Qué hacer para recuperar la confianza en el sector educativo

La situación que se comienza a transitar luego del acto electoral y con resultados adversos, no significan la perdida de la revolución, pero su lectura nos indica que es una advertencia que si no se logran corregir los errores cometidos puede ocurrir lo peor, el desastre, la debacle. Hoy no se puede negar que la revolución entra en una fase de riesgo, ante lo cual es ineludible rectificar para cambiar de verdad.

En este momento es imperativo que el sistema educativo se vuelque a marcar el cambio del Estado Burgués al Estado Comunal con el gobierno de los trabajadores y desde las comunas, de manera que las leyes orgánicas y regulares del poder popular sean consideradas para la participación protagónica del pueblo, creando consolidación educativa que rompa con el tradicional enfoque de enclaustramiento del sistema escolarizado y se asuma la educación ubicua (Rojas, 2013).

El trabajo docente hay que considerarlo como un constructo social político, es cooperativo, es social, no tiene otra forma de realización que mediante la unión de los docentes.
Los modos tradicionales de organización del trabajo docente en el nivel de educación media funcionales a la organización capitalista del trabajo asalariado, a destajo, invisibilizan la dimensión del trabajo que tiene el hecho educativo y las practicas pedagógicas, ocultando el carácter colectivo del trabajo docente.

La fragmentación curricular y la falta de resolución de estos problemas y la imposibilidad de materializar tiempos y espacios del trabajo docente colectivo han obstaculizado la mayoría de las estrategias de transformación educativa y fundamentalmente aquellas que buscan profundizar los cambios en el nivel medio secundario de manera democrático.

En lo Político-Ideológico, se trata de romper las cadenas de la dominación colonial aún imperantes en el sindicalismo del sector educativo, como herencia perversa de la cuarta república, cuyos signos más perniciosos son el reivindicativismo y el burocratismo sindical expresados en todo un abanico sindical (trece Federaciones y mas de mil sindicatos de docentes en todo el país) pugnando por prebendas económicas; pues, el reivindicativismo es una mercancía. Ante ello, el planteamiento antagónico es la coherencia y cohesión de las trabajadoras y de los trabajadores de la educación en una sola clase: todas y todos somos trabajadores y trabajadoras: obreras-obreros, administrativas-administrativos y docentes.

En lo Organizativo, constituir en todos los espacios los consejos estadales de trabajadores y de trabajadoras integrados, sin el tutelaje de ninguna autoridad educativa, sin discriminación de ningún tipo, con todas las particularidades de la actividad laboral escolar, con la vocería como núcleo de la organización surgida del seno de las bases de los trabajadores y de las trabajadoras al fragor de la actividad-comunicación nacida en el movimiento propio del trabajo liberador, es decir, por su liderazgo. Contribuyendo en la construcción de la nueva sociedad socialista debemos avanzar en la conformación de la Organización Única de las trabajadoras y de los trabajadores de la educación: obreras-obreros, administrativas administrativos y docente

Los docentes revolucionarios debemos asumirnos en defensa de la Ley Orgánica de Educación, la Ley de los trabajadores, la ley de Tierras y Desarrollo Agrario, Las Leyes del Poder Popular que responden a la integralidad de la sociedad que aspiramos, organizando foros, conversatorios, con debates convincentes, categóricos y valientes.
Al frente de las zonas educativas y de las instituciones educativas, deben estar hombres y mujeres de primera línea, los mejores formados en lo político y académico, que sean capaces de asumir sin ambages la defensa de la revolución, debe ser indispensable contar con su trayectoria, su honestidad y su capacidad.

Reactivar iniciativas que han resultado beneficiosas para el desarrollo de las políticas educativas como la red de escuelas técnicas, que en su momento han logrado solucionar problemas de infraestructura, dotación y academica.

