Distintas expresiones artísticas como el cine; la pintura; la música; la fotografía; la poesía; el canto; el teatro; la danza; el juego; son incorporadas como estrategias en los espacios formativos que favorecen a la formación integral del estudiante. Todo esto, a partir de la incorporación del arte en su disímil expresión. Vincular lo estético - lúdico con los saberes, genera aprendizaje, apropiándose del conocimiento y la sensibilidad de otra forma más amena y divertida.
A través del canto como el galerón; punto de velorio; la copla; la decima y el estribillo; así como la poesía; las fábulas y cuentos; forman parte de la diversidad de manifestaciones culturales que arraiga nuestra identidad. En esa búsqueda de estrategias me pregunto, ¿Cómo desde estas manifestaciones enunciadas aporta a la educación y producción agrícola universitaria?" La lingüística desde el punto vista científica y pragmática indaga y analiza situaciones reales de comunicación, tanto orales y escritas como formales e informales, con las que los sujetos sociales van construyendo su realidad objetiva.
La poesía, así como el canto y la música en todas sus expresiones, han de ser crítica y reflexiva desde la óptica de la educación y producción agrícola; conectada en lo social y su espacio territorial como contexto de la práctica política, económica, socio-histórica y cultural. Poetas y juglares nos deleitan con aria, llenas de exuberancia imágenes tributando a la faena del agricultor; del pescador así como los saberes populares y ancestrales del campesinado como elemento sustantivo que identifican el arraigo de comunidades productoras; que nos hacen reflexionar sobre el quehacer agrícola.
El trovador tendrá un sitial en la educación y producción agrícola universitaria, transversalizada en el campo del conocimiento científico. Sus aportes significativos estaría inmerso entre otra, en la investigación comunicativa con nociones claves de visión social y étnica que permita conocer y transmitir su idiosincrasia; así como sus costumbres, tradiciones, creencias, patrimonios para ser incorporado al saber formalizado desde el género artístico en que se desenvuelve.
De igual manera, para que estos elementos sean afiliados al saber formalizado, debe haber probidad al campo y la producción agrícola; y a su vez que sirva de instrumento de arreglo para su propia transformación. Dicho de otra manera, el bardo en sus expresiones culturales; conocimiento técnico propio de su especialidad, podrá con esmero difundir a gran escala y con inmensos despliegues tecnológicos, mensajes con cargas excitantes para el prosumir agrícola, que recoja la plétora de saberes populares, costumbres, tradiciones y otros.
Para esto, tendrá que valerse del uso de estrategias lingüísticas y paralingüísticas; además del uso de la picardía del discurso del marketing publicitario; extrayendo elementos valorativos de convicción para así poder vender las bondades del usufructo de la pedagogía de la sustentabilidad alimentaria, redescubriendo el poder y placer de la palabra haciéndola virtud, penetrando en el subconsciente la promesa de un verdadero umbral de sensaciones sobre el efecto de prosperidad por el tributo de la mercancía anunciada; importando en este sentido, el impacto del consumidor y su trascendencia potencial en el imaginario colectivo.
Por lo tanto, una pedagogía de la sustentabilidad alimentaria, viene a revertir el orden en el sub sistema de educación universitaria influyente para el prosumo de alimentos con y para una sociodiversidad pluricultural; rompiendo con el modelo hegemónico dominante de la dicotomía de la sociedad que produce para la sociedad que consume; superando con crece una verdadera soberanía y seguridad agroalimentaria.
¡Tiene Usted el derecho de palabra!
*Agricultor, MsC Cs .Ambiental, Doctorante ULAC, Profesor PFG Agroecología /GSDL
UBV – Sede Nueva Esparta. Militante del PSUV – UBCH Simoncito Guaiquerí.
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