Impuesto a las ganancias especulativas y bolivianización

1. En febrero de 2008, el Comandante-Presidente Hugo Rafael Chávez Frías, en uno de sus acostumbrados Aló Presidente, el Nº 304, anuncia al país y ordena a su ministro Rafael Ramírez, iniciar los estudios correspondientes para la implementación de un impuesto a las ganancias súbitas en la industria petrolera, explicándolo en estos términos: "El precio del petróleo ha estado en promedio en los últimos años en 50 dólares el barril. Llegó el 2007 y el precio comenzó a subir, ahora se ubica en 80 dólares, lo que el estadounidense premio nobel de economía, Joseph Stiglitz, estima la ganancia súbita, es decir, el incremento del precio no es producto del aumento de los costos, porque no existe una relación directa entre este salto y el incremento de los costos operativos". No escatimaba tiempo, nuestro Comandante Chávez, así que cayendo y corriendo, una vez que hizo el anuncio y esperó los resultados del estudio asignado a su ministro de petróleo y presidente de PDVSA, a mediados de abril de 2008, casi dos meses de haber lanzado la propuesta, el Parlamento Nacional aprobó dicha Ley y el Comandante-Presidente Chávez procedía entonces al ejecútese, precisando sus alcances: "Es una ley que crea un nuevo mecanismo para que el pueblo reciba mucho más y para acoplarnos a la realidad de los precios exorbitantes del petróleo". La llamaron, finalmente, Ley de Contribución Especial sobre Precios Extraordinarios del Mercado Internacional de Hidrocarburos, aprobada en abril de 2008. Es una Ley, que forma parte del arsenal de leyes con que cuenta la República para garantizarse los ingresos justos, que le otorga al pueblo venezolano la propiedad sobre tan importante recurso energético, que viene a ser el petróleo. Dicha Ley, establece que Pdvsa y las empresas mixtas, transfieran al Fonden, el 50 por ciento de los ingresos petroleros percibidos cuando el precio promedio mensual del crudo Brent ­de referencia en Europa­ sea igual o superior a 70 dólares por barril; mientras que ahora, con esa misma cotización, el traspaso se eleva a 80 por ciento de los ingresos extraordinarios. La contribución, aumenta a 90 por ciento, si el promedio cruza los 90 dólares y a 95 por ciento, cuando la media mensual iguale o supere los 100 dólares por barril. Una característica fundamental de la Ley, es que los recursos obtenidos, se invertirán –exclusivamente- en el área social (Misión 13 de Abril) y, en proyectos de desarrollo nacional. Si algo caracterizó la forma de gobernar del Comandante Chávez, fue siempre su actitud propositiva en la búsqueda de soluciones a los problemas que afrontaba en beneficio del pueblo venezolano. El "engatillado", no formaba parte de su actuación como Jefe del Estado.

2. En una entrevista que le hiciera Álvaro Guzmán Bastida en mayo 2016, para la Revista Contexto, al premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, éste anuncia algunas propuestas de solución a problemas de gobernabilidad de la economía internacional. Es así, que ante la pregunta referente a propuestas para combatir la evasión fiscal, Stiglitz, propone: "Los paraísos fiscales no son un acto de la naturaleza. De hecho, los crea el Congreso. Hemos creado un marco legal para que los ricos y las empresas, dentro de la ley, no paguen impuestos. Pero esto se puede cambiar. Se podría decidir que a aquellos que tienen el dinero en un territorio que huele mal se les impongan unos impuestos disuasorios. Por ejemplo, puedes decirle a cada americano que tiene que declarar toda su riqueza a nivel global, también la que tenga en las Islas Caimán. Ya que estas no están sujetas a los principios de transparencia, vais a pagar un sobreimpuesto del 80%. Así acabaríamos con los paraísos fiscales en una noche". En Venezuela, pese a que cada mes aparece el camarada José David Cabello anunciando records de recaudación; para los venezolanos y venezolanas, es más que evidente, que la evasión fiscal es multimillonaria en el país. Lo constatamos, cada vez que vamos a cancelar en un punto de venta, y en ese consumo, no queda reflejado el pago del IVA. La pérdida del Estado, por ese solo concepto, es máxima. Considerando, además, que el uso de la caja registradora o caja fiscal es casi nula, en el 99,99 por ciento de los comercios en que hacemos nuestras compras diariamente. Indicativo de una masiva evasión fiscal. Urge entonces, una revisión y aprobación de una nueva Ley de Impuesto Sobre la Renta, ajustada a la nueva dinámica económica.

