Auditórium

El operativo de las bombonas de gas, en El Tigre-Anzoátegui

Los hombres de Estado ¿Cómo se comportarían un hombre de Estado hoy? ¡Un requisito básico sería guardar a Frankenstein en el cajón! Los políticos muchas veces deben anteponer el interés de Venezuela al de la politiquería, y al suyo propio. Para que, se le puedan calificar como hombres de Estado. Donde la impresión, al ser enaltecidos como tales, pasen a ser unos políticos históricos, pero de este tiempo. Una etapa ajena a la nueva política contemporánea, donde los hombres y las mujeres de Estado no sean vistos como bichos raros, como unicornios rosas, o como carcamanes desfasados. Hoy en pleno siglo XXI, de la Venezuela en crisis el orden es a la inversa: predomina el interés, el lucro personal, y el partidista; y se presta más atención a la apariencia que a la búsqueda enaltecedora de la verdad. Sin olvidar que convertir en hombres de Estado a quienes se lo quieren cargar, es una tarea muy dura, y casi imposible. Fin de la cita.

El operativo de las bombonas de gas, del pasado viernes 3 de diciembre de 2021, en el polideportivo Kubala de El Tigre Anzoátegui, de parte del alcalde opositor-alacrán-fospuca, sin animo de descalificarlo, dejó en el ambiente el tufo de continuar, sometiendo al pueblo, a las malditas colas, ya que estas practicas politiqueras, no solucionan lo medular del problema, dedíquese a otras cosas mas productivas, como conserje de la ciudad, que esa espinosa materia gasífera del gas domestico, usted no lo va resolver con unas bombonas llenas de demagogia y populismo.

El cálculo político impide a PDVSA resolver el problema del gas doméstico. Resolver la escasez de ese importante producto no parece figurar como una prioridad del gobierno venezolano.

Incrementar la producción de Gas Licuado de Petróleo (GLP). De esta manera, podría atender la demanda de este producto empleado en los hogares venezolanos para cocinar.

Sin embargo, ejecutar esa transacción no figura como una prioridad para la presidencia de PDVSA. El cálculo político se impone antes que buscar una solución a este grave problema.

Al mismo tiempo, la severa escasez de gas, ya ha generado un mercado negro en el cual las bombonas de gas se comercializan en dólares. Van varios años de fallas. Donde el suministro de gas licuado de petróleo en Venezuela colapsó casi totalmente. El Complejo Criogénico de José en el Estado Anzoátegui, donde se produce el propano para abastecer a Venezuela, no ha logrado reactivarse a su plena capacidad. Ojalá el actual gobernador Luis José Marcano, lo incorpore como prioridad en su agenda, y le busque una solución con el presidente Maduro.

Existen datos de PDVSA que indican que la escasez de GLP ha alcanzado niveles por el orden de los 50.000 barriles diarios, y afectan a más de 6 millones de hogares. Otros datos sostienen que el desabastecimiento afecta al menos a un 60% de los hogares venezolanos.

También se argumenta que no hay recursos para adquirir gas licuado de petróleo en los mercados internacionales.

A pesar, de que la empresa mantiene un activo comercio internacional. En medio de prácticas irregulares, con socios en varios países del mundo.

En el mercado doméstico venezolano hay dos tipos de gas para cocinar, que se diferencian en su distribución: el gas metano, que se distribuye mediante tuberías, y el gas propano, que se vende en bombonas. El metano no es escaso, hay abundante producción. Pero con el segundo se está incrementado la escasez a causa de un conjunto de factores: las ya casi nulas operaciones de extracción, y distribución, el manejo inadecuado de los yacimientos, el deterioro en la infraestructura de esta industria, y la pérdida de las propiedades originales del gas necesarias para la extracción efectiva del propano.

Un yacimiento de petróleo contiene agua y gas, que se extraen junto al crudo; ese gas asociado se trata en las plantas de extracción, donde el metano se separa de los líquidos de gas natural, y se envía a la red de Pdvsa Gas. Esos líquidos van a la planta de fraccionamiento en el Complejo Criogénico de Jose, en Anzoátegui, donde se obtiene el propano. De hecho, Jose es el único lugar de despacho en el país, porque los otros en otras regiones no están despachando gas.

Actualmente solo se produce gas propano en la región del norte de Monagas, en el área de Santa Bárbara, Jusepin, y El Furrial.

El propano se comercializa en bombonas, y a granel para recargar los tanques estacionarios que tienen muchos edificios residenciales. La población venezolana utiliza el propano como combustible para cocinar, y en términos geográficos posee gran importancia, debido a que no hay infraestructuras (gasoductos) hacia los Andes, y parte de los Llanos. A nivel socioeconómico el impacto del gas propano, naturalmente, es enorme: es lo que permite que la gran mayoría de los venezolanos pueda cocinar sus alimentos.

La comercialización de propano está sufriendo por los mismos factores que han producido escasez en tantos otros rubros: los precios en dólares por la inflación, y los bajos salarios en bolívares de la mayoría de la población trabajadora causan estragos. El precio hoy de ese operativo en el polideportivo Kubala de El Tigre, hecho por el alcalde, bajo un inclemente sol, era el siguiente: un cilindro de 10 kg, 3 dólares, 18 kg 6$, 43 kg 12$. La escasez está provocando que su precio real en la calle termine siendo el del mercado internacional, un patrón similar al que hemos visto con la gasolina. No estoy criticando en forma mal sana el operativo de pañitos calientes del alcalde de El Tigre, sino que esto no resuelve el problema medular del problema que es competencia del gobierno nacional.

Actualmente solo hay propano para satisfacer un 30 % de la demanda nacional. De cada diez hogares que necesitan una bombona, cuando cuatro no pueden obtenerla. Eso seguirá empeorando a medida que merme la producción de propano, y no se reactive la producción petrolera.

El gobierno nacional este año 2022 debe concentrarse en resolver la crisis de la gasolina, y en la reactivación de los parques de refinación. Así como implementar un plan agresivo con respecto al gas residencial.

Como estudioso de la política, y profesional técnico de la ingeniería mecánica, y del gas, y según avezados expertos en la materia consultados. La única manera de no depender tanto del gas propano, o de disminuir la dependencia de él, es implementando programas masivos de gasificación de metano, que es más económico, eficiente y abundante. Mientras más hogares se pasen al metano en las ciudades, se irán liberando volúmenes de propano para proveer las zonas donde es más difícil montar estas redes de distribución por tuberías, como son las áreas rurales.

Mientras el país no busque a las grandes inversiones internacionales que son necesarias para construir nuevas redes de distribución de gas metano, hay que producir o importar el gas propano que cubra el déficit que tenemos hoy, con un pueblo trabajador con buenos salarios en dólares, se pueden aplicar nuevas tarifas para que ese negocio sea rentable a las empresas que vayan a operar ese negocio. Hay que recuperar las infraestructuras de extracción, y fraccionamiento de gas natural licuado, y apoyarse en nuevas tecnologías.



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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