajadores y el nivel tecnocientífico alcanzado en maquinarias, equipos y demás medios de y objetos de trabajo.

Recordemos que c representa el valor de los medios de producción usados por los sectores económicos productores de bienes de producción y de consumo.    v y pl  representan el valor de los salarios y ganancias de ambos sectores.

Sobre estas bases, se llama composición técnica del capital a la relación entre sus partes activas y pasivas (mano de obra /medios de producción), y se llama composición orgánica la relación entre las partes variable y constante: “v” y “c”, en tanto que esta composición orgánica refleje la composición técnica. Esto significa que debe considerarse muy de cerca las variaciones de precios de una misma masa de salarios o de medios de producción, y de aquí que el PIB no cumpla esta consideración.

Por supuesto, C2 puede resultar ≠ V1 + Pl1: así, si los medios de producción (c2) resulta mayor que la suma de salarios y la plusvalía de ese sector (v1 y pl1), entonces habría un déficit de medios de producción para el próximo período, y viceversa, si resulta menor, entonces hablamos de un excedente y este ahorro permitiría un crecimiento económico.

Desde luego, como todos los términos de esa ecuación representan valor- trabajo, valor-fábrica, o   valor-precio de mercado, tal ecuación la comprenderemos mejor  cuando le demos una expresión matemática moderna, según el contexto o estructura de costos y valores que analizó Marx en su momento.

A tales efectos, pongamos estas ecuaciones:

∑Ci, desde i = 1 hasta i = n

∑Vi = desde i = 1 hasta i = n

∑pli = desde i = 1 hasta i = n

De esta manera  las planificaciones con criterio marxiano dejarán en claro que el valor de   todos los múltiples y variados medios de producción, tanto como valores de uso como de cambio, están considerados y respetados como condición básica de la composición técnica[2] del capital o aparato productivo nacional, y, en consecuencia, el equilibrio o movimiento del PIB se puede monitorear cada año, y daremos por cierto que una suma mayor de salarios [3]supondría una mayor cantidad de materias primas, pongamos por caso. Debe ser así porque estamos tratando con mercancías y estas son una dualidad de valores: los de uso y los de cambio. El PIB sólo alude al segundo, o sea que trata de valores de cambio sin soportes específicos en valores de uso.


[1] Esta obra se halla en pleno proceso de elaboración. PRAXIS I está próxima a salir. Interesados pueden contactarme.

[2] Es la relación entre la parte activa y la pasiva  = Trabajadores y medios de producción (T/Mp)

[3] Los incrementos salariales sin una mejora en la productividad de los trabajadores cambiarían la tasa de explotación, lo que hace necesario hacer los ajustes correspondientes para un mejor análisis del movimiento anual del  Productor Territorial  presentado en valores dinerarios, y en mano de  obra ocupada y en medios de producción procesados.



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Manuel C. Martínez


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