Entreguismo

Los nuevos anuncios de privatización de Maduro en sectores claves de la industria y la economía

No es que sea novedad el proceso privatizador del gobierno de Maduro. Desde el inicio de la crisis se ha venido en un proceso de privatizaciones bastante avanzado en el sector petrolero y otras áreas. Lo nuevo es que esta vez lo hace más abiertamente y en sectores que hasta el momento se supone no lo había iniciado como en telecomunicaciones. Se trata de un curso entreguista que sigue dando pasos agigantados tras el anuncio de la Ley "antibloqueo".

Maduro anunció este miércoles que el país ofertará, a través de bolsas de valores, hasta el 10 % de las acciones de varias empresas públicas, incluidas compañías petroleras, de telecomunicaciones y gasíferas. "Vamos a sacar entre el 5 % al 10 % de las acciones de varias empresas públicas para la inversión nacional, fundamentalmente, o internacional", dijo durante una alocución televisada.

La oferta, explicó, comenzará el lunes 16 de mayo e incluirá hasta el 10 % del paquete accionario de las compañías seleccionadas. "Usted se podrá convertir en inversionista de (Compañía Anónima Nacional de Teléfonos de Venezuela) CANTV, de Movilnet (Telefonía móvil), de la petroquímica, de todas las empresas mixtas del petróleo, de las empresas de gas, de las empresas de Guayana (sector minero, forestal, aluminio y servicios)", detallaba Maduro. En otras palabras, en casi todos los sectores económicos que están bajo la órbita del Estado.

Cualquiera entiende que cuando Maduro habla de un "5% al 10% de las acciones" de las empresas estatales, es una manera gradual de ir a un proceso de privatización mayor, todo dentro de un plan más acelerado y completo en el marco de la llamada Ley Antibloqueo, con el secretismo de Estado hecho Ley, donde se hace público sólo aquello que el propio Gobierno decide.

De tal manera, Maduro sigue en carrera en su curso privatizador. Bajo el secretismo que le da la Ley "antibloqueo" el Gobierno opera aceleradamente y hasta los medios económicos internacionales lo remarcan como "positivo". Tal como lo dijo en su momento Maduro cuando era promulgada: "La Ley Antibloqueo lo permite todo, ¡hagámoslo!".

Tras el anuncio de dicha Ley, escribíamos desde este mismo diario: "Avanzan con toda una cadena de privatizaciones de empresas con total discrecionalidad en el marco de todo el secretismo de la Ley ‘Antibloqueo’. Un país a remate llevado a cabo por el Gobierno de Maduro. Todos lo festejan, aunque algunos le cuestionan que no se realiza como en los años 90, observando la cuestión de la discrecionalidad, pero no el entreguismo, como si la relativa ‘transparencia’ del remate de entonces (por ser un régimen de varios partidos y sin el nivel de autoritarismo actual) no hubiese implicado negociaciones a espaldas de los intereses de los trabajadores y el pueblo, y los más variados secretos para beneficiar tanto a compradores transnacionales y locales como agentes del Estado."

Luego de la total flexibilización de los controles de cambio y de precios y de la bendición por parte del Ejecutivo al uso de divisas en el país, exoneración total de impuestos a transnacionales y empresarios locales, el gobierno de Maduro ha entregado a "inversionistas" privados extranjeros y nacionales el manejo de importantes compañías de sectores estratégicos. "En un sentido, la revelación del impulso privatizador de Venezuela es un claro avance positivo" se jactaba en decirlo la agencia especializada en noticias económicas Bloomberg.

Así lo decía Maduro en febrero del año pasado: "Con la Ley Antibloqueo vamos a buscar buenos socios internacionales que traigan capital, tecnología y mercado para la gran industria de Venezuela". Y luego de mencionar a los distintos países europeos así como asiáticos, rusos y de otras latitudes, también enfatizaba: "Quiero decirles a los inversionistas de los EE.UU. de Norteamérica que las puertas de Venezuela están abiertas para la inversión petrolera, gasífera y petroquímica del capital estadounidense, para trabajar en una sociedad ganar-ganar".

Es sabido que en el sector el sector agroindustrial, supermercado y hotelería son decenas las empresas que desde hace mucho tiempo han pasado a manos de privados. Entre las que han tomado relevancia noticiosa se encuentran los supermercados Éxito y Agropatria (una empresa de suministro agrícola del tamaño de un monopolio nacionalizada en 2010) donde ahora más de la mitad de sus 70 tiendas y dos de sus plantas de pesticidas son administradas por el Grupo Agrollano 2019 C.A; Lácteos Los Andes (una gran procesador de leche y fabricante de bebidas comprado por el gobierno en 2008) la estaría manejando un grupo iraní anónimo; Fama de América (productora de café) está en proceso de laudo arbitral; Industria Azucarera Santa Elena en Portuguesa pasó a manos del grupo Generoso Mazzoca, y el Central Azucarero Pío Tamayo ubicado en El Tocuyo, municipio Moran, desde finales de 2020 lo administra el Consorcio Veinca C.A.

Pero es en el sector petrolero donde el camino de las privatizaciones se ha venido en un avance constante desde hace ya varios años. El Gobierno ha otorgado a las empresas locales y extranjeras más control sobre los activos administrados en campos petroleros y plantas de compresión de gas. Y en algunos casos, PDVSA otorgó a los socios más capital en sus empresas conjuntas como PetroSinovensa y Petrozamora, para solo mencionar algunas.

Sobre la privatización en la industria petrolera hemos escrito por extensión un artículo titulado "Petróleo, geopolítica y el saqueo en curso en Venezuela" en el cual hacemos un recorrido de los últimos seis años a todo este proceso de "apertura", donde además del sector petrolero abordamos el gasífero y petroquímico.

Todo este curso entreguista y privatizador de Maduro es festejado por las transnacionales y todos los grupos económicos del país. A nivel local van desde los tradicionales sectores económicos como los que emergieron con el chavismo y los propios burócratas del Estado que con el concurso de testaferros participan del festín.

Como concluíamos en el artículo antes señalado, enfrentar todo este entreguismo y nuevo saqueo en curso, tanto por la política del actual Gobierno de Maduro como también la que propone la de la oposición de derecha, es una de las grandes tareas de la clase trabajadora, además de hacerle frente a los brutales ataques en sus condiciones de vida que viene sufriendo. Se trata de una ofensiva política y económica que de la mano de las transnacionales redoblarán las cadenas sobre el país y, con particular énfasis, sobre el pueblo trabajador.



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