3. En el arsenal de propuestas, que viene formulando la Dra. Pascualina Curcio para neutralizar la especulación desatada por los agentes económicos de la derecha, léase: Fedecámaras, Cavidea, Venancham, Cendas, Consecomercio, entre otros. "Se propone pechar toda ganancia adicional (en términos porcentuales) con respecto a los niveles de ventas. Si históricamente un negocio tiene ganancias de 5% sobre sus ventas, y de repente, sin mayor inversión ni justificación, registra ganancias de, por ejemplo 50%, ésta debe ser susceptible de contribución fiscal. El uso de tecnología blockchain para controlar de manera integrada la facturación electrónica y los ingresos bancarios es altamente recomendable". Si bien, coincidimos con la propuesta de la Dra. Curcio, estimamos que es altamente conservadora al proponer un sobreimpuesto del 50 por ciento. Al respecto, coincidimos más con el Dr. Stiglitz, en buscar "soluciones de una sola noche", por lo que el sobreimpuesto del 80 por ciento sería más pertinente, para poner fin a ese paraíso especulativo que han convertido a Venezuela, las mafias corporativas empresariales derechistas. ¡A grandes males, grandes soluciones!

4. Bolivia, representa la economía más dinámica y de mayor crecimiento en todo el continente americano. Se trata de un país hermano que forma parte del Alba-TCP, que en cierta medida se ha menospreciado en su intento de desarrollar una poderosa economía con inclusión. Es un referente, que bien merece que nuestros dirigentes, en especial los dedicados al ámbito económico, debieran comenzar a estudiar en profundidad. En muy poco, se ha avanzado en los términos de estrechar más los lazos económicos con esa hermana nación, priorizándose las relaciones con naciones que se encuentran mucho más lejos, geográficamente hablando. El Alba-TCP, que debiera ser nuestro centro de confluencia económica primario, habida cuenta su cercanía y empatía ideológica, no ha logrado consolidarse como tal. Todavía, nuestros funcionarios y funcionarias, siguen viendo al norte como su rumbo prioritario.

Un aspecto clave, en su desarrollo económico actual para Bolivia, lo constituye su política económica de fortalecimiento de su moneda nacional: el Boliviano. A diferencia de Venezuela, que no ha contado con una dirigencia económica que se ha planteado el fortalecimiento de su moneda nacional, sino todo lo contrario, como lo evidencian las políticas devaluacionistas del Bolívar, características de las gestiones de Merentes-Giordani, y otras; Bolivia, ha contado con un Banco Central de marcado tinte nacionalista, que entendió que el fortalecimiento de la moneda nacional constituye el principal aval para garantizar el poder económico nacional. La bolivianización, llamada así, es el instrumento monetario empleado por el Banco Central de Bolivia para apoyar la estabilidad macroeconómica, controlar la inflación e impulsar el dinamismo de la economía boliviana. Según documentos oficiales del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, en 2002 la dolarización de la economía boliviana alcanzaba el 97,4 por ciento. Este indicador, disminuyó hasta llegar al 7,7 por ciento en 2014.

Soberanía monetaria, lo que indica la desdolarización de la economía boliviana, ha representado para el pueblo boliviano estabilidad financiera, control de la inflación a un sólo dígito, una de las más bajas del continente cerrando en 2017 con un índice de 2,17 por ciento y un crecimiento económico del 4 por ciento, el más alto de la región. La consecuente apreciación de la moneda boliviana en relación al dólar, ha sido un proceso constante desde 2006, fecha en que asumió la presidencia el Hno. Evo Morales, desde 8,08 bolivianos por dólar hasta 6,96 bolivianos por dólar, valga decir, un descenso de 1,12 bolivianos, una reducción del 16 por ciento. Apreciación de la moneda, cuyos resultados benefactores sobre la economía y la calidad de vida del pueblo boliviano, son más que evidentes. Por ocho años consecutivos, el balance fiscal del sector público registró superávits. Las reservas internacionales, superan los 14.000 millones de dólares (superiores a las venezolanas) y en porcentaje del producto interno bruto (PIB) son las más elevadas de América Latina. La bolivianización, significa que el pueblo ha recuperado la confianza en la moneda nacional, es decir, el boliviano y, lo utilice con mayor frecuencia, en vez del dólar. Porque, les facilita las transacciones cotidianas y evita perdidas relacionadas a la compra y venta de moneda extranjera. Por lo demás, protege la economía boliviana de los vaivenes de la crisis económica internacional.

