En homenaje a Manuel Piar

Fusilando al héroe

Sabías que.  Manuel Piar nació el 28 de abril de 1774 en el poblado de Willemstad en Curazao y cuando apenas tenía once años de edad, acompañado de su Madre María Gómez entró por el Puerto La Guaira a Venezuela. La llegada de ellos generó sospecha al gobierno, pues en la casa de su hermano mayor Felipe Piar, allá en la Isla, habían estado hospedados Manuel Gual y José María España.

Piar desde los inicios de su participación en la lucha libertaria se involucró en 24 acciones de guerra, pero donde jugó un papel de líder militar fue en la batalla de El Juncal el 27 de septiembre de 1816 cerca de Barcelona y en la Batalla de San Félix el 11 de abril de 1817.  Manuel prácticamente liberó toda Guayana, y fue él quien en Angostura creó las condiciones para los éxitos del Libertador en 1819.

Aun así, a este héroe de la patria se le vino un proceso injusto y despiadado, donde se le sentenció a su fusilamiento, por las mismas fuerzas patriótica comandadas por él, basadas en la creencia de que Piar conspiraba a favor de una revolución de las razas o mestizos, que después de la independencia seguirían en las mismas condiciones de segregación y pobreza.

En el expediente del juicio, O' Leary refiere lo expresado por Piar: "Que todo esto reunido a la nueva invención que ocasiona el último cargo que se me ha hecho, cuya falsedad pueden comprobar todos los individuos que existían en Cumanacoa y al árbol genealógico que falsa y maliciosamente se supuso encontrado entre mis papeles, debía haber hecho al jefe Supremo patentemente, que había un tejido de calumnias, forjadas solo para mi ruina”.

Bolívar, con demasiada alevosía contra quien ese momento aparece como su enemigo, responde ante el enjuiciado por traición: "El general Piar ha infringido las leyes; ha conspirado contra el sistema, ha desobedecido al gobierno, ha resistido la fuerza, ha desertado el ejército, ha huido como un cobarde; así pues, él se ha puesto fuera de la ley, su destrucción es un deber y su destructor un bienhechor”.

Cuenta el Capitán Conde, quien hacía de su carcelero, que Piar asombrado al conocer su sentencia, entre otras cosas exclamó: “El hombre ha nacido para morir, sea cual fuere el modo que la suerte le depare. Conformémonos pues. Cerró los ojos y quedó inmóvil en una especie de sopor. Después de media hora se levantó y me dijo: Capitán Conde, no crea usted y aun manifieste a todo el que se lo pregunte, que esto que ha advertido en mi sea una debilidad: no es cobardía, es solo el efecto de lo que ha debido sufrir mi corazón al oír esa bárbara sentencia porque nunca creí que mis compañeros me sentenciarían a muerte. Y lo que es más ejecutarme en esta plaza que yo mismo he contribuido tanto a liberarla, pero en fin ya todo se acabó”

Habiendo fusilado al héroe, el Libertador desde Bogotá, en carta de 16 de noviembre de 1828 al General Pedro Briceño Méndez, le comenta: "Yo estoy arrepentido de la muerte de Piar y Padilla y de los demás que han perecido por la misma causa: en adelante no habrá justicia para castigar al más atroz asesino, porque la vida de Santander es el perdón de las impunidades más escandalosas. Lo peor de todo es que mañana le darán un indulto y volverá a hacer la guerra a todos mis amigos y a favorecer a todos mis enemigos; pero lo que más me atormenta todavía, es el justo clamor con que se quejarán los de la clase de Piar y Padilla" Este es otro saber Republicano.
 


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Douglas Zabala


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