Incremento de la producción, del dicho a la realidad

Espero que las líneas que a continuación expresan mi visión de lo que a futuro nos espera y le espera a la industria petrolera venezolana no se conviertan en argumento de los reaccionarios para condenarme o atacarme. Es alto conocido que la expresión de nuestra visión como profesionales y como trabajadores de la industria petrolera nacional pasa por las alcabalas de los intereses que desde hace ya bastante se ha enquistado en la médula de la corporación. El caso es que como profesionales hemos sido testigos, en algunos casos testigos mudos, sordos y en otro tanto desprestigiados pero en ninguno de los casos ciegos. Hemos visto como día a día cada quien desde sus puestos de poder alimentaban sus ansias por incrementar su participación en la repartición de las ganancias que daban los negocios creados a partir de situaciones o proyectos propuestos en reuniones donde los puntos de agendas sobre cómo hacer negocios privaban sobre los objetivos e intereses del resto de los que hacemos vida dentro de la empresa y que no era, es y debe ser otro que el de agregar valor cada barril que se extrae y se maneja.

Los resultados hablan por sí solos. Las evidencias, físicas para aquellos escépticos, esperan cual muestra viviente de los resultados de las decisiones y gestiones erradas que durante años han marcado el rumbo de nuestra principal industria, PDVSA. Sobre esta base, creo debemos iniciar un análisis retrospectivo con el solo objeto de, asumiendo que no hubo premeditación en las acciones, determinar las fallas u omisiones que dieron pie al deterioro de nuestra infraestructura y caída de la producción, o más bien de la extracción de crudos.

En los últimos días, desde la salida a la luz pública de los hechos de corrupción dentro de PDVSA, ha comenzado a sonar un nuevo eslogan, un eslogan que no lleva a hace algunos años atrás cuando el presidente Chávez anunciaba por televisión el incremento de la producción de crudos. Dentro de los aportes volumétricos le correspondía al otrora Distrito Norte, El Furrial más Punta de Mata, una participación de un millón de barriles. Para asegurarse que esta medida fuera ejecutada el para entonces Ministro y Presidente de PDVSA, Rafael Ramírez, realizó una gira en la que llevaba el mensaje sobre las motivaciones que sustentaban los cambios que se debían hacer. Para ese entonces no se realizaron reuniones para determinar las implicaciones que traerían estas acciones, no hubo razonamiento, no hubo estudios por parte de los "expertos", no hubo comentarios, pero si hubo castigo para todo aquel que levantara la voz para alertar o para simplemente objetar el tipo de mecanismo que se accionaría. Mientras en superficie se ejecutaban medidas, se justificaban contratos, se realizaban compras, se generaban nuevos puestos, se incrementaba la burocracia, se criticaba en pasillo, en el subsuelo el testigo silencioso prepara su respuesta.

Los nuevos escenarios requerían personal comprometido, leal, probado y con un sentido patrio superior. Para ello se realizaron cambios, llegaron nuevos jefes, los líderes debieron ser hechos a un lado, se crearon nuevos puestos, y todo ello para ejecutar la orden. La rapidez con la que se debían realizar los cambios no daba lugar a pérdidas de tiempo en estudios o análisis. Existía sólo un objetivo. Esto justificó la actitud depravada de la alta dirección de aplicar medidas de austeridad, desde los tiempos de la crisis económica mundial originada en el suelo norteamericano allá por el 2008, para con la masa trabajadora mientras ellos disfrutaban de las mieles del poder y sus postres. Esta actitud se mantuvo en vigencia hasta días recientes (al menos en El Furrial). Esto me hace recordar palabras de uno de los detenidos, de apellido Mendoza, quien junto a otro hoy detenido, de apellido Figuera, nos compartían sus vivencias dentro del proyecto impulsado por PCP, si mal no recuerdo, llamado "Control de Mermas y Pérdidas"; para ese entonces eran palabras de compatriotas perturbados por la forma como en la Gran Capital se manejaba la austeridad, "en la campiña se come a la carta mientras que aquí nos mandan a quitar hasta el café, que b…, en la campiña que no tienen pozos ni instalaciones los gerentes se dan el tupé de pedir sus comidas por menú y aquí que es donde se bate el cobre, que es donde se sacan los barriles no podemos pedir refrigerios o desayunos para una reunión porque está suspendido", cosa curiosa. ¿Será que alguna especie de mal desvió del camino a estos compatriotas?

