Las tensiones del precio petrolero

Después de largos meses de fallidos intentos por lograr un acuerdo, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) logró en la recién cumbre efectuada en Argelia, congelar momentáneamente la producción de sus miembros, pero aún persisten incógnitas sobre su aplicación y la forma en que repercutirá en los mercados.

Para alcanzar la negociación y reducir entre 32,5 y 33 millones de barriles diarios (mbd) la actual producción de 33,47 mbd, fueron fundamentales las posiciones asumidas por Irán y Arabia Saudita (dos enconados contrincantes económica y políticamente).

Claro que si se llega a concretar, todavía la producción continuará siendo elevada pues se disminuiría solo alrededor de un millón de barriles diarios con respecto a la extracción de agosto de 2016, y por tanto, el equilibrio entre la oferta y la demanda no se verá hasta principios de 2017, según los analistas.

La caída del precio del petróleo se convirtió en los últimos tiempos en una constante para el sistema financiero mundial y una amenaza para los países productores que han visto diluirse sus entradas de capitales. La presión de los miembros de la OPEP incidió directamente en las posiciones asumidas por Teherán y Riad.

Arabia Saudita, el mayor exportador de petróleo del mundo, con una producción de 10,67 mdb, se había negado reiteradamente a rebajar la extracción para no perder mercados, mientras Irán, tras el fin de las sanciones que sufría desde hacía varios años, vendió en septiembre 2,8 millones de barriles y, como es lógico, tampoco estaba dispuesto a abandonar los nuevos mercados adquiridos.

Pese al acuerdo logrado, dentro de la OPEP persisten las tensiones sobre qué cantidades deberán congelar sus miembros, e Irak se mostró en desacuerdo con la medida, bajo el argumento de poder paliar los efectos de los años de guerra.

Bagdad que se ha convertido en el segundo productor dentro de la OPEP con 4 600 millones de bpd puede ser un obstáculo para el consenso dentro de la organización. Otro que también ha insistido en continuar y hasta aumentar sus extracciones es Libia.

La demanda mundial estimada por los especialistas para 2016 es de 94,26 millones de barriles diarios y la producción total del crudo supera la demanda, sin contar la cantidad las reservas que han acumulado en los últimos tiempos muchas naciones, las cuales se aprovecharon de los bajos precios.

En la actualidad, 125 países extraen crudo y los once mayores productores del mundo en estos momentos, (entre miembros o no de la OPEP), son por su orden: Rusia, Arabia Saudita, Estados Unidos, Irak, Irán, China, Venezuela, Canadá, México, Emiratos Árabes Unido y Brasil.

La OPEP fue creada en 1960 por Arabia Saudita, Irak, Irán, Kuwait y Venezuela. Posteriormente se adhirieron: Qatar (1961), Libia e Indonesia (1962), Emiratos Árabes Unidos (1967), Argelia (1968), Nigeria (1971), Ecuador (1973) y Gabón (1975). Hoy la OPEP reúne a doce países: Irán, Irak, Kuwait, Arabia Saudita, Venezuela, Qatar, Indonesia, Libia, Emiratos Árabes Unidos, Argelia, Nigeria, Ecuador.

Esa institución produce solo entre el 35 y 40 % del crudo mundial y el 60 y 65 % proviene de otras naciones.

Dentro del horizonte se otea que los intereses de países individuales se diferencian, con la excepción de Rusia, de los de la organización, tendencia que puede continuar aumentando en los próximos meses.

Grandes productores como Estados Unidos, Canadá, México y Brasil no han hecho ninguna referencia ni han ofrecido declaraciones sobre la decisión tomada en Argel y por tanto no se conocen cuáles serán sus posiciones futuras.

Los precios del crudo llegaron a caer a partir de 2014 hasta cerca de 30 dólares el barril y para los primeros días de octubre de 2016 se han situado a un poco menos de 50 dólares. Se estima que un precio justo sería entre 60 y 70 dólares.

Factores que han influido grandemente en la baja de los precios fueron la disminución de las importaciones de crudo en China, lo cual se ha ido normalizando al mantenerse su estabilidad económica, y por otro lado el incremento de extracción en Estados Unidos por el sistema fracking.

Mediante esa técnica se obtienen gas y petróleo atrapado en el subsuelo para lo cual se fracturan las rocas de esquisto (pizarra), ubicadas entre 4 000 y 5 000 metros de profundidad y entre 1,5 y 3 kilómetros de longitud horizontal.

De esa forma, Estados Unidos ha apostado por convertirse no solo en productor sino también en exportador de crudo y con ese fin ha incrementado las extracciones de petróleo de esquisto, a la par que redujo las importaciones.

En los últimos años se evidenció una fuerte lucha por controlar el mercado petrolero, mientras que varios países que dependen de esas exportaciones para el desarrollo de sus economías como Venezuela y Rusia, han denunciado que lo ocurrido es una guerra contra algunos gobiernos progresistas para tratar de debilitarlos.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro aseguró que hubo una "guerra contra el mercado petrolero con el objetivo de vencer a Moscú y golpear a Caracas", lo que generó el desplome de los ingresos del país suramericano que depende casi totalmente de los ingresos por la venta del hidrocarburo.

Ahora bien, en sentido contrario, los bajos precios del crudo ayudaron a las economías de los países dependientes de esas importaciones, o sea, lo que es bueno para algunos, a la inversa afecta a otros.

La solución final será llegar a un convenio de estabilidad en los precios, asequible a los importadores a la par que se busquen técnicas de energía renovable (eólicas y paneles solares) que permitan a las futuras generaciones vivir en un mundo menos contaminado.
Esperemos hasta finales de año para ver cómo se comportan los precios del crudo pero mientras tanto continuaremos siendo testigos de la lucha feroz que desarrollarán los grandes productores para hacer prevalecer sus diferentes objetivos.



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Hedelberto López Blanch

Graduado de contador (1967) y Licenciado en Periodismo (1972). Ha reportado numerosos eventos internacionales celebrados en Cuba, Angola, Zambia, Mozambique, Libia, Tanzania, Qatar, Zimbabwe, Sudáfrica, Alemania y Rusia. Fue corresponsal permanente de Juventud Rebelde en Nicaragua y asesor de redacción del diario Barricada en esa nación centroamericana entre 1985 y 1987. Ha obtenido varios premios de periodismo.

 hedelberto@yahoo.es

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