Patrón Oro: ¿fantasías animadas de ayer y hoy?

"El dinero, en cuanto tiene la propiedad de comprarlo todo, de apropiarse de todos los objetos es, pues, el objeto por excelencia."
 

Karl Marx, Manuscritos económico-filosóficos.

 

Una de las "novedosas propuestas" que ha salido a la luz pública, lanzada por tirios y troyanos, es volver a esquemas harto conocidos por la historia económica, del capitalismo evidentemente, propia del mercantilismo y del liberalismo rapaz del siglo XIX y principios del XX: el Patrón-Oro.

Como me suele gustar, he de hacer una reseña histórica, muy breve, sobre esta para nada novedosa estrategia:

Después del triunfo de la humanidad sobre el fascismo en la Segunda Guerra Mundial, las potencias vencedoras, occidentales, orientales y la URSS básicamente, trataron de ponerse de acuerdo, a través de la novísima ONU, para encarrilar el rumbo del mundo; con ello quisieron intentar frenar las razones económicas que dieron paso a esta confrontación bélica, está por demás decir que ha sido la peor en la historia.

Estos países se reunieron en la conferencia de Bretton Woods y, básicamente, se enfrentaron dos visiones (pues la URSS, a pesar de enviar delegado ya tenía en planes la conformación de la COMECON): el liberalismo salvaje y sin regulaciones, propuesta estadounidense, versus la intervención estatal en los ciclos económicos, propuesta europea llevada por Keynes; EEUU tenía casi todas las de ganar, pues al no ser azotado su territorio continental por los embates de la guerra, su entramando industrial permanecía intacto, no así el europeo. Keynes planteaba que debían existir organismos multilaterales que regulasen los intercambios comerciales y la estabilidad de las monedas para que no se repitiesen las ya nefastas y conocidas guerras comerciales y devaluaciones planificadas, con lo que se abarataban los precios de mercancías de un país pero se resentían las economías vecinas o socias, obligando a vender reservas de oro (metal de respaldo de sus monedas) para devaluar y no caer en deflación; de allí nacen los tristemente celebres Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional, propuesta innovadora, transformada en aquelarre neoliberal en la década de 1980.

Los gringos cedieron ante esta propuesta, pero los europeos, aunque siendo mayoría en la conferencia, también tuvieron que ceder por ser los beneficiados de los préstamos de reconstrucción de posguerra, llamado Plan Marshall; sucede que el punto de honor de los norteamericanos fue el de utilizar al dólar, moneda más fuerte y de amplio reconocimiento por los presentes, cómo medio de intercambio para el comercio internacional, ya que estaría respaldada en su totalidad por oro (La Reserva Federal tenía mas del 60% de las reservas mundiales del metal a nivel mundial). EEUU vivió, en esa época, el mayor crecimiento económico de su historia ya que, siendo los proveedores de mercancías industriales a los países en reconstrucción, capitalistas por supuesto, su moneda adquirió la fortaleza que ellos pretendían.

Sucede que, los gringos, no contaron con que "el milagro económico" alemán y japonés tuvieran tanta relevancia y recuperasen su industria tan rápidamente; el resto de la orbe capitalista ya podía exigir y no tanto someterse a los caprichos de Washinton, además que la masa monetaria que la Reserva Federal emitía no se daba abasto para las exigencias de una economía global más interconectada y dependiente, requiriendo mayor cantidad de moneda para el proceso de circulación mercantil.

Pasamos de una economía global desordenada, donde los ciclos de crisis eran más o menos cada diez años y con monedas respaldadas enteramente en oro, a una economía con una moneda de circulación mundial que, de estar respaldada por el 60% de las reservas internacionales de oro, pasó a no tener respaldo pues no se podía reponer este como tan rápida era la emisión de nueva liquidez.

Ahora bien, esta es una de las medidas más demandas por los herederos neoliberales de la escuela austriaca: para que los bancos centrales no devalúen la moneda, hay que respaldarla cien por ciento en un mineral que no tienda a perder valor, con toda la falla metodológica que eso acarrea.

Hagamos un ejercicio hipotético y supongamos le hacemos caso a quien, consiente o no, reivindica estos absurdos y respaldamos el Bolívar en Oro, con su libre conversión respectiva:

1- Al momento que haya una recuperación económica, el ciclo de crisis del capitalismo venezolano salga del enorme bache en el que se encuentra, y se necesite incrementar la base monetaria que se requeriría para las necesidades de la circulación mercantil ¡NO SE PODRÍA! ya que el valor de la moneda tiene un anclaje (tasa fija) equivalente en su peso en oro y aun no se descubren métodos tan efectivos para la extracción del metal, por cuanto no se podría respaldar tan rápidamente cómo el BCV emitiese moneda; si esa es el método para no devaluar la moneda y darle "fuerza", entonces ocurriría que:

2- Dada su libre conversión a oro, al estar respaldado en este, siendo un país mono exportador y multi-importador la economía requerirá medios de pago para sus compras internacionales; sucedería lo que pasó en EEUU: cada poseedor de dólares iba a la Reserva Federal e intercambiaba su dinero por oro, que tenia una tasa fija, 35 dólares por onza, y vendía en el mercado internacional la misma onza por 70 dólares. Cómo ven la sangría de reservas, bien sea en divisas u oro, no es algo exclusivo de Venezuela.

Que bueno es revisar la historia para así no volver a repetirla, dejarnos engañar por cantos de sirenas y cortarnos con hojillas sin filo.

Conclusiones:

- La fortaleza de la moneda está respaldada por la fortaleza de la economía; la primera es reflejo de la segunda, no al revés como nos dicen los teóricos de la guerra.

- La inflación no es un tema estrictamente monetario (monetaristas y neoliberales, a sentarse de culo); como bien puedo resumir: es un fenómeno que se expresa cuando la Demanda Solvente de la población no es cubierta por las capacidades productivas de los medios y unidades económicas. Cuando se imprime liquidez a raja tabla, sin respaldo productivo y en reservas internacionales, obviamente habrá ciclos inflacionarios (inducidos por la propia autoridad monetaria...).

¡A seguir luchando y a seguir venciendo!

El autor es: Obrero automotriz y militante comunista.

paulrossell85@gmail.com



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