¡Y seguimos pasando hambre!

Estamos cosechando lo que fuimos sembrando. Cuando comenzó este terrible problema de la escasez me oponía a que mis compatriotas salieran a comprar a los bachaqueros; les decía que cuando compramos los productos que encarecen a diario estaríamos formalizando esa actividad; pero me salían con la frase: "Y cómo hacemos para los que tenemos hijos". Les decía que si todos le compramos a este tipo de personas, tarde o temprano, la íbamos a pasar peor. Así pasó el primer año, después vino el segundo, en las avenidas de Petare y zonas populares comenzaban a pulular más bachaqueros y más mercancía que no encontrábamos en los anaqueles de los supermercados y menos en los comercios de nuestros barrios.

Uno no se explicaba cómo era eso de que la harina precocida se podía encontrar más en una esquina, triplicado su precio, mientras brillaba por su ausencia en los abastos; y aunque sabíamos que todo era una maniobra de la Polar; dicha empresa seguía recibiendo dólares del Estado, abriendo sucursales .Con esas divisas en el exterior, y nada sucedía; la siempre intocable Polar. Mientras el pueblo pasando roncha, pasando hambre. No era sólo un reproche de marcas, es que ni la Juana, ni las de afuera, ni siquiera las de los países amigos se encontraba.

Así fuimos deambulando hasta hoy; que ya no es que no se encuentre la harina porque la hay, sino mil veces más cara, ya no vendida del bachaquero sino del comerciante especulador o víctima igual de las mafias financieras que se han hecho con los millones del pueblo, con esa doble intención de salir de Maduro mientras en una semana me hago la misma cantidad de ganancias que antes me hacía en un mes.

Pero seguimos allí con victorias electorales, diplomáticas y políticas, pasando hambre. Mientras que los de la oposición, los chivos mediáticos, los que siempre están frente a un micrófono y cámara saliendo y entrando al país impunemente, porque la verdad, Bertucci se quedaría corto a la hora de ser gobierno y perdonar con Biblia en Mano a cuanto asesino y ladrón, en lo político ha habido en el país como lo hace el nuestro, que lo menos que esperábamos era que los guarimberos fueran los más beneficiados con la victoria chavista el 20 de mayo porque seguimos pasando hambre.

Allí uno está con la impotencia, con esas ganas de agarrar por la pechera al comerciante reclamándole, por qué me subió el pan, el refresco, los dulces, las chucherías, el pollo, el todo, pero es como dice un pana que es comerciante: "Yo también estoy pasando hambre". Y ya uno no sabe a quién ponerle el cascabel del gato, y hasta dónde en los detalles vamos a parar este problema de los precios elevados cuando ya uno sueña con comer algún día un cocosette, algo que era tan sencillo que no requería de una confrontación ideológica porque quién no se comía uno, o como alguien me decía casi a gritos en estos días: Por qué yo no puedo comprar lo que me da la gana, por qué me van imponer en una caja lo que debo consumir y la cantidad que realmente no alcanza para dos semanas, acaso una familia de 8 miembros les alcanza un Clap para una semana.

De verdad, no sé a dónde vamos a llegar, porque ya el problema no es la inacción del Estado o la maldad opositora por su obstinada aspiración a gobernarnos -o matarnos- sino que el adversario financiero se ha multiplicado como zombies teniéndolo en la peluquería, el abasto, la panadería, el chichero, el panadero, todos dicen...¡Y seguimos pasando hambre!.

juliocesar1221@gmail.com



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