Muerte al INCES

Se han preguntado que saben hacer nuestros jóvenes cuando salen del bachillerato?, seguramente su respuesta es, NADA!; suelo hacer esta pregunta a personas con quien converso y analizo la necesidad de transformar nuestro sistema educativo, y la respuesta en el 90% de los casos es la ya mencionada; y aunque nuestros jóvenes suelen salir con un cumulo de conocimientos, en áreas como la matemática, física, química, historia, geografía, biología, castellano, entre otras materias de nuestros sistema educativo, es muy poco lo que saben para enfrentarse al campo laboral de manera inmediata, o siquiera resolver algún problema domestico, y si lo saben no es gracias es nuestro sistema "educativo" formal, sino a las interrelaciones de su vida cotidiana e interés particular. Por otro lado el INCES, cuya función es complementar la formación de los jóvenes para formarlos e integrarlos al mundo laboral, abarca un número muy limitado de todos nuestros bachilleres y un numero aun menor de los que han desertado del mismo, ya que muchos de la segunda condición se forman de manera empírica, o peor aun terminan en el camino del delito, entre muchas otras razones, por carecer de conocimiento y formación para integrarse al mundo del trabajo y generar los ingresos que tanto necesitan, por andén me atrevo a sugerir, porque no eliminar el INCES, como institución autónoma, donde percibo se desaprovechan las instalaciones, equipos y personal que allí laboran, y cada de uno de esas cedes se convierta en las tan necesitadas escuelas técnicas, donde los jóvenes una vez salidos de la escuela primaria vayan a estos centros de formación laboral, y ya en escasos 5 o 6 años tendremos un ejército de muchachos preparados para asumir el compromiso del desarrollo del país con el labor de sus manos y conocimiento, además que ello puede arrebatar al mundo del delito a un número importante de jóvenes, que verán en un periodo relativamente corto maneras de generar ingresos, que seguramente le serán necesarios. Por otro lado dicha propuesta puede resolver algunos problemas de la estructura laboral del país, donde tenemos muchos profesionales con conocimiento para diseñar y planificar un sin número de actividades, pero no tenemos personas calificadas que las lleven a cabo, por poner un ejemplo, en el desarrollo de la Gran Misión Vivienda, sobran Ingenieros, arquitectos, técnicos, un poco menos urbanistas, etc. Que planifican, presupuestan, calculan como se harán esa millones de casas para el pueblo, pero para ejecutarlas la mano de obra es algo escasa o no tiene la preparación ideal para la buena ejecución de las obras y eso genera perdida de recursos y de tiempo; pues es bien sabido que nuestros albañiles, electricistas, plomeros, cabilleros, etc. Se han formado de forma empírica y aunque muchos tienen destrezas destacables y admirables, muchos otros dejan mucho que desear, si por el contrario tuviesen una formación formal dentro del sistema educativo, otro gallo cantaría y seriamos muchos más eficientes en el manejo de los recursos y el tiempo. Este es solo un ejemplo de muchos que se pueden dar. Para concluir considero que el INCES, fue una institución que sirvió y dio un gran aporte al país, pero en estos momentos es mejor que de paso a una verdadera revolución educativa transformadora para el desarrollo sustentable del país.

 

Ingeniero Civil; Profesor Universitario; Rugbista y Analista político de pasillo.

henrysarmiento84@gmail.com

 



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