PDVSA; Cuanto Esfuerzo Significaría Recuperarla

En un eventual escenario de despliegue de esfuerzo para la recuperación de nuestra industria; digamos hacia a el nivel de 2013, la pregunta que muchos se hacen es; de cuanto tiempo y dinero se estaría hablando?

La respuesta no es lineal y habría que analizarla desde los componentes naturales de todo negocio globalizado, como en efecto lo es el negocio petrolero. Entre estos componentes destacan; nivel de eficiencia, estructura/calidad de FFHH, complejidad y acceso tecnológico, oportunidad y mercados, interacción/entorno político, ambiente geopolítico y acceso a capital. La calibración de todos estos recursos y elementos es necesaria para establecer el debido patrón de fortalezas, debilidades y necesidad de equilibrio financiero, para desde allí trazar estrategias de alto nivel corporativo, que luego serán traducidas en acciones tangibles estructura abajo.

PDVSA se vino abajo en todo sentido desde 2007/2008. Irrefutablemente su desplome se ha agudizado a partir de 2015, aunque el clímax del desastre toma cuerpo a partir de la llegada de Quevedo en Noviembre de 2017. La producción nación sigue su curso descendente, rondando los 1.448.000/1.235.000 B/D al cierre de Agosto y proyectando 1.421.000/1.224.000 B/D según formato OPEP directo/secundario, para el cierre de Septiembre, según nuestros algoritmos basados en "big data".

Una empresa con una nomina "conocida" de 146.000+ empleados y "reposeros", cuyo nivel de experiencia promedio en materia petrolera es prácticamente inexistente. Una empresa cuya producción propia ronda el entorno de los 500.000 B/D, que subsidia los costos a sus socios extranjeros y cuya deuda financiera se ha disparado hacia los US$42 @ USD47 millardo (estimado). Una empresa con un abanico de mercados que se encoge paulatinamente, tornándola cada vez mas indefensa y a la merced de sus acreedores. Su obsoleta infraestructura colapsa, mostrando un nivel de utilización y operatividad aguas abajo menor al 31% @ 34% y para colmo, los "negocios y acuerdos" que sacan de la manga, parecieran estar estructurados para destruir lo poco que queda aun allí en pie.

De darse la circunstancia del arribo de un gobierno sensato dispuesto a hacer las cosas de la manera "correcta", recuperar la producción e integridad de PDVSA no seria de gratis, no seria fácil, ni menos de inmediato. Tomando como referencia cifras de 2013, cuando nuestra producción rondaba 3.015.000 B/D, la diferencia entre recuperar la producción desde el nivel de Agosto’2018 con el equipo actual y un equipo realmente estructurado representaría unos US$15.000 @ US$17.000 millones de diferencia, al comparar el costo de producir un barril bajo el nivel de efectividad operativa actual de entre US$18 @ US$22, con el costo de producir un barril eficiente y tecnológicamente apuntalado de entre US$5.5 @ US$6.5 @ precios 2004-2006 RT @ 2018.

Si antes la eficiencia operacional excedía 87%, hoy no supera 33%. Si antes el impacto y dependencia de insumos importados en la producción era menor a 20.000 B/D, hoy supera los 126.000 B/D (promedio 2018). Si antes existía holgura en nuestra plantilla de clientes en términos de generación de ingresos, hoy PDVSA esta amarrada de las manos mendingando prestamos y "en esencia regalando" activos a China y Rusia.

Bajo circunstancias de orden y disciplina, recuperar PDVSA desde la condición actual, ameritaría no menos de 170 taladros operativos, distribuidos entre perforación, reparación y reacondicionamiento, así como unos 9 @ 11 años de actividad estrictamente regida por la eficiencia y el control de costos. Ameritaría acciones contundentes de "deslastre" de su nomina, de la revisión profunda de todos los activos aguas arriba y aguas abajo para establecer un plan de acción específico y coordinado. Del descongestionamiento, re-ingeniería y optimización de infraestructura y procesos (debottlenecking); pero sobretodo, ameritaría recuperar la credibilidad en los mercados como suplidor seguro y confiable.

Pero las acciones llevadas hasta ahora por Quevedo en su corto pero destructivo paso por PDVSA, apuntan hacia un mayor deterioro; a empeñar aun más la industria. Apuntan a aumentar la dependencia y a ceder sus activos a precio de gallina flaca. Los convenios anunciados con esas empresas que solo ellos conocen, no tienen la menor opción de poder aumentar la producción más allá de los niveles actuales, ya que están muy lejos de poder aglutinar los recursos, la experticia y la tecnología necesarios. El costo corporativo, la corrupción, el costo político, la ineficiencia operacional, el nepotismo y el costo de hacer malos negocios, acarrean un intangible no cuantificable fácilmente, pero que ciertamente ejercerá una fuerte presión sobre los costos de operación, poniéndola en una franca situación de mayor fragilidad y dependencia. Si a ello añadimos el arraigado desconocimiento allí prevaleciente, es sencillo entender el porque bajo la gestión actual, recuperar la industria de manera confiable y competitiva es indudablemente un imposible que solo gravita en la mente del incauto. Pero quizá lo más preocupante no lo es tanto el recuperarla o no, sino las consecuencias que sobre PDVSA y Venezuela tendrán los malos negocios, las pésimas decisiones y los peores acuerdos ya refrendados.

Ante el inusitado aumento de la eficiencia de cada dólar invertido en energía de más del 30% en el último lustro, seria risible pensar que por si sola la industria podría recuperar esos barriles de crudo y ese pie cúbico de gas que subyace en el subsuelo en un lapso de tiempo técnicamente "razonable". No con ello pretendemos admitir que es necesaria e indispensable la masiva privatización de PDVSA. Inversión privada sin instituciones, probidad y cultura es sinónimo de corrupción y destrucción; es pan para unos cuantos vivos y no se diferenciaría en nada a lo que tanto hoy criticamos. Pero ciertamente si será necesario reformular la manera de hacer negocios en el muy corto plazo, hacia un enfoque más pragmático y más orientado a sacar valor y provecho a cada unidad de energía, con el norte por delante de la necesaria re-inversión en desarrollo realmente sostenible y sustentable.

Llegará el momento de privatizar en Venezuela. Ese momento será cuando su gente e instituciones realmente se avoquen a servirle a la patria y cuando sus ciudadanos aprendan, que es solo el trabajo y la superación propia, con el debido apego y respeto a las leyes sin distingo alguno, lo único que puede llevar a Venezuela a recuperar ese brillo perdido que hoy tanto anhela.



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Einstein Millán Arcia

Asesor Petróleo y Gas "Upstream" & RE SME/Estudios de Especialización a nivel de doctorado en flujo de fluido en medios porosos – The University of Oklahoma, 1991 / Master of Science Petroleum Engineering – The University of Oklahoma, 1990 / Ingeniero de Petróleo Universidad de Oriente, 1979. Ha publicado y presentado en diversas revistas y conferencias internacionales más de 12 trabajos especializados en materia de Petróleo y Gas. Ha escrito más de 300 artículos de opinión y sido citado en materia de petróleo y gas en: spglobal.com, aporrea.org, NoticiasVenezuela.org, Plattsblog, Oilpro.com, las armas de coronel, Vanguardia de España, segurosybanca.com, The Slush Pit (Oklahoma Oil & Gas News), Energy Economist, Kaieteur-news & Stabroeknews Guyana, Sputnik-news y Los Ángeles Times.

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