La vez que Maduro casi entendió lo que era inflación

Era el año 2049 de nuestro señor Jesucristo, año 50 de la revolución bolivariana, año 36 de la revolución madurista y mes 1 de la centésima cuadragésima octava constitución. El anciano presidente Maduro lanzaba el gran súper mega hiper ultra plan diecisiete mil trescientos ochenta y uno para esta vez sí vencer la guerra económica que se había declarado él solito hacía 36 años ya, cuando quiso decretar el progreso y la riqueza. La oposición apátrida, la burguesía y el imperio mentían al decir que más de quince millones de venezolanos habían emigrado hacia países tan disimiles como EEUU o Guinea Ecuatorial, España o Las Islas Salomón, cuando el gobierno juraba y perjuraba, a través de su ministro contra la mentira y el uso de las corbatas Louis Vuitton (Pedro Carreño) que eran solo algunas decenas y que la mayoría se había regresado en el plan vuelta a la patria, y así lo reafirmaban en rueda de prensa conjunta el ministro contra la emigración forrados de dólares, el ministro contra la emigración por moda o status y el ministro contra la emigración por la fiebre del dólar, todos de apellido Rodríguez.

El presidente Maduro, a través del ministro del poder popular para la comunicación, la información, la conversación, la discusión, la negociación, el diálogo, las reuniones, las disertaciones, las chácharas, la verborrea, la plática, las charlas, el coloquio, la conferencia y la entrevista (de apellido Rodríguez), había convocado a los ministros, viceministros, vice viceministros, vice vice viceministros y vice vice vice viceministros de los mil cuatrocientos cincuenta y siete ministerios del tren ejecutivo, para que el nuevo ministro del poder popular para la economía, el bachaqueo, la guerra económica, la especulación, el hambre aparentada, el control de precios, la mendicidad mal entendida, el pedigueñismo en el metro y las cajas clap importadas de El Congo (de apellido Rodríguez) le explicara a Maduro que era la inflación, en la que prometía ser la última de las dos millones novecientas treinta y cinco mil setecientas veintitrés explicaciones dadas al jefe de estado sobre la materia.

Cuando el joven ministro se dispuso a hablar, el anciano Jorge Rodríguez, quien había sido catorce veces titular de todos y cada uno de los ministerios y era el actual ministro contra la traición a la patria y las migraciones sin pasaporte, se aseguró que el ministro de economía lo estuviera viendo y le hizo la señal de costumbre, llevándose el índice de la mano derecha a la cabeza y bajando y subiendo ambas manos con las palmas hacia abajo, como quien pide calma, para luego despertar a Maduro.

Entonces intervino Tarek William Saab, quien fungía como ministro contra los suicidios a través de las ventanas del Servicio Madurista de Inteligencia (Semin), con el fin de dar una breve sinopsis del acto, para luego entrar en juego el ministro contra el odio, las rabias, las torcidas de ojo, los desprecios y las pataletas (de apellido Rodríguez), quien volvió a despertar al presidente para que escuchara la explicación.

El joven ministro tomó aire y antes de comenzar a hablar sintió cierto escalofrío al ver al presidente de la CXLIX Asamblea Nacional Constituyente, presidente, vicepresidente y secretario del PSUV, ministro de la defensa y jefe de la comisión del proyecto de ley contra los chismes de pasillo (Diosdado Cabello) cuchichear algo con Aristóbulo Istúriz, quien era el ministro de agricultura subterránea y la liberación de Marte (que había sido colonizada por la OTAN), mientras el ministro de la prohibición de comparar al presidente con un burro y de la prohibición de reírse sin que los demás sepan de que (de apellido Rodríguez) le lanzaba una mirada que igual pudo haber sido una amenaza que simple frivolidad.

El economista, profesor de la rebautizada Universidad Bolivariana, Zamorana, Robinsoniana, Martiana, Fidelista, Guevarista, Maoista, Allendista, Leninista, Chavista y Madurista de Venezuela, se aclaró la garganta y contuvo las palabras al ver que otra vez el presidente estaba durmiendo. Entonces la ministra del poder popular para el sistema penitenciario, las cárceles, los penales, las celdas, los barrotes, los candados, las cerraduras, las esposas, los tigritos, las celdas castigos, las tumbas y los potes (Iris Valera) despertó nuevamente al comandante obrero y ahora sí, el ministro soltó su explicación: "la inflación es como cuando uno compra real y medio de mamón y cuando lo va a repartir le falta uno, entonces cuando va a recoger los mamones antes que se los coman resulta que se comieron la mitad..." Entonces Maduro interrumpió con una pregunta tan sabía que levantó una espontánea ovación entre sus funcionarios: "¿Tú tienes el carnet de la patria?". El ministro sudó frío y sintió que estaba desnudo en medio de un estadio repleto de gente al contestar con un hilo de voz: "no presidente".

Maduro se volvió a dormir en medio de un bostezo de hipopótamo mientras se armaba el alboroto entre gritos de "¡quinta columna!" y "¡traidor a la patria!" o "¡pitiyanqui!" y "¡escuálido!", a la vez que el ministro contra la renuencia a usar el carnet de la patria y de criar conejos en las oficinas públicas (Freddy Bernal) tomó al muchacho por un brazo y más nunca se supo de él, hasta que el gobierno confirmó que se había suicidado machacándose la cabeza contra una pared mientras pintaba un grafiti cargado de odio contra el gobierno y el pueblo dentro de las instalaciones del Semin.

abogadosuceve@hotmail.com



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