(De cómo los médicos y afines son explotados y coexplotadores)

Conozcamos la Industria Sanitaria Burguesa

“Fragmentos de obras de Marx


El capital, lib. 1, sección 5, cap. XIV 

El obrero no produce para sí mismo, sino para el capital. Por eso, ahora, no basta con que produzca en términos generales, sino que ha de producir concretamente plusvalía. Dentro del capitalismo, sólo es productivo el obrero que produce plusvalía para el capitalista o que trabaja por hacer rentable el capital. Si se nos permite poner un ejemplo ajeno a la órbita de la producción material, diremos que un maestro de escuela es obrero productivo si, además de moldear las cabezas de los niños, moldea su propio trabajo para enriquecer al patrono. El hecho de que éste invierta su capital en una fábrica de enseñanza, en vez de invertirlo en una fábrica de salchichas, no altera en lo más mínimo los términos del problema. Por tanto, el concepto del trabajo productivo no entraña simplemente una relación entre la actividad y el efecto útil de ésta, entre el obrero y el producto de su trabajo, sino que lleva además implícita una relación específicamente social e históricamente dada de producción, que convierte al obrero en instrumento directo de valorización del capital. Por eso el ser obrero productivo no es precisamente una dicha, sino una desgracia.” http://www.webdianoia.com/contemporanea/marx/textos/marx_text_plusval.htm

El subrayado es mío.

Obrero viene de “opus”, y esta voz latina significa la obra, de allí que a las intervenciones quirúrgicas se las haya llamado “operaciones”, y de los pacientes que las hayan recibido se dice que fueron “operados” de tal o cual víscera, de tal o cual hueso, de tal o cual tejido. A veces y desafortunadamente, se les dice: murieron durante la operación.

Obsérvese que por muy agradecidos que estemos de estos “trabajadores”, y por invalorables que resulten sus servicios,  y como producto de alienaciones de parte del galeno y del paciente, es decir, del profesional y de su “cliente” , si usted quiere insultar u ofender a un médico burgués, pregúntele por su trabajo, como usted mismo se lo preguntaría a cualquier obrero, técnico o profesional diferente al médico, o haga como yo lo estoy haciendo nombrando a sus pacientes como su “clientela”. Sálvense las raras excepciones del caso.

También es un hecho que en el sistema capitalista, entras por el aro de la contrata asalariada,   como artesano o profesional de libre ejercicio para servirle sumisamente al capital, o sencillamente te mueres de hambre o de lumpenidad.

Los médicos burgues, cuando le trabajan al Estado para fungir de burócratas, son explotados por el gobierno 1. Si trabajan por su cuenta, con clínica propia o como arrendatarios de una ajena, entonces allí actúan como pequeños burgueses  capitalistas con un determinado personal auxiliar (asalariados), mobiliario y demás medios de trabajo ad hoc.

Efectivamente, los pensa universitarios y académicos de médicos, psicólogos y sociólogos de estos “países-mercados” tienen inscritos los programas de adiestramiento teórico para que los formados y egresados actúen como trabajadores al servicio de la industria sanitaria internacional. Esta industria médica, por ejemplo, abarca la Farmacopea, la fábrica de instrumentación quirúrgica y de materiales médicos en general, también absorbe las editoriales de toda la literatura médica, textos de estudio, revistas especializadas, páginas Web, etc. 

Pero esos importantes pequeños “burgueses”, consciente o inconscientemente, están siendo explotados por aquellos industriales. Efectivamente, cuando un médico llena el récipe ocasional está promocionando el consumo de los medicamentos que mejor hayan sido introducidos por los laboratorios farmacológicos de actualidad. En este caso, a cambio no reciben salario alguno, salvo las muestras médicas promocionales y su correspondiente instructivos y recomendaciones terapéuticas. Su ejercicio profesional va más hacia el levantamiento de un acertado diagnóstico que hacia la curación del paciente (cliente), ya que ésta corre a cargo en principio de los medicamentos debidamente seleccionados por estos colaboradores, explotadores y explotados del sistema burgués. Podríamos inferir que los pensa de estudio del caso guardan ex ante una inextricable e interesada armonía entre síndromes y medicamentos en pleno proceso de producción en las correspondientes empresas de dicha farmacopea. De los Farmacéuticos resultaría toda una perogrullada que destaquemos su implícita e irremunerada alianza con esta industria.

Desde luego, se trata de una tácita y rentable mancomunión de intereses o de excelentes beneficios para ambos empresarios, lo cual podría justificarse sobre la base de que todos los trabajos de todas las industrias son complementarios en una sociedad mercantil capitalista como es la burguesa. Sin embargo, lo que queremos destacar es que la Industria de la Farmacopea viene usando como simples y no remunerados promotores y publicistas de sus mercancías hasta los más prestigiosos y ya poderosos galenos. Como estas mercancías son terapéuticas por excelencia, mal puede verse a ningún galeno como vigilante, protector o interesado por la salud de sus “clientes” en términos profilácticos o preventivos. A la Farmacopea le conviene obviamente una sociedad de enfermos con inclusión de los crónicos porque en ello le va la conservación de sus propias ganancias burguesas, y esto no significa ninguna pedrada para   los ilustres, afanosos y diligentes “operadores” que venimos analizando.

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1http://www.aporrea.org/ideologia/a98546.html marmac@cantv.net


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Manuel C. Martínez M.


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