El docente esclavo, ¿el caso venezolano hoy?

Alguna vez un conspicuo profesor adherente de las teorías marxistas, según; aunque luego nos enteramos que era más bien positivista o revisionista, en todo caso. Ese profesor, pues, un día espetó crudamente algo similar al título de esta nota en un aula del Instituto Pedagógico destinada, claro está, a la formación en el tercer nivel del magisterio venezolano.

¿Cómo así? ¿Esclavo de qué? ¿Del conocimiento?, ¿De la pasión de enseñar o comprender? ¿A quién se le ocurre decir semejante sandez? ¿No era notorio que el docente gozaba de reconocimiento social, prestigio y su sueldo alcanzaba para tener buena casa y carro, estudiar o vacacionar en el exterior?

Hablamos de los años de la década de 1990, pero a lo que habrá que añadir otra pregunta más incómoda y tendenciosa: Qué no ha sucedido que el docente en términos "ñangarosos" se "aburguesó", se volvió un "desclasado" o cómo dice Antonio Pérez Esclarín en "Educar en el tercer milenio" se "despuebla" y hasta olvida el cumplimiento cabal de sus elevadas funciones y cuando las cosas se ponen duras o chiquitas "flojea", "no se encuentra" y le ha dado más bien por emigrar del país y de la profesión misma, de allí que hoy la UPEl y demás universidades con escuelas de educación luzcan hoy tan íngrimamente solas, a los estudiantes y profesores de educación se los llevó la tempestad, si cabe hablar así.

Son muchas preguntas de ese tenor, pero aquí lo que queríamos era consignar que la insinuación aquella nos sorprendió muy vivamente entonces y para contrastar esa opinión recurrimos al famoso libro "Pedagogía" del escritor y educador español Lorenzo Luzuriaga. ¿Quién leerá bodrios de ese tipo hoy? Libro que, por cierto, no abunda mayormente en el asunto, sino que de lejos aborda someramente la etimología de la voz "Paidolo" (eslavo griego que cuidaba los niños de las familias patricias, o algo así); en todo caso, esa idea nos quedó rondando en la cabeza desde los primeros lustros del ´90.

Será por eso que aún recordamos con aprehensión semejante anécdota unos 25 0 30 años después, a propósito que, en una declaración transmitida en el noticiero de un canal barquisimetano, PROMAR TV, un abogado, según la versión periodística Secretario General del Colegio de Abogados del estado Lara y representante legal de la Coalición Sindical del Magisterio Regional, sostuvo que actualmente el gobierno nacional obliga a ignominiosa esclavitud al personal docente. No oye ni satisface, en consecuencia, las demandas salariales que desde hace ya unos 3 meses realizan estos profesionales universitarios y factores fundamentales del régimen democrático.

Configurándose presuntamente así una presunta situación de "esclavitud", dijo el jurisconsulto sin asomo de dudas, sino como quien dicta cátedra.

Los "salarios de hambre", acotó, son insuficientes. No cubren las necesidades básicas del maestro y su familia, representando de esa suerte un cuadro dantesco que el gobierno (el de Maduro, se supone, porque el de Guaidó no arranca aunque dizque ambos están negociando, de acuerdo con criterio del conocido experto Luís Vicente León, aunque desde el chavismo hablan de que Guaidó es una figura virtual); el gobierno de Maduro, pues, se niega a atender la agonía de los docente pero cubre ese fallo con una fraseología revolucionaria que no es sino caldo de sustancia; el programa económico de ambos, eso sí, es de corte neoliberal, sostienen otros actores sociales y políticos como el PCV y también partidos socialdemócratas y socialcristianos; lo que no dicen adecos, copeyanos y sus derivados es que si retornaran nuevamente al poder decretarían de inmediato la reanudación de faena a los docentes. Cosa que era común en la IV República, además de despedir a todos los facinerosos o mantenerlos marginados de acceder al ministerio de educación.

Fue su práctica común cuando dizque todo era felicidad y la iglesia católica también era muy feliz con sus jornadas de caridad con las sobras que le daba la barrgana aquella, por ejemplo.

