Educación para el salto socialista (Parte II)

Politica al rojo vivo

Es de notarse que en materia de enseñanza pública la dirigencia gubernamental de signo positivista hizo mayor empeño que la expresada por sus homólogos en 1830-1869. Se divulga en el país a partir de 1870 las ideas de pedagogos como Domingo F. Sarmiento, Horacio Man, Luís Felipe Montilla, Pestalozzi, Spencer, Herbart, Frobel y se acentúa la recepción de ideas y experiencias de Argentina, Chile, México, Uruguay, Bélgica, España, Estados Unidos, Francia e Inglaterra. La Revista de Instrucción Pública, órgano de divulgación pedagógica, publicaba bajos el auspicio del Ministerio del ramo a fines del siglo XIX, recoge este movimiento de ideas y experiencias educacionistas en el medio venezolano.

En líneas generales, diremos que la educación en la época agrícola o pre-capitalista era extremadamente deplorable. Solo podían acceder a la primaria y secundaria las clases pudientes. El sistema de educación era deficiente y escaso. La población rural carecía de medios económicos para acceder a la educación, pues ésta era privilegio de las clases de mayor ingreso, por demás muy limitado en su número. Las constantes luchas internas por disputarse el poder, también impactaron en forma negativa la educación superior durante el siglo XIX; llegándose a perder dos importantes conquistas consagradas en los Estatutos Republicanos de 1827: la restringida soberanía universitaria y el patrimonio económico. Por esta razón, la educación superior igualmente fue escasa, casi inexistente en el interior del país, solo permanecían abiertas ciertas universidades en las ciudades más importantes, tales como la Universidad Central de Venezuela en Caracas y la Universidad de Los Andes en Mérida. En cuando a las opciones a escoger solo había plazas para determinadas carreras (como medicina, derecho y educación), razón por la cual quien quisiera profesionalizarse en otras disciplinas debía trasladarse fuera del país.

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La educación en la época post-agrícola en Venezuela

El “General Petróleo”, como suelen llamar algunos críticos a Juan Vicente Gómez, se aprovecho de esos fabulosos recursos provenientes del negocio petrolero, sin detenerse en consideraciones de respeto a nuestra soberanía. Para 1917, la aparición del preciado oro negro, va a deslumbrar al hombre que no se imagino que nadaría en un mar de dólares que nunca vio cuando administro La Mulera, la hacienda que en las frías tierras tachirenses había heredado de su padre Don Cornelio. Con petróleo y muy poco sacrificio se comenzó a escribir la historia a partir de la conversión de economía agrícola en minera en el siglo XX. Aunque Juan Pablo Pérez Alfonso pensaba que el petróleo terminaría siendo una maldición para el país, sin embargo seria necio negar su tremendo impacto; llegándose incluso a modificar las relaciones de poder como se refleja en el debate y la conducta de los actores que han protagonizado la historia contemporánea .

De sociedad pobre y rural, con el petróleo pasamos a convertirnos en un país rentista, lo que incidiría en todos los aspectos de la vida nacional. De ahí que el mundo agrícola en contraste al país petrolero haya creado comportamientos distintos y opuestos. Veamos como describe esa realidad, Luís Ricardo Dávila: “A pesar de que a comienzo del siglo XX éramos formalmente una nación, muy pocos lo creían y menos lo sentían. Lo que unificaba al venezolano era lo que lo dividía, y la gente se afiliaba a regiones, a causas políticas, clases sociales, bandos políticos o montoneras caudillescas. Se era andino, central, oriental, llanero o zuliano, campesino o citadino, gomecista o antigomecista, abogado o comerciante, agricultor o zapatero, pobre o rico, mucho más que venezolano”. Por eso el rasgo más distintivo logrado en la pasada centuria fue tomar a un conjunto humano heterogéneo y disímil y constituirlo como nación, regido por un proyecto sociopolítico alimentado por el petróleo.

Pero el maná proveniente de la renta petrolera no llegó a mejorar y menos a estimular nuestro sistema educativo durante esas tres primeras décadas del siglo XX. De 1908 a 1935, la educación estuvo desasistida por parte del Estado. Por ejemplo, la Universidad Central de Venezuela (“La casa que vence las sombras”) permaneció cerrada desde 1912, hasta 1925. El índice de analfabetismo alcanzaba al 70% y el 90% no sabia leer ni escribir. La inscripción escolar en primaria era considerablemente inferior a la de la época guzmancista, pues para 1883 habían inscrito no menos de 91.462 alumnos.


kameleljuri@gmail.com


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Freddy Kamel Eljuri

Presidente del Instituto Municipal de Patrimonio Histórico de la Alcaldía Bolivariana del Municipio Miranda del estado Falcón. Vicepresidente de la academia de Historia del Estado Falcón. Escritor. Productor radial.

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