Éxodo desploma plantilla de docentes y estudiantes

16 de septiembre de 2018.-

Escuelas de Fe y Alegría estiman que menos del 50% de los alumnos regresará. Secretaria de Educación: "Hay 80.238 maestros para Maracaibo y San Francisco".

La cifra de venezolanos que emigran crece cada día e incluye a un sector neurálgico para el futuro del país: el educativo. La diáspora deja un vacío sustancial que empaña de incertidumbre el año escolar que apenas comenzará mañana. En los cerca de 2,3 millones de ciudadanos que cruzaron nuestras fronteras, según la ONU, van familias enteras, alumnos, profesores y un largo etcétera.

Teresa Cordero, presidenta de la Asociación Venezolana de Educación Católica (Avec), seccional Maracaibo, estimó que en los 103 centros de educación –distribuidos en la capital zuliana, San Francisco, La Cañada de Urdaneta y Guajira– la carencia de maestros ronda el 45%.

"Todos los meses recibimos demasiadas renuncias. En este inicio de clases no sabemos cuántos profesores llegarán porque muchos no notifican su retiro, simplemente dejan de ir. Hasta los directores se nos están yendo del país", manifestó Cordero a este diario.

Ante esto, la secretaria de Educación del Zulia, Damelis Chávez, respondió: "Esas no son cifras reales (...) Si a ellos (Avec) les faltan profesores, debe ser por parte de su contratación". Precisó que 80 mil 238 maestros están dispuestos en los planteles de Maracaibo y San Francisco.

Sin embargo, las alarmas por el éxodo resuenan con fuerza en este gremio. De acuerdo con la Avec nacional, 3 mil 500 maestros se han retirado de sus puestos de empleo.

"Alrededor de 130 mil educadores hacen falta en Venezuela, desde hace tres años", calculó el presidente de la Asociación Nacional de Instituciones Educativas Privadas (Andiep), Fausto Romeo, quien refirió, en contacto con este medio, que el desplome de esta comunidad se incrementó significativamente desde enero de este año.

"Ante la desesperación, ven oportunidades en otras naciones del continente americano (...) Pero, por ejemplo, Colombia y Ecuador ya cubrieron su capacidad para ofrecer puestos a los maestros", advirtió. Esto permite intuir que la labor de formar a las nuevas generaciones en suelos vecinos queda excluida de los proyectos.

De "colapso" califica la situación el filósofo y educador Antonio Pérez Esclarín. "El problema ya no es el tema de la calidad, que siempre se ha discutido, pero nunca se ha logrado; sino el peligro de no tener educación. Nos estamos quedando sin maestros. Las escuelas no saben si ellos van a regresar o no".

A la vez, lamentó que estos profesionales que se establecen en territorios extranjeros "sienten una terrible frustración porque no se pueden realizar en su vocación. Tienen que despojarse de sus ideales para poder sobrevivir".

Brindar calidad de vida a su familia fue un reto que Carlos Quintero no pudo lograr con su enseñanza en Venezuela. Dejó atrás su cargo en un colegio privado ubicado en el sector Santa María y, con su título de licenciado en Educación Física y Deportes, de LUZ, partió a Perú en mayo de este año.

"Fue muy difícil tomar la decisión, pero era imposible cubrir todos los gastos con los ingresos que percibía. Busqué otros empleos simultáneos para permanecer en mi tierra, hasta que no pude más. Ahora trabajo en un centro de copiado, no fue para lo que me formé, pero el sueldo me permite mantener a mi esposa y dos hijas; además ayudo a mis padres", contó vía telefónica.

Fausto Romeo recomendó que para detener o, por lo menos, disminuir la pérdida de talento en esta coyuntura "se debe pagar lo justo para que el personal se sienta satisfecho".

Para Pérez Esclarín, el escenario está marcado por una profunda contradicción, pues, por un lado, se concibe "la educación como un medio fundamental para construir una nueva sociedad, acabar con la violencia, alcanzar un desarrollo sustentable, el progreso y, al mismo tiempo, la propia crisis hace que no sea posible".