Lo básico de la declaración del abogado de marras es la sugerencia que el gobierno nacional y del estado Lara esclaviza a los docentes, principalmente porque pretende obligar al magisterio a cumplir sus jornadas como si nada sucediera y garantizar el derecho a la educación de los niños y adolescentes en condiciones extremas. Debido a los problemas de transporte, falta de dinero en efectivo, entre otras tantas situaciones sociales adversas, dijo el abogado no se puede obligar al docente. Su declaración debe estar disponible en YouTube.

En concreto, causa extrañeza cómo es que el actual ministro de educación, Aristóbulo Iztúris, de aceptable actuación en esa cartera en tiempos del comandante Chávez, mantenga tanto mutismo en los días que corren; se ha oído decir que el hombre se volvió "reaccionario" o que también se desclasó y despuebló porque el poder es brujo, si recordamos a Lord Acton; o fue que en criollo "perdió los papeles". Cuando aceptó nuevamente ese ministerio del que Elías Jaua salió como corcho é limonada, dizque por no estar de acuerdo con los "salarios aplanados" del medio petro decretado por el presidente Maduro echándose al pico toda la legislación laboral, la Constitución (1999) y las convenciones colectivas, se podía predecir que Iztúris ya no ha sido lo que en un tiempo fue.

Por su parte, arguyen los docentes de educación primaria y bachillerato, escuelas técnicas robinsonianas y demás trabajadores educacionales, que se niegan rotundamente a cumplir las jornadas docentes y administrativas hasta que cumpla la convención colectiva firmada entre las partes. Porque así no se puede, no se van a sacrificar. ¡Ni que fueran unos héroes!

Que lo ellos son puros "meritócratas", quieren confort y no pueden con la nostalgia del "modo de vida americana" (American way of life); se les ha oído decir también que con este gobierno tienen pocas esperanzas. Por eso promueven el cambio de régimen, que a Venezuela debe volver la "democracia", no importa que sea con intervención gringa para luego ser ser poco menos que un país libre asociado tipo Puerto Rico, de allí que sus concentraciones y marchas ¡son para coger palco!

Sólo algunos saben expresar cuáles son sus verdaderas reivindicaciones laborales; otros ciertamente manipulan la llamada "Situación país" para mantener la protesta social y apoyar al autoproclamado líder de la oposición, en las últimas horas en una "exitosa" gira internacional mediante lujosas colitas de "gobiernos amigos" de Estados Unidos, a quien obedece como un monje a su prior y es quien le pone la agenda. Así dicen es como va a liberar a Venezuela de la esclavitud, ¡loado sea Dios! Porque la iglesia católica está metida en esto hasta la coronilla de navidad y lo proclaman constantemente en misa de semana y los domingos.

En fin, la aparición del abogado laboral del magisterio larense en el noticiero regional de tv, pues, nos hizo recordar aquel distinguido docente de los cursos de pregrado quien como dijéramos ya soltó con una sonrisa torcida, (a sabiendas de lo escandaloso de sus palabras) que la figura del profesor en la antigüedad griega era un esclavo y en la modernidad pareciera que lo seguía siendo (aunque usted no lo crea); esclavo no tanto del Estado como ente jurídico-político que resume "la voluntad general", sino de la sociedad y de las familias; de tal suerte que su "patrón" no vendría a ser el gobierno sino la sociedad.

Además, que el docente hoy ya no es el mismo: no inspira la pasión por el conocimiento, no enseña nada interesante o al menos no como la televisión y las redes sociales. No pasa de ser un funcionario burocrático, no tiene un proyecto histórico-pedagógico definido con el que comprometa su vida, ¿no observan cómo están nuestras escuelas, liceos y universidades? ¿No son un erial? Allí pululan simples "Panes peculiam" o, con perdón, simples gana panes…

¿A quién beneficia o perjudica el gremio docente al desarrollar cotidianamente sus actividades que le son propias o al paralizarlas por acciones sindicales? ¿Cómo habrá de establecerse un distingo entre el ser docente en sentido estricto y el hecho de ser un trabajador en el marco de una sociedad moderna industrial? ¿El docente es un trabajador más, un proletario más, semejante a un obrero de fábrica? ¿O es más aún un ciudadano que como tal tiene derechos sociales? ¿Es, según libro del Dr. Luis Beltrán Prieto Figueroa, un eunuco político? ¿Un activista político?