Lo expresado en el párrafo anterior no es otra cosa que un granito de arena de nuestra historia reciente y que creo debemos tener en cuenta antes de iniciar cualquier camino de forma temeraria que luego nos deje en un punto peor al que hoy nos encontramos.

Sr. Ministro, Sr Araque, Sres. que hoy deciden el rumbo de nuestra empresa. Creo que las circunstancias hoy exigen algo de sensatez, exigen aplomo, exigen determinación, exigen conocimiento, exigen sapiencia, exigen comunicación efectiva, exigen humildad. Creo, Se debe abordar la situación partiendo de un estudio de lo que tenemos, donde los tenemos, como lo tenemos, que de todo ello nos es crítico y que hace falta para acometer las acciones inmediatas. Se debe conocer la situación de organizaciones medulares como mantenimiento, operaciones, yacimientos, transporte, infraestructura, y de filiales como bariven, sus planes, equipos y herramientas, personal, proyectos futuros y en ejecución. Es importante hacer una discriminación de las potencialidades que pueden remar en la dirección correcta, es necesario sentarse y analizar de forma objetiva cada situación de manera de soportar las decisiones sobre bases firmes. Creo profundamente que PDVSA posee personal capaz, con las fortalezas necesarias para acometer este proyecto, incremento de la producción, y con la ética y profesionalismo más que suficiente para aportar. Es importante Sr Ministro tener presente, por encima de cualquier punto de vista particular o parecer, que lo que hoy nos estamos jugando no es otra cosa que el futuro de la empresa insignia de este nuestro país y que más allá de nuestras preferencias partidistas debemos buscar sumar y remar hacia un objetivo común. Es propicio y justo hacer algo diferente y no seguir cayendo en la extraña manía de repetir los errores.

La historia está allí ante nuestros ojos, para que aprendamos de ella, para que rompamos el espiral, para que avancemos deslastrándonos de las viejas prácticas perniciosas.

Es hora de quitarnos el traje de la prepotencia, es hora de dejar la justificación, es hora de apelar al conocimiento, es hora de reconocer nuestros errores, es hora de reconocer las fortalezas de quienes en sus razones critican nuestras acciones. Como dijo el Sr. Araque, es hora de atraer.

Sr. Ministro, como Ud muy bien lo dijo "Si pudimos construir más de un millón de viviendas, podemos nosotros recuperar más de un millón de barriles". Eso es cierto y suena bien, el detalle a considerar, muchos más en el escenario que hoy se nos presenta, es ¿en qué tiempo lo vamos a realizar?, ¿contamos con lo necesario?. Debemos tener presente que aún no se han controlado todos los focos infecciosos y mientras esto se realiza se debe ir armando el tablero con nuevas piezas, piezas que deben ser seleccionadas, como ya he dicho, por su potencial y capacidad de aportar.

El camino es largo, la lucha también, las batallas se ganan en la estrategia y para tener una buena estrategia es necesario escuchar con atención.

Apenas se inicia el camino de la recuperación, éste es el más largo de los caminos que nos quedan por transitar y antes de pensar en mantener o crecer debemos recuperar la totalidad de la empresa. Pensar en crecer en este punto sería un acto de osadía que pondría en riesgo el cumplimiento del objetivo del millón de barriles.

A medida que abandonemos la prepotencia en la misma medida llegarán las soluciones, en la medida que escuchemos con atención remaremos hacia el objetivo, en la medida en la que nos respetemos en la misma medida haremos de PDVSA una gran empresa.

noelmarinna@gmail.com



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