La última baraja de EEUU contra Venezuela

Con la caída del precio del petróleo a partir del 2010, la geopolítica internacional se ha sumergido en una guerra comercial, a causa del preciado oro negro, es un tema crucial ya que abarca un ámbito multinacional e internacional, teniendo en cuenta la importancia de los objetivos. La reactivación del gran juego mundial por el petróleo no escapa de la elaboración de teorías de complot que terminan en grandes conflictos bélicos que han originados indescriptibles y dolorosos desastres en diferentes países del Medio Oriente.

Ante el escenario de esta política geoestratégica es importante fijar, una vez más, precedente de lo que está ocurriendo en Venezuela, en estos últimos días, cuando hay un golpe de Estado en proceso auspiciado por el gobierno de los Estados Unidos. El objetivo del imperio estadounidense de imponer ilegalmente a Juan Guaidó como "presidente interino de Venezuela" bajo el supuesto restablecimiento del orden democrático y combatir la crisis humanitaria, no tardó mucho en exteriorizar las verdaderas razones por las que se encauzan estas acciones de intervencionismo con la aplicación de nuevas sanciones contra PDVSA, anunciadas por el asesor de la Seguridad Nacional de Donald Trump, John Bolton, quien aseguró que el primer paso es cambiar de inmediato la junta directiva Citgo Petrolium Corporation.

Citgo, es una empresa filial de Petróleos de Venezuela, refinadora y comercializadora de gasolina, lubricantes y petroquímicos venezolana ubicada en Houston Texas. Esta empresa cuenta con tres refinerías que suman una capacidad para procesar 750.000 barriles por día, opera en 48 terminales, posee nueve oleoductos y una red de más de 6 mil gasolineras asociadas a la marca en todo el territorio estado unídense.

Ahora bien, desde que llego la Revolución Bolivariana en manos del presidente Hugo Chávez, los planes de las grandes multinacionales petroleras de apoderarse de los yacimientos venezolanos han quedado frustrados. La importancia de la industria petrolera para el funcionamiento económico y financiero de EE.UU. es vital, y ello se refleja en la política. Algunos de los grandes magnates del petróleo han sido altos funcionarios del gobierno estadounidense, como miembros de la familia Rockefeller en puestos de máxima diplomacia, los servicios de inteligencia y otros puestos importantes de la burocracia gringa. De allí, el desespero en estos momentos cruciales de la administración Trump, de apoderarse ilegalmente de la empresa venezolana en suelos estadounidense.

Tras varios golpes de Estado Fallidos, financiados por estos emporios económicos contra Venezuela durante los 20 años del gobierno chavista, llego la hora de no esperar más y darle un ultimátum al gobierno legítimo de Nicolás Maduro de llamar a elecciones en los próximos días, o de lo contrario, atenerse a la intervención militar imperial. ¡Claro está! es el mismo guion histórico que aplica el complot, basado en el manual de "La Dictadura a la Democracia" de Gene Sharp, quien en su libro deja claro de imponer un dictador (Juan Guaidó) al servicio del gobierno estadounidense con el fin de controlar los recursos naturales de Venezuela.

Para algunos analistas gringos, Venezuela y todos sus recursos naturales certificados, es la piedra preciosa y más cercana para los interesados, por lo tanto, la jugada es ahora o nunca, dejar consolidar aún más a la Revolución Bolivariana, seria letal para el imperio yankee y sus multinacionales del petróleo, ¿por qué letal? Porque a mediados del 2019, en el seno de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) Venezuela propondrá el uso de la criptomoneda Petro para comercializar el hidrocarburo, y de esta manera, enfrentar las histéricas sanciones del gobierno estadounidense.

La criptodivisa venezolana es parte fundamental del futuro de la economía del país bolivariano, ya que está respaldada por recursos petroleros y minerales, lo que la coloca de gran interés para otras naciones de comercializar con otras opciones de respaldo que no posee el dólar. Jugada maestra.

navasfigueredoe35@gmail.com



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