Por otra parte, no se puede dejar de mencionar que el gobierno del presidente Maduro mantiene una gran deuda social con el magisterio venezolano, que es quien sigue despachando desde Miraflores, muy a pesar de lo que diga el virtual y fraudulento autoproclamado y pelele del imperialismo norteamericano en diversas reuniones; como la que sostuvo con el presidente de Paraguay, por ejemplo. Quien en última instancia lo que no quiere es pagar una deuda contraída con Venezuela por petróleo, el muy maula, pues.

Finalmente, y como hemos dicho o escrito en otras ocasiones los ministros del ramo educacional, Iztúris, Roa, dos activistas políticos que han olvidado las altas funciones docentes si es que alguna vez dieron clases y Piñate (ministro del proceso social del trabajo) se han mostrado impasibles; poco o nada les ha importado atender las más elementales necesidades de los trabajadores de la educación; han sido "cómodos funcionarios".

En realidad, no creemos que puedan hacer algo positivo por la educación y "los agentes del currículo", que decía Hilda Taba en su famoso manual. A saber, los estudiantes, los docentes, padres y representantes o la comunidad venezolana en general; lo más recomendable vendría a ser que el presidente Maduro, porque como no se ha dejado torcer el brazo por el imperio de Trump, no se va a ir así como así del poder, (entre otras cosas porque cuanta con buen apoyo social y de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana); Maduro, pues queríamos decir, sería recomendable que renovara su gabinete. ¿Será capaz de oír?

Que es un decir, porque ni él ni los de su entorno se tomarán la molestia de leer en la web aporrea un texto como este. Como fuere, decíamos que en lo relativo de los asuntos educativos pusiera gente consciente de la realidad del aula y de los trabajadores de ese sector en general. Allí está parte de su base social pero como siga la cosa como va se va a voltear, semejante a como cierta cantidad de militares y policías cruzaron la frontera hacia Colombia, dólares mediante.

En cuanto a los gremios docentes, ese saco de gatos y punta de ignorantes, en verdad cajas repetidoras de las más broncas consignas pro imperialistas; convendría que revisaran sus métodos de lucha: ¿la suspensión de clases es viable para un servicio público como la educación de niños y adolescentes? Los sindicatos deberían renovar a sus dirigentes, en general son gente que pasa de los 20 o 30 años en sus puestos alternándose la cosa, cosa. Y sus métodos son siempre los mismos. Otros son simples "dirigentes" de la inepta oposición venezolana, siempre tratando de "pescar en río revuelto"; de tal suerte que con todos esos personajes tampoco se puede esperar mucho en el ámbito reivindicativo docente ni en la educación y la pedagogía, en el estado Lara las excepciones son los profesores Hilda Peña y Orlando Herrera que cuando hablan dictan cátedra.

En cualquier caso, decir que el docente en Venezuela es un "esclavo" no es más que una necedad, como no sea una "exageración pedagógica" dictadas por algunas ONGs bien pagadas por la USAID en dólares, así como también es una necedad pretender que para defender derechos laborales haya que atentar contra la continuidad de la educación (principio de contigüidad); ah, otra cosa que recordamos también del profesor señalado del Instituto Pedagógico, decía otra barbaridad del tenor siguiente:

Que para desarrollar "el acto educativo" no hace falta sino alumnos que quieran aprender y maestros que quiera enseñar. Ergo, como el filósofo antiguo no necesita cobrar altas sumas para desarrollar su magisterio, pero sí lo justo para vivir con dignidad, ¿comprende Ud. el alcance de semejante afirmación? ¿Estará fuera de contexto?

Finalmente, esa gente incómoda que siempre han sido los comunistas, especie de "antídotos dialécticos" para mantener la democracia en sociedades con modelos políticos agotados, según Fernando Savater, proponen lo que llaman indexación salarial: tabla salarial ajustada según los índices de la inflación; una vaina al parecer muy jodida porque todos los gobiernos defensores del capital, no sólo los de derechas sino aquellos de izquierda y de "boquilla" se autoproclamen "obreristas", infunde terror. ¿Lo aplicaría el presidente Nicolás Maduro?

Preguntamos eso porque y con perdón de la tibieza implícita en esta oración final no creemos que un virtual gobierno de Guaidó ni remotamente la aplique, es el candidato-marioneta del capital nacional y extranjero, ¿es esa la esperanza de ciertos educadores y sus líderes sindicales?



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Luis B. Saavedra M.

Docente, Trabajador popular.

 luissaavedra2004@yahoo.es

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