El tabulador salarial y el chavismo neoliberal universitario

La revolución bolivariana sigue su molienda, dejando en medio del camino a todos aquellos que con sus caretas se nos presentan como los superrevolucionarios, en cuanto ejercen cargos públicos, pero una vez que los dejan y se cuestiona su ejercicio del cargo, de inmediato adoptan posturas de derecha, como mecanismo de defensa. La Revolución Bolivariana, como experimento inédito del pueblo venezolano, en su transcurrir, ha sido testigo como diferentes vertientes del pensamiento han hecho pasantía por el Gobierno Revolucionario, el neoliberalismo no podía ser la excepción en un gobierno que ahora es, que comienza a delinear su objetivo estratégico. En el caso concreto de la Educación Superior, los trabajadores universitarios han sido testigos de excepción de las medidas gubernamentales, rojas rojitas, propias de los gobiernos neoliberales del pasado reciente.

Definiremos al chavismo neoliberal, como aquella corriente del Ejecutivo Nacional, que ocupando posiciones de poder, desde la misma desarrollan una política laboral que se enmarca dentro de los lineamientos neoliberales, valga decir: flexibilización de la relación laboral, bonificación del salario recibido, negación a la seguridad social, negación a la contratación colectiva, generación de deudas o pasivos laborales, en fin degradar la relación laboral y con ello, someter al trabajador al capital, en este caso público.

Un buen ejemplo, de estas posturas de derecha, lo constituyen las políticas emanadas desde el Ministerio de Educación Superior a partir del año 2000, desde donde las deudas causadas por concepto de Normas de Homologación, valga decir, aumentos de salarios causados y no cancelados, se planteó pagarlos mediante bonos en efectivo sin incidencia en prestaciones sociales, cuya respuesta, como era de esperarse, fue el repudio generalizado de la masa laboral universitaria.

Otro ejemplo, muy concreto, fue la implantación del Tabulador Salarial, mediante Resolución emanada del Consejo Nacional de Universidades, durante el ministerio del Prof. Héctor Navarro, pese a que dicha Resolución violentaba el 109 constitucional que da a las universidades la potestad de darse sus normas de funcionamiento, tanto académicas como administrativas, y borraba, por esta vía, el Convenio Colectivo existente entre universidades y gremios universitarios que contienen cláusulas específicas que regulan el salario y los cargos. En ese momento, por supuesto, no se oyeron las voces risueñas de los supuestos defensores de la Autonomía, que hoy alzan su voz cuando se les exige que rindan cuenta de sus actuaciones ante la sociedad.

La consecuencia más nefasta, producto de la implementación del Tabulador Salarial, es que los porcentajes de aumentos salariales decretados, durante el presente Gobierno, no se calculan directamente del salario del trabajador, como ocurre en el caso de los profesores, sino del sueldo mínimo contemplado en dicho Tabulador; lo que ha ido mermando, la capacidad adquisitiva de este personal en detrimento de su calidad de vida y, por ende, su desempeño, durante el presente Gobierno. Lo cual, pareciera ser el objetivo a lograr con la implementación del Tabulador Salarial.

A manera de ejemplo, podemos mencionar que mientras el Gobierno Nacional decreta un aumento del 25 %, éste es recibido plenamente por el sector profesoral, no así por el personal administrativo a quien al aplicársele el Tabulador Salarial, dicho aumento se reduce entre un 7 y 10 %, como media, dependiendo del cargo; considérese también, que esta situación se presenta desde el año 2000 y obsérvese como este mecanismo de expoliación ha venido incidiendo en detrimento del salario real del personal administrativo, que como hecho curioso constituye la mayoría de la masa laboral en las universidades nacionales.

La resistencia de los trabajadores en contra de esta medida impopular, ha permanecido incólume, marchas hacia la Opsu, demanda ante los Tribunales y la más reciente y contundente realizada el pasado 24 de mayo, en acto realizado en el Teresa Carreño en la que el Pdte. del SinatraUCV, Eduardo Sánchez, denunciara en la presencia del Pdte. de la República, Hugo Chávez, y del Ministro de Educación Superior, Luis Acuña, la implementación de este Tabulador Salarial como elemento de merma de la capacidad adquisitiva de los trabajadores universitarios, obteniendo como respuesta del Presidente Chávez la necesidad de conversar a los fines de obtener otros elementos que permitan sustituir este factor perturbador de la relación laboral.

No obstante, pasada la euforia del acto, el Ministro Acuña se ha negado a tratar con los sindicatos revolucionarios este tema, lo que sin duda, nos indica que el chavismo neoliberal continua al frente de este ministerio, imponiendo sus políticas antipopulares y de derecha, no por casualidad desde este ministerio se prioriza la relación con los golpistas de siempre: rectores adecopeyanos, fapuv, apucv y sindicatos adecopeyanos, muy activos el 11 de abril de 2002, y se reactiva ese mecanismo negador de la Autonomía de las universidades como lo es el Consejo Nacional de las Universidades; por supuesto, estas políticas le ganan el aplauso de estos sectores quienes ahora se llenan la boca de alegría alabando al hoy ministro abierto al diálogo.

henryesc@yahoo.es


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Henry Escalante


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