Acompaña al proceso de bolivianización un Impuesto a las Transacciones Financieras realizadas en dólares, estableciendo alícuotas que han ido creciendo en el tiempo: 0,15% en 2015; 0,20% en 2016; 0,25% en 2017, y 0,30% en 2018. Por ejemplo, si por una transacción (pago, crédito, débito, transferencia, entre otros) de 1.000 dólares, se tenía que pagar en 2015: 1,5 dólares, ahora en 2018, el monto subió hasta 3 dólares por cada mil. Con dicha medida, procura el gobierno boliviano, desincentivar el uso de la moneda extranjera y coadyuvar en la consolidación del proceso de bolivianización de la economía. Acompaña el BCB, dicho proceso de soberanía monetaria con amplio apoyo al ahorro productivo en moneda nacional, a través de líneas de créditos en moneda nacional a los entes productivos. Según datos difundidos por el Ministerio de Economía, hasta noviembre de 2017, los créditos en bolivianos representaron un 97,7 por ciento, y los depósitos 86,4 por ciento. La bolivianización, es una realidad en la economía cuyos resultados positivos muestran a la América toda, que otra economía sí es posible. Nacionalista e independiente de la moneda hegemónica, el dólar estadounidense y su crisis terminal, en pleno desarrollo…

5. El Presidente Reelecto, Nicolás Maduro, prometió a los venezolanos y venezolanas un nuevo comienzo en materia de relaciones económicas; para lo cual, también prometió acabar con las mafias económicas (monopolios) y los bachaqueros. El problema, no se reduce a lo económico sino que también es moral y ético. Quién crea, que gobernar a Venezuela, su pueblo e instituciones, es materia fácil, muy poco conoce de Venezuela. Es una tarea, que reclama conocimiento profundo de su realidad, fortaleza para soportar presiones y templanza en la toma de decisiones para garantizar a su población mejores condiciones de vida, administrando sabiamente intereses de manera que ninguno se convierta en predominante, en desmedro de las grandes mayorías. Una aspiración motivadora para la mayoría del pueblo venezolano, es el logro de la gobernanza económica, hoy en manos de delincuentes, especuladores y bachaqueros, frente a un Estado Social de Derecho y de Justicia que pareciera en minusvalía e inválido de actuar, como consecuencia de haber perdido una guerra que, no obstante, ha ganado en términos políticos, contando a su favor con la inmensa mayoría de los poderes públicos de la República. Pese a ello, el "Vamos a gobernar la economía" del Hno. Presidente Maduro, se está quedando en solo eso, una manifestación de buena voluntad que no se expresa en medidas concretas. Decía el Hno. Luiz Inácio (Lula) Da Silva: "Yo no aprendí economía en una universidad, pero aprendí a gobernar mi país como una madre dirige su casa. Una madre con diez hijos nunca permitiría que uno de ellos tuviera más que otros porque si hay un pedazo de carne lo divide entre los diez, pero si uno de ellos es más débil, ella lo va a cuidar con más cariño. Es así como los gobernantes deben actuar en sus países". No por mera casualidad, Lula ha sido el presidente más querido y considerado el mejor presidente que ha tenido Brasil. Obras son amores, siempre recordaba el Comandante-Presidente Chávez. Para que hubiese obras, tenían que tomarse decisiones y en eso, Chávez, marcó una pauta que bien recomendamos al Hno. Maduro, seguir. Nada más fastidioso, que ver al presidente engatillarse en la nada. Dejar pasar los problemas. Irresolubles, tan solo por la falta de respuestas del funcionariado público. Gobernar no es prometer, ni ofrecer, ni anunciar, sino tomar decisiones en la dirección correcta. Entendámoslo de una vez por todas. No esperen, que sea el propio pueblo el que actúe, en procura de justicia, se lamentarían luego…



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Henry Escalante


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