Especulación dispara los precios “dolarizados”

Credito: Archivo

18-02-19.-En medio de una economía que pareciera no tener límites en sus excentricidades, muchos compradores buscan cómo responder a una misma pregunta: ¿por qué el costo de un artículo “dolarizado” en Venezuela es más caro que en otro país?

Hablar de una dolarización de facto en el territorio nacional no es cosa nueva, pues esta ha venido ganando terreno entre los venezolanos para “proteger” con moneda dura sus ingresos. Aún así, las cifras estrafalarias que marcan los productos en múltiples comercios se quedan “cortos” al hacer los cálculos “al cambio” en dólares.

Ejemplos sobran. Hugo Morales estaba evaluando precios de una nevera doméstica. En las tiendas de línea blanca que visitó, este electrodoméstico rondaba los 1.700 dólares, al equivalente. Mientras que, en páginas web internacionales, los mismos refrigeradores marcaban precios en el orden de los 400 y 600 dólares.

Estas cuantiosas sumas, en bolívares, resultan exorbitantes en contraste con el salario mínimo nacional, fijado en BsS 18.000 mensuales, y tomando en cuenta que, en apenas dos meses, desde el 17 de diciembre de 2018, el crecimiento del tipo de cambio oficial (Dicom) fue de 748%, incrementándose más de 7 veces, dando como resultado una devaluación del bolívar, por vía oficial, bastante profunda.

Otro testimonio es el de Juan Bello, quien en un supermercado preguntó por el costo de una lata de papas fritas, tipo snack. Su sorpresa fue ver que costaba 30.000 bolívares, mientras que en el exterior la misma presentación no superaba los $ 2, que, al cambio, serían 6.600 dólares, con un margen de diferencia sobre los BsS 23.000.

“Entiendo que haya un costo por traslado y un margen de ganancia pero no entiendo por qué es tanta la diferencia”, exclamó el joven, confundido.

Así sucede también con los automóviles, aunque no precisamente en consorcios. Un carro, usado, en Venezuela ronda los 3.000 dólares, mientras que en Estados Unidos, por ejemplo, podría costar cerca de $ 1.500.

El economista y profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad del Zulia (LUZ), Alberto Castellano, analiza que “en un entorno tan cambiante y volátil donde existe una hiperinflación voraz, además de un proceso de depresión económica sumamente profunda como no se ha visto en Latinoamérica en los últimos tiempos, definitivamente los sectores empresariales deben especular sobre qué condiciones pueden tener para la recuperación o renovación de sus inventarios”.

Así, Castellano sostuvo que, en el entorno tan volátil que representa la economía nacional, los empresarios tienen que “hacer una especulación—ni buena, ni mala— bastante alta, para mantener un margen mínimo de beneficios y así no ver afectado su flujo de caja”.

“Aunque no justifico, definitivamente las expectativas racionales en Venezuela están perjudicando enormemente el ajuste de los precios. Hay personas que se aprovechan de esto, pero hay empresarios honestos que necesitan hacerlo porque si no lo hacen deben cerrar sus santamarías”, dijo el experto.

En esto, coincide también economista y profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Andrés Santeliz, quien precisó que estos precios se están manejando “más en función de las expectativas que de los costos”, pues, afirmó que los comerciantes “están esperando que la situación empeore, no que mejore”, por la falta de incentivos en materia de acciones económicas que motiven a una estabilidad o mejoría de la actual crisis económica.

“Por supuesto que tienen los costos como pisos, en sentido de que necesitas cubrir determinada cantidad que te costó producir el bien o servicio pero, además, está el tema de las expectativas, estando en el caso Venezuela, en el que tenemos un proceso al que yo le he puesto el nombre de depreflación, depresión con hiperinflación”, señaló Santeliz, y agregó que viene encadenado al 18% de la caída del Producto Interno Bruto (PIB) que registró el país al cierre del año pasado.

“La caída del PIB ha sido muy fuerte y, en medio de eso, las expectativas se tornan muy negativas. Si tienes un producto y lo vas a vender, piensas en la reposición de ese producto. Entonces, si vendes un artículo, ¿cómo haces para reponerlo en el momento que quieras mantener un flujo de producción estable? Si tienes problemas con los insumos, tienes que buscar un precio que te remunere no solo la situación inmediata, sino que te resuelva qué vas a hacer cuando te quedes sin existencia de ese producto”.

El especialista planteó los puntos a considerar por un empresario al calcular el costo del bien o servicio, ejemplificando con un refrigerador. “Tienes una venta de neveras y quieres venderlas todas. Cuando vendas la primera, tienes que conseguir otra para venderla. ¿Cuánto te costará esa segunda nevera? ¿Te costará lo mismo que la primera o más? ¿Vas a tener la moneda con qué pagarla? ¿Tendrás acceso de nuevo a los dorales o vas a tener bolívares en una etapa de depreciación muy alta?”, dijo.

En adición, Santeliz aseguró que toda expectativa actual es negativa, pues “la gente como viene de una mala situación espera lo peor”.


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La fuente original de este documento es:
panorama (https://www.panorama.com.ve/politicayeconomia/Especulacion-dispara-los-precios-dolarizados-20190218-0014.html)



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