El Presidente Nicolás Maduro anunció al país, el veintiocho de julio, cinco importantes medidas económicas como parte del plan para la estabilización y recuperación de la economía nacional. Las medidas anunciadas tienen total pertinencia y, en sí mismas, constituyen importantes desencadenantes para otro grupo de medidas complementarias que garanticen su eficacia en la derrota de factores claves de la estrategia de guerra económica.
Desde mi punto de vista, estas medidas deben ser explicadas detalladamente, asociándolas a la visión global que tenemos acerca de cómo salir del laberinto económico en cual nos encontramos. Veamos algunos aspectos:
1. Decreto de solicitud a la Asamblea Nacional Constituyente de modificación de la ley de ilícitos cambiarios. Apuntando hacia la despenalización de la circulación de divisas en el mercado nacional y a la legalización de un conjunto de operaciones de compra y venta de divisas, de transacciones de activos inmobiliarios e industriales cancelados en divisas fuera del país sin que el Estado reciba ningún tipo de ingresos y sin generar ningún impacto positivo en nuestra economía. En momentos de drástica disminución de divisas en una economía tan dependiente del mercado internacional, tienen poco sentido las restricciones a la libre circulación en el mercado interno, más si el Estado no está incorporando dichas divisas en los volúmenes requeridos por nuestra economía. Abrir espacios para que los particulares traigan divisas, para que las remesas que ingresen al país se transen con arreglo a la oferta y la demanda y para que el sector privado de la economía productiva pueda invertir sus divisas con garantías y transparencia.
2. Exoneración durante doce meses de impuestos a las importaciones de insumos y materias primas utilizados por la industria nacional. Medida conectada con la anterior, que se convierte en un incentivo para los sectores productivos que abastecen el mercado interno y que estén en condiciones de exportar a los mercados internacionales, aumentando su nivel de competitividad. Esta medida temporal, permitirá la construcción de un círculo virtuoso de importación de insumos-exportación de productos terminados, haciendo que el sector privado genere sus propias divisas y tienda a romper la dependencia del dólar petrolero. Ciertamente, este objetivo no se logrará en un año y seguramente habrá que extender el lapso de tiempo de la medida, pero no hay duda de que está enmarcada en la ruta de la nueva economía productiva. La nueva economía pasa necesariamente por la independencia del empresariado productivo de los dólares baratos aportados por la renta petrolera. Al despenalizarse la circulación de divisas, los empresarios industriales podrán adquirirlas legalmente a los precios que fije el mercado con la correspondiente nueva relación costo-precio-beneficio más real y más sana.
3. Transferencia de veintinueve mil doscientos noventa y ocho millones de barriles de petróleo certificados en el bloque Ayacucho número dos, de la faja petrolífera del Orinoco al Banco Central de Venezuela, a objeto de que con garantías en ellos desarrolle un conjunto de operaciones financieras que fortalezcan las reservas en divisas del país. Desde luego, al plantearse la libre circulación de monedas extranjeras en nuestra economía, es conveniente y necesario aumentar nuestras reservas, lo cual le permitirá al Estado incidir en el mercado para corregir sus distorsiones. La otra modalidad que pudiera instrumentarse es la venta a futuro de petróleo en yacimiento, respaldada por la emisión de petro-bonos negociados directamente de gobierno a gobierno con las potencias aliadas, especialmente con China, aprovechando la guerra económica desatada por el gobierno estadounidense contra este gigante asiático. En mi opinión esta acción tiene mayores probabilidades de éxito en el corto plazo. El Petro, para llegar a ser una moneda fuerte que genere confianza, requiere de una fortaleza visible de nuestras reservas monetarias y esto solo puede lograrse hoy, empleando con audacia las enormes reservas certificadas de petróleo y minerales diversos que posee el país. Anclar el Bolívar al Petro, tendrá posibilidades reales de eficacia económica si el respaldo del segundo llega a ser real y tangible, es decir, si se convierte en medida de valor de cambio. Apréciese como se concatenan dialécticamente los factores.
4. El ajuste de precios de los combustibles, mediante un riguroso esquema que los lleve al nivel de precios internacionales, es la única forma de frenar el contrabando hacia Colombia que constituye una verdadera sangría para Venezuela. Esta decisión tantas veces pospuesta, permitirá combatir la especulación voraz de la tasa de cambio de divisas, reduciendo la masa monetaria de bolívares en circulación que sirve de base a esta economía criminal sin control, alimentando la hiperinflación que devora cualquier tipo de ingreso. Ajustar los precios y establecer un subsidio en bolívares, así sea a un amplio universo de consumidores, resultaría inmensamente más barato que seguir sosteniendo el esquema actual. Imaginemos solo por un momento la cifra en bolívares implícita en la pérdida económica actual de PDVSA por la producción de combustibles, cercana a los diez mil millones de dólares.
5. La entrada en vigencia del nuevo Cono Monetario, cuyo objetivo central es revaluar nuestra moneda para recuperar su poder de compra, solo tendrá éxito si se cumplen cabalmente las medidas anteriores.
Como podemos darnos cuenta, estas medidas instrumentadas ampliamente deben producir un efecto positivo multiplicador en la economía, de allí que los sectores que apuestan a la implosión total de la economía del país, hayan abierto fuego contra ellas. Nos toca defenderlas y contribuir con su correcta aplicación.
