Ligeras reflexiones

Recibir con orgasmo inicio de clases es preñar a Venezuela de esperanzas

Ya recibí con placer el cuadro inicial de actividades de la unidad curricular que me corresponde impartir; de la coordinación de la universidad donde me desempeño como docente. Es para mí, símbolo de orgullo poner mi granito de arena al reiniciar mis sesiones de clase este año lectivo, para continuar compartiendo los saberes con ese universo ingente de estudiantes, quienes serán en un futuro no muy lejano, los administradores en los cuales descansará la batuta de la Nación. Contra viento y marea, irán reajustándose los inconvenientes, no obstante que esto no sea impedimento para que la educación general pretenda lograr su cometido. Los obstáculos deberán ser pequeños ante el compromiso docente-discente. No hay cabida a los pesimistas. Mientras se hagan las cosas con adhesión; todo saldrá bien. Que este nuevo año pedagógico sea como la aurora que resplandece en un nuevo día. Amada Patria, nuestra pequeña Venecia merece todo nuestro aporte; los que sentimos algo por ella, sabemos que es así. Recibir con orgasmo inicio de clases es preñar a Venezuela de esperanzas.

Habidas cuentas, es público y notorio la situación pandémica que atravesamos; y que ¡Dios sabrá!, hasta cuándo estaremos bajo este yugo epidemiológico que nos aterra hasta que los científicos no hallen la vacuna que le hará contención inmunológica. Mientras tanto, en el contexto académico tendremos que continuar con la educación a distancia u otras medidas supletorias, producto de las decisiones de Estado. En un lenguaje radiante, arguyo, tanto facilitadores como participantes, debemos unirnos con esfuerzo, utilizando las herramientas digitales, aunque en algunos casos sean limitadas. No obstante, soy del pensar que no podemos quedarnos con los brazos cruzados, inertes, ciclotímicos, ante los avatares existentes en estas competencias. Hoy, precisamente, haciendo algunas compras, vi a una joven señora, -la emoción se le reflejaba en sus ojos-, comprando los útiles escolares para su hija, allende tener cierta preocupación por los costos elevados en algunos rubros. La parvulita no desperdiciaba el momento. En la unión está la fuerza; y en la fuerza está el éxito; reza un adagio.

En este orden de meditaciones, no significa que todo es un paraíso; que todo está en su punto –diría un chef-, no hay que sellar el sol con un dedo; existen muchos problemas; como es bien sabido por Raymundo y todo el mundo. Volver a machacarlos aquí sería llover sobre lo mojado. Posiciones críticas, epítetos degradantes, denuncias, quejas y reclamos, vinculantes con la educación, pululan a diario en los medios de comunicación; van y vienen inmisericordemente. De lo contrario, sería imbuirse en complacencias, que todo está perfecto. Desde mi punto de vista, considero que hay que aumentar la capacidad de las Tecnologías de Información en el proceso de enseñanza y aprendizaje para todo el estudiantado con el sano propósito de contribuir con el aprendizaje integral del individuo. Estos elementos vendrían a consolidar la construcción de la infocultura, en la que deberá apoyarse la sociedad, por ende, el mundo de la enseñanza en cualquiera de sus modalidades. La educación no podrá sustraerse de la influencia de la revolución de las tecnologías en este mundo cibernético que nos arropa.

Para cerrar, con ecuanimidad, es bueno traer a la palestra los aforismos de dos grandes maestros, con sus suigéneris disimilitudes, pero con un objetivo común: El afecto por la enseñanza. Don Simón Rodríguez, con su máxima: …"Enseñemos para nuestros hijos (…) pensemos en su suerte social (…) dejémosles luces en lugar de caudales; la ignorancia es más de temer que la pobreza"… (Simón Rodríguez y Simón Bolívar, pág. 74). En la pobreza material; y con su fábrica de velas pretendía iluminar a todo el continente, con sus luces y virtudes sociales. No escatimaba esfuerzos. Andrés Bello, también preocupado por el magisterio, nos señala: …"no basta formar hombres hábiles en las altas profesiones, es preciso formar ciudadanos útiles, es preciso formar la sociedad; y esto no se puede conseguir sin abrir el campo de los adelantamientos a la parte más numerosa de ella"… (Bello y la América Latina. Pág: 174. Congreso Bellista, 1983,). Es lógico pensar que Bello tenía gran interés en que el pueblo llano saliera de la ignorancia; que viera la luz del conocimiento; en aras del bienestar de nuestra amada Patria.

¡Gracias por leernos! mis respetables aporrehabientes.

P.D. Quiero dejarle esta ñapita, aunque parezca folklórica:

A todos los docentes

de esta gran Nación

que la pandemia no sea excluyente

para emprender la educación

y con todos los discentes

a ponerle pecho y corazón.



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José García

abogado. Coronel Retirado.

 jjosegarcia5@gmail.com

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