Es necesario profundizar la radicalización de la resistencia cultural, tanto en la escuela como en la comunidad. Hoy mas que nunca es necesario avanzar hacia un proceso educativo liberador que se materializa en la formación permanente de los docentes, la reforma curricular en los centros de formación docente, apoyar en toda la dimensión el desarrollo de las experiencias de educación popular. (Lanz; 2016)

La práctica de nuevas formas de intervención social y de organización que permitan construir una nueva cultura política donde se rompa la separación entre la sociedad política y la sociedad civil, se reduzca la distancia entre dirigentes y dirigidos, y se supere el divorcio entre gobernantes y gobernados. De allí las diversas iniciativas en las cuales trabajamos, inspiradas en los objetivos que giran alrededor del proceso popular constituyente, el desarrollo del movimiento autónomo de base, la democratización gremial y sindical.

En las gestiones del sector educativo, se vienen dando con marcada insistencia una falta deliberada de direccionalidad política, la cual tiene su carácter vinculante con un modelo de gestión que esta patológicamente estructurado que obedece a un pensamiento de planificación corporativa que obedece a la concepción de la empresa privada, que se contradice pues no responde y no esta definido como socialista y revolucionario que continuamente ignora la realidad político, social, histórica que permita abrir la senda para la transformación revolucionaria; hemos caído en una gestión que fundamentado en un paradigma administrativista cumple solo tareas, obviando lo realmente relevante que es lo político y lo ideológico, que es lo que realmente se quiere lograr al formar hombres y mujeres con conciencia revolucionaria para construir el socialismo.

Actualmente la meta es concretar la construcción del Estado Comunal fundado como un gran tejido social integrador lo cual requiere que en las diferentes instituciones del Estado superemos la fragmentación que impide avanzar en el proceso revolucionario; en el caso de la Educación y del sistema educativo, el objetivo debe ser implementar el Estado Comunal Docente que se basa en la direccionalidad política ( política de Estado, CRBV, Plan Nacional Simón Bolívar, Programa Patria 2013-2019) que aunado con una agenda de cogobernidad y la capacidad de gobierno permitan la construcción de lo posible en este momento histórico de transformación. La escuela debe ser un gran centro de aprendizaje y de diseño políticas públicas. Las partidas deben obedecer a una política pública, para que esas directrices se transformen en procesos y estos en operaciones, debemos apuntar a un modelo de gestión más horizontal.

Lucha frontal contra el burocratismo: La burocracia en educación ha devenido en lo que se llama un “espíritu de casta”, que abre brechas entre funcionario y público, es el poder o gobierno de oficina que se impone para desacreditar y desvirtuar las políticas educativas, atribuyéndose el patrimonio de lo universal, actuando como propietarios privados de los recursos públicos, tratando y disponiendo de los demás como si fueran objetos y no personas.

El burocratismo se fundamenta en la muleta de la cultura de la justificación que se alimenta de las dificultades y carencias y se acompaña casi siempre de la adulteración de los hechos, la mentira, la búsqueda de los problemas fuera de la organización o el contexto, el enmascaramiento de las insuficiencias endógenas, el cuidarse las espaldas y las prebendas asociadas, la pseudocritica, la inocencia e ingenuidad del liderazgo institucional local sobre realidades existentes, la falta de comunicación horizontal, la falta de adhocracia, la insuficiente atención a los trabajadores, la indisciplina y la desorganización, la ausencia de consagración, ejemplaridad y seriedad en el desarrollo de las tareas, el despilfarro, la débil acción de los factores políticos y administrativos.

Considerando que los problemas y errores cometidos en el sector educación, no son los causantes de la derrota electoral, pero no se puede negar que forman parte de un acumulado de la ineficiencia y la contradicción entre reformismo y revolución, por el contrario, la actual coyuntura nos ofrece la oportunidad única para revisar, rectificar y hacer los cambios imprescindiblemente necesario, de lo contrario ya no habrá otra oportunidad.

El socialismo nos dice, que para ganar la batalla económica tenemos que transformar el modelo productivo con un sujeto, nuevo sujeto productivo económico y ese sujeto lo tenemos en el poder popular y las comuna, el poder comunal.




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Heriberto Rivera


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