Y se acabó la discusión

Llegó el Comandante y como de costumbre habló y se desempeñó  como en sus mejores momentos ante un mar de pueblo imbuido de alegría y de paz. Sucedió el lunes 11 de junio de 2012 entre las 4 de la tarde y las 8 de la noche en la ocasión de la presentación de la candidatura de la mayoría del pueblo venezolano ante el CNE.

Por supuesto que esta presencia vigorosa del carismático Chávez dejó en evidencia a los zamuros y otras especies que viven de la descomposición y de la mala intención. Aquellos que inventaron y propalaron que el líder de la Revolución Bolivariana estaba acabado, que llegaría al CNE arrastrado, con enfermeras y en camilla. En cambio vimos a un ser humano que supera el trance de un padecimiento nada fácil, que tiene fe en la vida, en el pueblo por el cual lucha y ese pensamiento y esa acción son la mejor medicina para avanzar en su curación. Así lo vimos nosotros, así lo contempló todo el pueblo de Venezuela.

Llegó el Comandante Chávez Frías ante las autoridades rectorales con tres objetivos que cumplió: inscribir su candidatura presidencial, presentar su Programa de Gobierno para el periodo 2013-2019 y reconocer de manera gallarda la actuación del ente electoral.

El día anterior, el candidato de los ricos y su cohorte sifrina se equivocaron de escenario pensaron que se encontraban en un estudio de Venevisión, y meneándose entregaron una carpeta a la rectora Lucena donde postulaban al incoloro, inodoro e insípido Capriles a nombre de una Mesa de la Unidad que no se veía por ninguna parte ya que el Comando de Leopoldo López impidió la presencia en la sede del CNE de Antonio Ledezma, Henry Ramos Allup y otros escuálidos sin abolengo. Los consideran no presentables y al mismo tiempo desechables. Así paga la derecha.

Decíamos que el candidato del pueblo, el Comandante Chávez presentó un Programa de Gobierno al pueblo de Venezuela para su discusión, enriquecimiento. Es la manera como el liderazgo revolucionario concibe el fortalecimiento social de nuestro país. Con planes, con proyectos y con ejecución de obras que están a la vista. Al contrario la oposición no dice cuáles son sus planes porque toda Venezuela saldría  despavorida: Privatización de PDVSA, de las industrias básicas, regreso al latifundismo y en lado social recorte a todos los programas, Misiones y cacería y acoso a los movimientos populares

 Para colmo de los males el candidato de la derecha está aquejado de anorexia intelectual. En su primera rueda de prensa se molestó con una periodista que le preguntó que libros leía. Hoy entendemos su indignación porque sencillamente no lee y el conocimiento es fundamental para asumir un liderazgo. Luego no es capaz de articular y exponer una idea con  un mínimo de coherencia. No digo que esté rondando al ex presidente adeco Raúl Leoni en su fase final o al candidato copeyano Lorenzo Fernández en plena campaña electoral de 1973, dos representantes de la burguesía y del modo imperial a mediados  del siglo XX que confrontaron severos problemas de motricidad, pero no anda lejos.

Es indudable que la derecha venezolana, más vasalla que nunca a los intereses foráneos, sufre una penuria de cuadros gerenciales y sociales y la escogencia de Capriles así lo deja ver. Quizás el último representante de esa burguesía fue Jorge Olavarría, con estatura intelectual y propuestas sociales,  quien en su momento hizo guiños al movimiento revolucionario. Hoy los oligarcas no les queda otra alternativa que recurrir a los antiguos patoteros, niños rebeldes enredados en sectas fanáticas, ayunos de ideas y de sensibilidad social.

Por eso como en la copla de Carlos Puebla, llegó el Comandante y mandó a parar.

Y se acabó la discusión.


lucartjesus@yahoo.es



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Héctor Agüero


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