Como todos sabemos, la escasez de efectivo que se originó en Venezuela, motivado al robo descarado de nuestro cono monetario, cambio en mucho la vida diaria de todos los venezolanos, las largas colas en las entidades bancarias para adquirir efectivo que sólo alcanza para pagar los pasajes, ha sido el castigo que nos han hecho pagar al pueblo de a pie. Y como gran solución aparecieron los puntos de venta, no sólo en locales comerciales que antes no los tenían sino, en la economía informal, en cualquier tarantín de cada esquina, allí colocaron un punto de venta, eso trajo la solución a muchas dificultades para adquirir alimentos y otros rubros, pero también trajo la trampa, el robo más descarado que ciudadano alguno pueda experimentar. Y se fue expandiendo como un cáncer haciendo metástasis en el ya devaluado sueldo del venezolano.

Son muchas las personas que en estas vacaciones no pudieron viajar vía terrestre porque en el terminal de la Bandera aquí en Caracas, no reciben sino efectivo, y aquel que lo provee cobra la escandalosa suma de 12 millones x 3 millones, cantidad expresada hasta ayer en bolívares fuertes, que demás está decirlo, eso está prohibido, pero si le mojan la mano un poquito a la vigilancia del terminal hacen la transacción sin ningún impedimento y termina uno pagando los pasajes a un precio exorbitante y que la mayoría no puede costearse. En otros terminales del país, tienen las dos opciones un monto en efectivo y otro muy superior con Punto de Venta, e igualmente en las calles, medio cartón de huevos se consigue en efectivo hasta en ochocientos mil, pero si lo compras por Punto te cuesta 4 millones y más. Toca comprarlo en la calle, porque en los supermercados y comercios donde distribuyen alimentos no los venden. ¿Por qué? Ellos sabrán la respuesta, igual pasa con las frutas y verduras. El caso es que nos hemos tenido que debatir entre poder y querer, porque unos quieren pero no pueden, el efectivo no lo pueden obtener, y por el otro lado su poder adquisitivo no les da para ser robado sin pistola, por estos vagabundos que consiguen cualquier forma para enriquecerse ilícitamente y seguir pasando como decentes comerciantes.

Son muchas las expectativas buenas por demás que tenemos, con la entrada en vigencia del nuevo cono monetario, pero seguimos preocupados por como se moverá este sistema en los bajos fondos (léase comerciante informal) en donde muchos tenemos que dirigirnos por no conseguir los alimentos en los principales supermercados, pero que curiosamente siguen apareciendo en puestos de comerciantes informales, harinas de todas las marcas, arroz, pasta etc. Todo lo que no conseguimos en un supermercado lo conseguimos en abundancia y variedad en las aceras que han sido tomadas por estos vándalos construyendo pequeños kioskos en donde exhiben su mercancía en presencia de policías y GNB que ni voltean a mirarlos, esos detalles que tanto daño le hacen al venezolano, son las preocupaciones que tenemos, ¿Cómo y cuándo acabarán con este flagelo? El día que los productos básicos vuelvan a los supermercados y no a las calles del país, las colas en estos establecimientos se acabarán, no podemos entender como en las redes sociales, ofrecen la mercancía por bultos, ¿Quién los provee? ¿El supermercado, el distribuidor? ¿Quién? Y ¿Cuándo será que desarticularán estas mafias.

Mientras estas interrogantes son aclaradas, le damos la bienvenida al nuevo cono monetario y le brindamos nuestro apoyo al presidente de la República para que esta vez haya dado en el blanco.