Entre las áreas del saber que ‘penden’ de un hilo en las instituciones zulianas destacan inglés, matemática, castellano, biología y química, en lo que refiere a la educación media general. Mientras que en las escuelas técnicas carecen de instructores capacitados en electricidad, electrónica y telecomunicaciones. Así lo enfatizó Teresa Cordero.

"Preescolar está medianamente cubierto, pero en educación integral y especial se presentan ciertas dificultades" por las fallas en las plantillas.

Por su parte, la titular del despacho de Educación regional sostuvo que estos "nudos críticos" siempre han existido. Insistió en que la Gobernación, a través de la Secretaría de Asuntos Universitarios, "motiva a los estudiantes y les asigna becas universitarias para que cursen esas carreras". Con respecto a las vacantes, aseguró: "Estamos haciendo los ingresos respectivos sin ninguna complicación, sin crisis".

De vuelta a las aulas de clases, el ministro de Educación, Aristóbulo Istúriz, indicó la semana pasada que 7 millones 664 mil 869 estudiantes arrancarán sus actividades académicas. Resaltó una variación positiva de 16,37%, en comparación con el lapso anterior.

Extraoficialmente, se conoció que "hay una disminución de la población estudiantil de casi 530 mil alumnos, entre el año escolar pasado y este. De manera oficial, aclararon que 200 mil pasaron del sector privado al público. No sabemos qué pasó con el resto", reveló una fuente.

En la región zuliana, puntualizó Damelis Chávez, 450 mil colegiales de inicial, media y privada retomarán sus puestos en las aulas a partir de este lunes 17 de septiembre. Añadió que 5 mil niños son los nuevos ingresos en el sistema educativo del estado.

No obstante, los datos que aporta el gremio desnudan una realidad protagonizada por el alumnado que no regresará, cuya ausencia se hará sentir en las instituciones de formación. Las escuelas de Fe y Alegría dan cuenta de que "menos del 50% de los estudiantes que estuvieron en el periodo 2017 arrancarán el 2018".

En septiembre de 2017, alrededor de 113 mil educandos comenzaron clases, pero solo 90 mil 900 las culminaron. "La mayoría de los padres explicó que los retiros se debían a que se iban del país", apuntó Noelvis Aguilar, directora nacional de los planteles de esta red. Además, precisó que "4 mil 444 niños y jóvenes han visto partir a sus padres hacia el exterior", por lo que quedaron a cargo de familiares o amigos.

Con el mismo argumento, de una matrícula de 420 alumnos, 40 fueron retirados del Colegio Santiago Mariño, ubicado en El Varillal; esto lo afirmó la directora Rita Rendón. Igualmente, una suma de 60 estudiantes se fue del Colegio Santa Rita.

Entretanto, en el ‘Colón’ (Circunvalación 2), 150 menores abandonaron sus pupitres por diferentes motivos, entre ellos la emigración.

Un directivo del Colegio Altamira dijo que de una plantilla de 948 estudiantes, 129 egresaron para asentarse en otras latitudes. "En años anteriores, el porcentaje que se iba era muy mínimo. No obstante, las pérdidas han sido superadas con nuevos ingresos, sin ningún inconveniente", indicó.

Ante programas educativos totalmente diferentes, el desarraigo y la pérdida de identidad son dos factores que impactan, tarde o temprano, a los colegiales que dejan la patria. "Encima, está la xenofobia que se construye en otros países, donde los niños venezolanos son mirados con recelo. Esas actitudes negativas llevan a los muchachos a sentirse humillados, maltratados...a decir con pena que son de Venezuela", repudió el maestro Pérez Esclarín.

Por encima de los tropiezos de esta nación, insta a reconstruir los medios fundamentales para salir de la crisis: el trabajo y el estudio. "Un país de ignorancia mantiene en la injusticia, la dominación y la limosna. La educación es la moneda del progreso porque estamos en la sociedad del conocimiento. Tenemos que inventar la escuela, romper los esquemas de profesores graduados o no graduados, los horarios escolares... No hay otra opción más que parir la nueva educación".



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