EE UU es el país más antisocialista del planeta

El capitalista petrolero, un contralor privado de la Economía Mundial, Parte II

Las numerosísimas empresas ligadas al negocio petrolero pudieran estimarse por la cantidad de motores diésel activos o demandantes regulares de este combustible. Es indudable que se cuentan por millones, pero hay más.

Otro sumando lo representan las empresas consumidoras de energía eléctrica, habida cuenta que hay una relación directa y lineal entre estas y aquellas que también demandan combustibles y lubricantes varios.

Modernamente, la industria de los sintéticos está arropando el planeta con recipientes, paneles, tornillería, mangos y tubería y grifos de vinil, utensilios para el hogar, además de mercancías sanitarias, jeringas desechables, pañales y lencería artificial, sillas varias, telas y cueros sintéticos para carteras y calzado, para trenzas de zapatos y afines.

Los celulares están básicamente hechos con carcazas y otras partes procedentes del petróleo; los monitores y CD de los PC y los televisores también insumen estas materias primas, y al parecer ya se fabrica comestibles derivados de este energético provisto por el comerciante petrolero.

Tapas duras de los textos y cuadernos, bolígrafos, borradores, carpetas, etiquetas, envoltorios y envases para jugos, aceites, aguas, gaseosas, leches, y muchísimas otras mercancías en cuyos envases y costes de fabricación aparecen estos derivados.

Muchas “partes” y las carrocerías de variopintos automóviles y transporte terrestre en general hacen más larga la lista de los capitalistas macroeconómicamente se hallan hermanados en la industria de estos sintéticos, de lubricantes y combustibles petroleros. Se trata de una gigantesca y muy unida familia promiscua de dependientes del comerciante petrolero.

Ante esa realidad económica, podemos inferir una no menos agigantada pirámide de agentes comerciales que tienen su origen en los yacimientos petrolíferos pertenecientes “socialistamente” a toda su población. Sólo en los EE UU, tales recursos naturales pertenecen a particulares, y esto señala a este país como el más antisocialista del planeta.

Seguimos: la maraña tejida por el comercio petrolero es tal que se nos presenta como un supraestado local, regional y mundial. Esto explica la servilidad de gobernantes contratados por aquel durante toda esa centuria de actividades de compra-venta relacionadas con extracción y refinación.

Conocido por todos es el hecho de que el comerciante petrolero ha controlado a Presidentes de África, de Asia, de la Europa Occidental y de toda Latinoamérica. Con ese control ejecutivo ha dominado los demás poderes nacionales, los pensa de estudio de las universidades públicas de esos mismos Estados sumisos en su condición de demandantes de los dólares que presupuestariamente derivan del recurso que nos ocupa. Ha controlado los medios informativos de prensa, radio, cine, TV e Internet.

Su negativa a cuidar ecológicamente el planeta, al desarme-general y no el referido sólo a la energía atómica-su oposición al cese de la producción de todo tipo de armamentos hechos para matar seres humanos, explican su incompatibilidad con los Presidentes de las presentes repúblicas bolivarianas opuestas de perogrullo al mercado burgués.

Corolario epilogar: El comercio burgués anda revuelto con nosotros como la mezcla de aceite y vinagre hasta que su envase termine llenándose sólo con una de esas dos sustancias ya que en toda mezcla o mezcolanza sus componentes son excluyentes y no unionistas ya que el sistema capitalista es inconsustacial con el socialismo.



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Manuel C. Martínez


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